La Voz del Interior

El impacto de la sequía en Córdoba se eleva a más de U$S 1.200 millones

La producción de soja y de maíz en la provincia caería un 30 por ciento. También tendrá incidencia en el transporte, con 300 mil fletes menos de camiones.

- Alejandro Rollán arollan@lavozdelin­terior.com.ar

La producción agropecuar­ia de Córdoba está sintiendo el impacto de los más bajos registros de precipitac­iones de los últimos 40 años. Y, según los datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, la provincia tendrá en esta cosecha un 30 por ciento menos de soja y de maíz en comparació­n con 2017. Eso equiva- le a una reducción de 10 millones de toneladas.

Junto con el impacto económico que padecerá la cosecha de granos, hay que sumar las pérdidas que se contabiliz­arán en la producción ganadera y láctea, debido a la menor disponibil­idad de alimento para la hacienda y al incremento de los costos.

En total, la Argentina resignará unos 4.153 millones de dólares por la caída en la cosecha de maíz y de soja. Como la provincia de Córdoba participa en casi el 30 por ciento de la producción nacional, el efecto negativo de la sequía será de unos 1.245 millones de dólares, uno de los más fuertes en todo el país.

La principal afectada es la actividad en el interior provincial. En varios emprendimi­entos agrícolas, la rentabilid­ad será negativa y requerirá ayuda financiera. Pero también el transporte sufrirá el problema, ya que una caída de 10 millones de toneladas significa unos 300 mil viajes menos en camión.

Los expertos en clima afirman que es muy temprano para elaborar pronóstico­s a largo plazo, pero señalan que, para los próximos tres meses, las lluvias serán normales o por debajo de lo normal.

El clima volvió a demostrar una vez más su poder sobre la producción agropecuar­ia. De la misma manera que cuando las lluvias son las adecuadas y los resultados en el campo son satisfacto­rios, cuando los extremos se hacen presentes sus efectos son nocivos.

En los últimos dos años, Córdoba ha estado a merced de una situación pendular que la llevó de excesos hídricos durante el ciclo 2016/2017 a una de las peores sequías durante la campaña agrícola actual. La magnitud del déficit hídrico ha sido tal que ya no quedan vestigios de los anegamient­os que llegaron a afectar a más de 220 mil hectáreas en la provincia, y a más de 1.500 kilómetros de caminos rurales.

Con los registros de lluvias más bajos en 40 años, la producción agropecuar­ia está sintiendo el impacto y sus resultados se van a reflejar en el desempeño de la economía. Si bien la cosecha de soja y de maíz –los cultivos de mayor incidencia en la canasta productiva del agro cordobés– está en sus comienzos, su volumen será menor a la de la campaña anterior.

De acuerdo con datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, Córdoba tendrá en esta cosecha un 30 por ciento menos del volumen de soja y de maíz recolectad­o el año pasado.

La caída de producción en ambos cultivos equivale a 10 millones de toneladas.

Al impacto económico derivado de la cosecha de granos habrá que sumar las pérdidas que van a tener la producción ganadera y de leche, por una menos disponibil­idad de recursos para la alimentaci­ón de la hacienda, y por los mayores costos que significar­á su provisión.

Efecto macro

De la misma manera que el año pasado las inundacion­es afectaron también a las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa, la sequía actual también domina la escena en toda la región pampeana.

El cálculo realizado por la Bolsa de Comercio de Rosario prevé una caída en la producción nacional de soja y de maíz de 20 millones de toneladas, una magnitud demasiado significat­iva para una economía que tiene en el agro a su principal motor de desarrollo.

El economista Juan Manuel Garzón, de la Fundación Mediterrán­ea, le puso cifras al tamaño de la pérdida.

Con una producción de 40 millones de toneladas de soja y 33 millones de toneladas de maíz, el balance entre lo que se resigna por menor producción y lo que se compensa por una mejora en el precio de los granos es de 4.153 millones de dólares. En términos del impacto sobre la economía nacional equivale a 0,7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), precisan los números de Garzón.

Si se tiene en cuenta que Córdoba participa con alrededor del 30 por ciento de la producción nacional de soja y de maíz, el impacto en la economía provincial es de 1.245 millones de dólares. Con un Producto Bruto Geográfico (PBG) pro- vincial de alrededor de 49.500 millones de dólares, los efectos de la sequía recortarán su valor en alrededor de dos puntos.

Por la incidencia que tiene la producción agropecuar­ia sobre la economía, el fenómeno climático en la provincia genere un efecto negativo mayor que a nivel nacional.

Impacto en el interior

La actividad en el interior será la principal afectada. El primer golpe que tendrá el menor volumen de producción será en el bolsillo del productor. En muchas empresas agrícolas, por la incidencia de los alquileres de los campos en la estructura de costos, la rentabilid­ad será negativa y van a necesitar ayuda financiera para continuar con la actividad.

“El sector va a requerir financiami­ento, con un período de gracia de al menos un año, para que el productor pueda sembrar la próxima campaña y comenzar a pagar cuando venda esa cosecha”, advierte Gabriel De Raedemaeke­r, productor de Oliva y titular de la Confederac­ión de Asociacion­es Rurales de la Tercer Zona, entidad que agrupa a las sociedades rurales de Córdoba, La Rioja y Catamarca.

El transporte de granos también verá resentido su desempeño. Una caída de 10 millones de toneladas de soja y de maíz significa 330.000 viajes menos en camión.

Desde la Federación Cordobesa del Transporte Automotor de Cargas (Fecotac), entidad que agrupa a los transporti­stas de granos, admiten que habrá una disminució­n en la cantidad de fletes.

“Sólo esperamos que está situación no sirva para que los dadores de cargas se aprovechen y quieran pagar por debajo de la tarifa acordada en el ámbito de la provincia”, dijo Pablo Trapani, titular de Fecotac. Un empresario con un camión necesita hacer al año entre 100 y 110 viajes hasta el puerto de Rosario para seguir en el sistema, enumeró.

La inversión será otra variable que se ajustará y su efecto derrame será más atenuado. Con menos dinero disponible por parte del productor para adquirir insumos y para reponer equipamien­to, las empresas proveedora­s están reviendo sus expectativ­as iniciales de negocios.

“Cuando arrancamos la campaña en octubre, las expectativ­as estaban puestas en tener un año al menos como 2017 que, en el caso de la venta de tractores, había sido el mejor de los últimos 10 años. Sin embargo, por efecto de la sequía es posible que haya un recorte”, admitió Christian Lancestrem­ere, director de Ventas de Case, la compañía que tiene una fábrica de tractores y de cosechador­as en el barrio Ferreyra, en la ciudad de Córdoba.

Por su parte, la ganadería y la lechería también son víctimas de la sequía. La menor disponibil­idad de forraje, por la falta de agua, puede incidir en los niveles de producción de los establecim­ientos. En algunos lugares de la provincia, los ganaderos se han visto obligados a vender hacienda por la escasez de alimentos y a acelerar algunos procesos productivo­s, como los destetes de los terneros, para intentar mantener los niveles de actividad. En los tambos, la imposibili­dad de confeccion­ar reservas para pasar el invierno podría impactar en los volúmenes de producción de leche.

Sin lluvias en el horizonte, el inicio de la nueva campaña agrícola (2018/2019) se vería resentido, ante la imposibili­dad de sembrar trigo y pasturas forrajeras.

 ?? (RAMIRO PEREYRA) ?? Castigado. El déficit de agua y las altas temperatur­as del verano recortan los rendimient­os y la cosecha de maíz en la provincia.
(RAMIRO PEREYRA) Castigado. El déficit de agua y las altas temperatur­as del verano recortan los rendimient­os y la cosecha de maíz en la provincia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina