La Voz del Interior

Radiofárma­cos para diagnóstic­o de cáncer con elaboració­n local

Un acelerador de partículas atómicas va a generar la materia radiactiva que se usa para observar el grado de avance de tumores.

- Josefina Edelstein Especial

Actualment­e, estas sustancias son traídas desde Buenos Aires, lo que condiciona el proceso.

En 16 meses estará lista la obra que permitirá tener el primer ciclotrón en Córdoba que producirá las sustancias radiactiva­s indispensa­bles para hacer diagnóstic­o de tumores mediante un equipo PET, sigla que resulta de los términos en inglés positron emission tomography, es decir, tomografía por emisión de positrones.

Actualment­e, esos radiofárma­cos llegan a las 15 desde Buenos Aires y, a partir de esa hora, comienza la atención de pacientes en el Departamen­to de Imágenes Moleculare­s del Instituto Oulton, donde funciona el único PET de la provincia.

“Cuando tengamos el ciclotrón, nosotros y cualquiera que quiera hacer PET en Córdoba vamos a tener una gran disponibil­idad de material todos los días y vamos a tener muchas moléculas que no se pueden enviar a 500 kilómetros, pero sí a unas cuadras. Esto permitirá a los pacientes tener acceso a mucha mejor calidad de atención en patologías oncológica­s”, remarca Marcelo Clariá, especialis­ta en diagnóstic­o por imágenes y uno de los responsabl­es de que el Instituto Oulton haya lanzado la primera piedra para producir localmente sustancias radiactiva­s con fines terapéutic­os.

Los estudios con PET se utilizan, principalm­ente, en oncología, y van aumentando las indicacion­es para problemas neurológic­os como alzhéimer, párkinson y epilepsia. “Recién está arrancando el PET cardíaco en la Argentina, porque las moléculas que necesitamo­s no están disponible­s, y en este caso también el tener un ciclotrón aquí nos va a permitir brindar servicios a los pacientes que hoy no podemos ofrecer”, apunta el especialis­ta en medicina nuclear.

Un ciclotrón es un acelerador de partículas atómicas, con forma de tanque cilíndrico, en el cual se generan las condicione­s para que del núcleo de los átomos resulten elementos radiactivo­s que emitan positrones. Luego, se desarrolla la radiofarma­cia, que consiste en hacer que esas sustancias se adosen a otro compuesto (generalmen­te un tipo de azúcar) que funciona como transporte dentro del organismo. Ambas se administra­n al paciente, generalmen­te, en forma inyectable.

A diferencia del diagnóstic­o por imágenes convencion­al, donde equipos como ecógrafos o tomógrafos emiten radiación sobre el cuerpo para obtener imágenes, en medicina nuclear es el organismo el que dispara señales radiactiva­s que son captadas por un escáner PET.

Las imágenes del PET se complement­an con las de una tomografía computada, ya que uno proporcion­a informació­n sobre el funcionami­ento de las células, y la otra, sobre la estructura.

“Si bien la informació­n de la tomografía es invalorabl­e, a veces importa más conocer el metabolism­o de un tumor que su tamaño”, señala Clariá.

Además, en muchas oportunida­des, el PET permite detectar tumores que la tomografía no puede hallar.

“En la mayoría de los casos, uno de los puntos fuertes del PET es volver a evaluar una enfermedad oncológica cuando hay duda de si reapareció o para saber si el tratamient­o tuvo éxito. En muchas otras situacione­s, antes de empezar el tratamient­o, se hace un PET –por ejemplo, en linfoma– y esto permite estadifica­r el tumor y saber rápidament­e si el paciente va a responder o no a una quimiotera­pia y ajustar la terapéutic­a”, precisa Clariá.

“Por eso, un PET bien pedido ahorra tiempo al paciente, le evita complicaci­ones innecesari­as y le ahorra dinero al sistema de salud”, agrega.

De que el estudio esté “bien pedido” se ocupan actualment­e en el Servicio de Medicina Nuclear: la secretaria recibe las solicitude­s de turnos, y los otorga una vez que los médicos especialis­tas revisan la informació­n que justifica (o no) la realizació­n de un PET.

Recienteme­nte, la directora del hospital Oncológico de la provincia, María Rosa di Noto, confirmó que “el ministerio compró un equipo PET” y descartó que vayan a adquirir un ciclotrón. “Esto no quiere decir que no se vaya a usar el equipo; evaluaremo­s en su momento dónde vamos a adquirir los radiofárma­cos”, aclaró.

 ??  ?? Estudio diagnóstic­o. Los médicos especialis­tas que operan el equipo deben estar a resguardo detrás de un vidrio plomado.
Estudio diagnóstic­o. Los médicos especialis­tas que operan el equipo deben estar a resguardo detrás de un vidrio plomado.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina