Fuertes castigos de Donald Trump
WASHINGTON. En plena tensión internacional con el Kremlin, Estados Unidos tomó la delantera y lanzó su golpe más directo. El Departamento del Tesoro anunció la imposición de sanciones a 19 ciudadanos y a cinco empresas rusas tanto por su participación en la fabricación y diseminación de fake news (noticias falsas) durante la campaña electoral de 2016 como por una serie orquestada de ciberataques contra sectores clave de la economía.
El castigo, el mayor propinado hasta la fecha por Donald Trump a Moscú, ahonda la brecha internacional frente a Vladimir Putin a dos días de las elecciones presidenciales rusas.
El aviso del contragolpe estadounidense estaba dado. Hace casi un mes, el fiscal especial de la trama rusa, Robert Mueller, destapó la fábrica de las fake news y acusó a 13 ciudadanos y a tres empresas rusas de haber construido un gigantesco operativo, bautizado “Proyecto Latkha”, destinado a interferir en los comicios mediante la intoxicación en redes sociales y el activismo de base. Era la prueba más palpable hasta la fecha de la injerencia y de su capacidad para actuar por encima de las leyes foráneas. Un caso que ahora se ha repetido con el envenenamiento mediante gas nervioso al exespía ruso Serguei Skripal y a su hija.
Las penalizaciones acarrean el bloqueo de las propiedades de los afectados en Estados Unidos y su prohibición de operar y de hacer negocios en el sistema estadounidense. Algunas de las organizaciones sancionadas ya son objeto de represalias estadounidenses por sus acciones en Ucrania.
Entre los castigados figura como cerebro de la injerencia Yevgueni Prigoyin, un empresario ruso que tiene bajo su control el abastecimiento del Kremlin y que es considerado un aliado de Putin.