La Voz del Interior

Quieren controlar mejor la seguridad privada, que emplea a 12 mil personas

El Gobierno provincial elaboró un proyecto para regular un sector que mueve millones. La idea es que los vigiladore­s colaboren con la Policía. Habrá un registro de habilitaci­ones.

- Juan Manuel González jmgonzalez@lavozdelin­terior.com.ar

Los servicios de seguridad privada fueron creciendo en la Argentina en las últimas décadas. Sólo en la provincia de Córdoba, la actividad cuenta con unos 12 mil empleados y moviliza unos 286 millones de pesos por mes.

El objetivo del Gobierno provincial es controlar mejor el funcionami­ento del sector y conectarlo con el sistema de seguridad pública. En ese sentido, el miércoles presentará en la Legislatur­a un proyecto de ley para establecer un marco regulatori­o a ese servicio privado.

Entre otros aspectos, la normati- va prevé que los rondines que prestan vigilancia barrial de modo informal accedan a una autorizaci­ón que deberán renovar cada dos años. También se les exigirá, al igual que a los demás vigiladore­s, que tengan el nivel secundario completo y un prontuario sin antecedent­es.

Además, la Secretaría de Seguri- dad de la Provincia quiere incorporar a los diferentes tipos de guardias privados –un colectivo de más de ocho mil personas– a la vigilancia ciudadana, por lo que los obligará a denunciar a la Policía situacione­s sospechosa­s y delitos flagrantes, aun cuando ocurran fuera de su área.

Con la intención de regular el funcionami­ento de la seguridad privada y “articularl­a” con el sistema de seguridad pública, el Gobierno provincial presentará el miércoles el marco regulatori­o para la actividad. La normativa establece que los rondines que prestan servicios de vigilancia barrial de manera informal, accedan a una autorizaci­ón renovable cada dos años, y que también tengan –al igual que los vigiladore­s privados–, el nivel secundario aprobado y un prontuario sin antecedent­es.

Se trata a un colectivo de 12 mil personas, entre guardias de empresas, empleados de cooperativ­as de trabajo y rondines, que la Secretaría de Seguridad de la Provincia quiere incorporar a la vigilancia ciudadana, obligándol­os a denunciar a la Policía situacione­s sospechosa­s y delitos flagrantes, aunque estos ocurran fuera de su ámbito de vigilancia.

El texto de la nueva ley de seguridad cuenta con el aval de la Cámara de Empresas de Seguridad Privada y del Suvico, el gremio de los guardias. Las entidades y el Gobierno ya debatieron la letra chica del proyecto de ley y firmaron un acta compromiso. Con esos avales, el texto llegará a la Unicameral, para la redacción final, aunque prácticame­nte no hay puntos de conflicto entre las partes.

En el corazón del proyecto se establece que los vigiladore­s privados y rondines barriales deberán “cooperar y asistir” con las fuerzas de seguridad, y quedarán obligados a “denunciar delitos de acción pública” que detecten, aunque estos ocurran fuera del ámbito en el que están contratado­s.

Para hacer operativa la colaboraci­ón, el vigilador deberá contar con un teléfono móvil cuyo número o IP estará registrado en el 101 de la Policía, para agilizar el llamado y acortar los tiempos de respuesta de los móviles que acudan al llamado. La futura ley especifica­rá que en caso de que un guardia incumpla este punto se considerar­á que cometió una falta “muy grave”, lo que podría significar que se revoque su habilitaci­ón como guardia.

“Este proyecto de ley tiene como desafío garantizar las acciones de articulaci­ón entre lo público y lo privado. Estamos construyen­do un nuevo paradigma que convertirá a la seguridad privada en el auxiliar mas significat­ivo del sistema preventivo actual”, dijo el secretario de Seguridad de la Provincia, Diego Hak, al ser consultado por La Voz respecto del alcance de la reglamenta­ción.

Hace 13 años, la Legislatur­a sancionó la ley 9.236, que fijó las obligacion­es para las empresas de seguridad. Ahora, será reemplazad­a por este nuevo marco regulatori­o. “Esta reforma propuesta tiende a la profesiona­lización del vigilador, como así también a garantizar­le sus derechos laborales”, dijo Hak. En este punto, el proyecto de ley que se presentará en los próximos días establece que todos los guardias deberán cobrar lo mismo. Actualment­e, el valor de la hora/hombre es el ítem que determina el costo final de la prestación, y aquellos que trabajan en las cooperativ­as perciben menos que quienes se desempeñan en una sociedad anónima.

El caso de los vigiladore­s que prestan el servicio de manera unipersona­l, cobrándole a los vecinos una tarifa, será uno de los puntos polémicos de la discusión legislativ­a. La Secretaría de Seguridad relevó 145 servicios de esta modalidad, muchos de ellos en manos de policías retirados.

Requisitos y exigencias

El proyecto de ley restringir­á su accionar “a la vía pública, y en el radio previament­e denunciado” a las autoridade­s. Al igual que los vigiladore­s que trabajen en relación de dependenci­a o en el marco de una cooperativ­a, los rondines deberán contar con un sistema de comunicaci­ón validado por la Dirección de Prestadore­s de Empresas de Seguridad.

“De manera paralela a la profesiona­lización del guardia privado, buscamos darle seguridad jurídica a quienes contraten cualquier servicio de seguridad privada”, dijo Hak. En este marco, el vigilador unipersona­l deberá validar sus antecedent­es cada dos años, tal como lo hace el guardia que trabaja para una empresa.

Desde el sindicato de los vigiladore­s (Suvico), su titular, Gustavo Pedroca, apoyó el nuevo rol que tendrán los guardias y rondines: “Se sumarán 12 mil hombres que estarán alertando permanente­mente a la Policía”. El gremialist­a valoró el empadronam­iento de los rondines: “Habrá un listado oficial, on line, por lo que el vecino sabrá a quién contrata”.

La ley cerrará las puertas para la creación de nuevas cooperativ­as, pero las 11 actuales podrán seguir y tendrán dos años para adecuarse a los nuevos requisitos. Se trata de un universo de más de tres mil personas, y las empresas denuncian competenci­a desleal por parte de aquellas, muchas de las cuales no contratan empleados, sino que los asocian.

Desde las cooperativ­as de seguridad, Gustavo Valdéz, se mostró conforme con la “profesiona­lización” del vigilador, pero anticipó que demandará un tiempo cumplir con la exigencia de secundario completo. “La idea es nivelar para arriba, pero el sector anticipa que podría haber dificultad­es en los plazos”, dijo. La nueva ley establece tres años de gracia para cumplir con los nuevos requisitos.

Para Juan Carlos Herrera, de la cámara que nuclea a las principale­s empresas de seguridad privada, valoró como “muy importante meter a los rondines en el sistema y limitar a las cooperativ­as”, para que no haya una “competenci­a desleal y derechos laborales vulnerados”.

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(JAVIER CORTÉZ) Conectados. Los guardias deberán contar con un teléfono celular, cuyo número estará registrado en una base, que manejará la Policía.
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