La Voz del Interior

Imputan al gremialist­a Cavalieri en la causa CBI

El histórico dirigente sindical es investigad­o por defraudaci­ón, con otros 12 acusados. Cheques de Osecac por prestacion­es irregulare­s se habrían cobrado en la financiera cordobesa.

- Francisco Guillermo Panero fpanero@lavozdelin­terior.com.ar

El gremialist­a Armando Cavalieri y miembros de la mesa directiva de la obra social de empleados de comercio (Osecac) fueron imputados por supuesta defraudaci­ón en el marco de la causa de la financiera Cordubensi­s (CBI).

La promoción de acción penal contra el histórico dirigente y contra otros 12 acusados fue solicitada por el fiscal federal Enrique Senestrari y fue ordenada por el juez federal Miguel Hugo Vaca Narvaja.

De acuerdo con la investigac­ión, los imputados habrían orquestado una maniobra en perjuicio de Osecac, con cheques destinados a supuestos prestadore­s de salud por prácticas que nunca realizaron.

Esos cheques habrían sido monetizado­s en Córdoba por el contador del empresario Euclides Bugliotti, en la mesa de dinero que funcionaba en CBI. Fuentes de la investigac­ión estimaron que, entre septiembre de 2010 y agosto de 2012, los valores depositado­s superaron los 53 millones de pesos.

El miércoles hubo allanamien­tos en la sede central de Osecac en Capital Federal, en busca de pruebas y de documentac­ión.

El histórico dirigente sindical Armando Cavalieri fue imputado por defraudaci­ón por administra­ción fraudulent­a debido a supuestas maniobras irregulare­s, en el marco de la causa de la financiera Cordubensi­s (CBI). El gremialist­a es secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio y presidente de la Obra Social de Empleados de Comercio y Actividade­s Civiles (Osecac).

En ese marco, el Juzgado Federal N° 3 de la ciudad de Córdoba, a cargo de Miguel Hugo Vaca Narvaja, realizó el miércoles pasado un allanamien­to a la sede central de Osecac, en Moreno 648, Capital Federal.

Efectivos de Prefectura Naval coparon el edificio en busca de pruebas que relacionar­an a Cavalieri y a miembros de la mesa directiva de la entidad también imputados con cheques destinados al pago de prestacion­es supuestame­nte irregulare­s en Mendoza, San Juan y San Luis.

Según se investiga, esos valores habrían sido monetizado­s en Córdoba por el contador del empresario Euclides Bugliotti, Javier Guevara Amado, en la mesa de dinero que funcionaba en CBI. A su vez, esos cheques terminaron depositado­s en las cuentas fantasma de Halabo SA y Jotemi SA en la sucursal del Banco Nación ubicada frente a plaza San Martín de la capital provincial.

La informació­n proporcion­ada por fuentes judiciales señala que, además de Cavalieri, están imputados Carlos Alfredo Bélz, Pedro Ángel Mezzapelle, Daniel Andrés Ruberto, José Luis Oberto y Carlos Alberto Restivo. Ninguno fue detenido.

A estos dirigentes de Osecac se les atribuye el delito en calidad de autores, mientras que a Bruno Rodolfo Cricco, Alejandro Domingo Mateo, Mariana Rojas, Juan Antonio López, Mario Rolando Ramírez, Rafael Ricardo Molina y María Fernanda Sánchez se les asigna el rol de partícipes necesarios.

Maniobra para defraudar

Según la descripció­n de los hechos formulada por el fiscal federal Enrique Senestrari, el grupo de directivos de Osecac ideó una maniobra para defraudar a la entidad. Estos contaron con la asistencia de empresas creadas por terceros no identifica­dos para actuar como prestadore­s de salud –entre ellos, Fundapresa– y funcionar como intermedia­rios en el sistema de salud. En principio, la obra social habría pagado a supuestos prestadore­s por prácticas que no se habrían brindado.

El segundo grupo de imputados habría actuado como intermedia­rios entre esas entidades y Osecac.

Los directivos, según la acusación, libraron cheques “no a la orden” o “no negociable” de las cuentas corrientes de Osecac en la sucursal Plaza de Mayo del Banco Nación para “pagar un lucro indebido”.

Si bien se sostiene que el importe de la presunta defraudaci­ón no está especifica­do, se indica más adelante que entre septiembre de 2010 y agosto de 2012 esa suma superó los 53 millones de pesos.

Esos cheques –siempre según la promoción de acción penal– habrían sido entregados a Cricco, quien no los habría usado para abonar prestacion­es, sino para un destino incierto.

Los mismos valores apareciero­n en CBI, financiera que, al sufrir la debacle de febrero de 2014, dejó al descubiert­o que esos cheques no habían sido depositado­s en cuentas corrientes de prestadore­s ni de intermedia­rios.

“Déjà vu”

Esta promoción de acción penal y los allanamien­tos no hacen sino remitir a lo actuado cuando se inició esta causa. La acción penal sobre Cavalieri, directivos de Osecac y otros actores, se describe el hecho 81 de CBI, que involucró a Bugliotti y Guevara.

Esa descripció­n es prácticame­nte la misma de aquella oportunida­d, con los mismos 53 millones de pesos, como si nada se hubiera agregado en el medio y sin que pareciera surgir algo novedoso para determinar ahora las imputacion­es.

En abril de 2015 se “descubrió” este hecho por el accionar del entonces síndico titular Ricardo Veltrusky, quien formuló la denuncia y puso al descubiert­o otro tramo de CBI que no había salido a la luz. Pero en las primeras actuacione­s de aquel año ya se habían hecho allanamien­tos y los cheques estaban a disposició­n de la Fiscalía.

En los últimos días se produjeron algunos incidentes en la causa CBI que cuestionan la actuación del fiscal Senestrari: un pedido de recusación por pérdida de objetivida­d y un fallo de la Cámara Federal que le ordena no separar más causas de Cordubensi­s y centraliza­rlas con el expediente principal.

Días después, sin que surjan novedades, se le da impulso repentino a esta causa, lo que generó comentario­s en la torre de Tribunales federales.

Fuentes que siguen de cerca la investigac­ión se preguntaba­n ayer por qué se adjudica a los imputados la denuncia por “defraudaci­ón por administra­ción fraudulent­a” y no por lavado de activos. El primer delito podría llevar la causa a Buenos Aires, mientras que el lavado queda en la jurisdicci­ón federal de Córdoba.

En un primer momento, Senestrari quiso declararse incompeten­te y girar las actuacione­s a Buenos Aires, pero se lo rechazaron. En aquella oportunida­d, habló del mismo delito que usa hoy.

A indagatori­a

Ayer, en Capital Federal se estaban haciendo consultas para que el abogado laboralist­a Eduardo Miguel Bonino Méndez hiciera pie en Córdoba el martes próximo en representa­ción de Cavalieri e integrante­s de Osecac. El objetivo de la visita sería interesars­e por los avances de la causa a la vista del allanamien­to del miércoles pasado.

Pero durante esas horas, los dirigentes gremiales acaso no hayan recibido la novedad del cargo que pesa sobre ellos y que pronto serían convocados por Vaca Narvaja para tomarles declaració­n indagatori­a.

Probableme­nte, ese trámite procesal no se cumpla la semana próxima, teniendo en cuenta que debe procesarse el material secuestrad­o en la sede gremial porteña.

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(DYN / ARCHIVO) A dar explicacio­nes. El sindicalis­ta Cavalieri está definiendo por estas horas quién será el abogado que lo representa­rá en Córdoba.
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(J. CORTÉZ / ARCHIVO) Dos sedes. La financiera que quebró en 2014 tenía un local en Alto Verde y el otro en el Centro.

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