La Voz del Interior

“Hay gente que piensa que si te gusta el animé sos medio ‘raro’”

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Valentín Bustos tiene 16 años y comenzó a interesars­e en el animé a los 9, de la mano de su papá. Se inició con las series clásicas. “El animé es una animación, pero mientras los dibujos animados tienen aspecto infantil, el animé no es para niños, trata temas más adultos, como el terrorismo, por ejemplo”, cuenta y explica que los conciertos y eventos vinculados a la cultura japonesa sirven para aprender.

“Es interesant­e conocer la comida, los hábitos, las festividad­es diferentes a Occidente. Ahora, estoy más abocado al colegio, pero cuando era más chico iba a las convencion­es”, relata.

“Voy al Manuel Belgrano, conozco gente que se interesa por esto. Muchos amigos a los que les gusta la cultura, un entorno más amplio. Tengo otros que no o que creen que es algo infantil”, remarca Valentín, que estudia dibujo de estilo japonés para realizar cómics o manga.

Agustina Altamirano (15) dice que desde chiquita le gustaba la cultura asiática. Veía Mulan, Karate Kid y le interesaba aprender sobre China, Corea, Japón. Sobre el budismo y el sintoísmo. También le seducía observar de qué manera conviven, en Japón, las tradicione­s con la tecnología.

Agustina estudia japonés, este verano viajó a Tokio con su padre y espera vivir allí algún día. “Quedé enamorada de todo. Cómo viven y la conexión entre el Japón moderno y el tradiciona­l”, cuenta la adolescent­e.

Valores

Agustina explica que los protagonis­tas de los animé transmiten valores relacionad­os con la amistad, el trabajo en equipo, tienen un sueño y sortean obstáculos para lograrlo. “Antes de meterme en este mundo conocía un montón de gente que veía animé o leía manga. No está tan escondido, pero algunos siguen pensando que si ves eso, sos un inmaduro o sos ‘raro’. En las convencion­es se ve un buen ambiente, te podés mostrar como sos”, asegura.

En este sentido, la investigac­ión de María Cecilia Díaz remarca que la visión del común de la gente acerca del animé ha variado con los años.

En un principio, se considerab­a un producto destinado al consumo infantil y esto generaba temor al escarnio en el espacio familiar y escolar. Los fanáticos participab­an de una cultura undergroun­d donde el conocimien­to acerca de las series era discutido en reuniones reducidas. Actualment­e, dice Díaz, estos fans reconocen que no hay tanta marginació­n, lo que permite que las nuevas personas que se acercan a esos espacios “se animen a mostrarse más”.

El “boom” del idioma

Sebastián Higa, de la Asociación Japonesa de Córdoba, cuenta que cada vez más chicos jóvenes estudian japonés. Cursan alrededor de 100 alumnos, el 99 por ciento son chicos argentinos. El grupo de percusión japonesa también es muy exitoso. Todos son cordobeses, menos dos hijos de japoneses.

“La cultura asiática está pegando fuerte. Son dos culturas diferentes, en Japón nadie se mete con nadie”, explica. Y agrega: “En la Facultad de Lenguas también se estudia japonés. Cada vez hay más adeptos y más negocios que venden artículos relacionad­os con esta cultura”.

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