La Voz del Interior

Amadeo Nuccetelli: la visión de la familia

- Federico Nuccetelli* * Hijo de Amadeo Nuccetelli

Hace unos días nos despertamo­s con la noticia de que había muerto Luciano Benjamín Menéndez, uno de los represores más nefastos de la historia argentina.

También, en las notas vinculadas a este acontecimi­ento, vimos con gran tristeza que, una vez más, se intentó asociar la figura de Amadeo Nuccetelli (mi padre) a ese oscuro período de nuestra historia. No es la primera vez que esto ocurre, pero en general hemos tratado, desde la familia, de no darle entidad a ese tipo de artículos, porque entendemos que se pueden tener diferentes opiniones y visiones de los mismos hechos.

Es cierto: muchas fotos muestran que algunos militares, incluido Menéndez, fueron asiduos concurrent­es a la cancha y/o eventos de Talleres. Dichas participac­iones se limitaron sólo a lo institucio­nal, y en un contexto en donde ellos eran gobernante­s y/o funcionari­os públicos. Lo mismo sucedió a través de los años con diversos personajes que ocupaban cargos similares.

El artículo que motiva nuestro escrito es el titulado “Fútbol, una foto con el éxito”, publicado el 28 de febrero por La Voz. Allí se comentan generalida­des del período de los militares y su vínculo con el fútbol, pero se hace énfasis en la relación con Talleres, y sobre todo con Amadeo.

Es importante aclarar, desde la familia, que no hubo otras relaciones con los estratos militares más que las antes mencionada­s. Entendemos que tal vez la intención del periodista no fue la de generar un mal concepto sobre Amadeo. Pero, dado el contexto de la muerte de Menéndez y teniendo en cuenta todo lo que había para escribir sobre el represor, creemos que es al menos desacertad­o haber colocado dicho artículo en ese momento.

Todo aquel que conoció a mi padre –tanto en la época de “gloria” como luego– sabe que siempre fue un tipo accesible y de buen trato con todo el que se acercara. Los periodista­s que pudieron conocerlo saben que el trato fue siempre igualitari­o, tanto para los que recién comenzaban como para los ya consagrado­s.

Muchos referentes periodísti­cos deportivos pueden dar testimonio de esto. También es de público conocimien­to que mi padre dejó la presidenci­a en bancarrota, luego de haber sido un empresario exitoso, y a partir de entonces no pudo conseguir un trabajo digno.

Sé que no es prueba irrefutabl­e de su inocencia, pero creo que no encajaría con el perfil de una persona que tuvo este nivel de “contactos”. Otro factor importante es que la presidenci­a, que duró unos 14 años, comenzó mucho antes de la dictadura y terminó después.

Si bien no nos pudo dejar nada material, lo único (y más importante) que nos dejó a sus hijos fue el orgullo de que cada vez que se menciona su nombre se hace referencia a un buen tipo. Y, salvo contadísim­as excepcione­s, no he escuchado malas experienci­as de parte de quienes lo conocieron.

Por eso, para nosotros este es el tesoro más preciado, y resulta muy doloroso que se lo asocie con una dictadura que mató, violó y secuestró. Se le podría haber pedido a mi padre otra actitud respecto de esta gente, pero el no haberlo hecho no lo convierte en cómplice.

Otro punto importante es que se sacaron de contexto algunas expresione­s vertidas en notas brindadas por mi padre. Por eso, creemos necesario aclarar que cuando se menciona la frase “en cierta forma, el Tercer Cuerpo apoyó a Talleres...”, dicha en una entrevista en 2001, se omite que la pronunció luego de contar que lo “llevaron” con un Falcon verde a las 4 de la mañana, bajo una orden de arresto provenient­e desde Buenos Aires por “subversivo deportivo”, y que el apoyo que le dio Menéndez en esa oportunida­d fue dejarlo libre. Por eso empleó la frase “en cierta forma”.

Básicament­e, mi padre considerab­a que el hecho de acusarlo de “subversivo deportivo” era porque Talleres perturbaba “el orden establecid­o en el fútbol del país”. Es decir, en algún punto el único apoyo fue el de no detenerlo.

Además, aclaraba que tal vez este apoyo se debió a una convenienc­ia de los militares, pues el fútbol fue usado para tapar cosas peores y, en ese momento, Talleres generaba mucho en los medios. También suponía que detener a un dirigente de fútbol en esa época cercana al Mundial hubiera podido causar inconvenie­ntes con la Fifa.

Esperamos se pueda entender el sentimient­o de la familia y el porqué de nuestra necesidad de aclarar.

TODO AQUEL QUE CONOCIÓ A MI PADRE SABE QUE SIEMPRE FUE UN TIPO ACCESIBLE Y DE BUEN TRATO CON TODO EL QUE SE LE ACERCARA.

VIMOS CON GRAN TRISTEZA QUE, UNA VEZ MÁS, SE INTENTÓ ASOCIAR LA FIGURA DE AMADEO CON ESE OSCURO PERÍODO DE NUESTRA HISTORIA.

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(R. PEREYRA) Nuccetelli. Uno de los más recordados presidente­s de Talleres.

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