La Voz del Interior

The Pretenders fue un plus hermoso

- Germán Arrascaeta garrascaet­a@lavozdelin­terior.com.ar

Sólo el mismo Phil Collins conoce las razones de la elección de The Pretenders, un grupo poco afín a su obra, como telonero de su gira de regreso. Quizás haya reparado en cierta coincidenc­ia histórica a la hora de sonar en las radios, o encuentre en Chrissie Hynde, líder del combo anglo norteameri­cano, una figura de peso para hacer referencia al empoderami­ento femenino.

Lo cierto es que a las 20, Hynde y los suyos salieron al escenario de Instituto decididos y filosos para entregar esas canciones de nervio rockero y prepotenci­a pop que tuvieron su impacto en el tránsito del punk a la new wave (entre fines de los ’70 y primeros ’80) y, en menor medida, otras más recientes. Con un sonido fuerte y claro como aliado.

Hynde lució sexy a sus 67, con jeans negros ajustados, botas, remerita de su misma banda y levita blanca. Su estampa y gestos faciales hicieron pensar que el vegetarian­ismo es una opción. Para la plenitud física, al menos.

Saludó efusiva y para dar señal de largada perfiló su Telecaster hacia el baterista Martin Chambers, quien, como ella, es heroico sobrevivie­nte de una formación original que perdió a dos miembros por sobredosis (el guitarrist­a James Honeyman-Scott y al bajista Pete Farndon).

Los Pretenders no fueron a los hits de arranque sino que prefiriero­n calentar con Alone (que Hynde cantó como frontwoman, sin empuñar su guitarra), una canción del último tiempo que da título al disco que The Pretenders publicó en 2016 con asistencia de Dan Auerbach, de The Black Keys. Si el objetivo era revitaliza­r y sacar lustre a un rock con tufillo vintage, al escuchar el tema de apertura podemos decir que se cumplió con creces.

Después sí, la banda desparramó sus hits imperecede­ros. Kid, Brass in Pocket, Don’t Get Me Wrong y Talk Of The Town, títulos que sonaron mucho en su tiempo y que los asistentes al show de Collins disfrutaro­n con gesto respetuoso.

Hasta ahí, rock urgente tocado con firmeza y elegancia. Para bajar, Hynde optó por la balada Hymn To Her, que en su estribillo se refiere a un “ella que seguirá adelante”. Más en sintonía con los tiempos, imposible. Se la dedicó a Phil Collins por ser un hombre “amable y generoso”.

De paseo por Córdoba

Antes, la cantante se había dirigido al público para contar que había salido a pasear y que había conocido la Catedral. “Si bien esta es una ciudad hermosa, la amabilidad de su gente la vuelven aún más hermosa”, dijo Hynde, y remató su intervenci­ón con un “me hace acordar a casa”.

Como para dejar en claro que The Pretenders es Chrissie Hynde, el repertorio también incluyó una canción del único disco solista de la performer, Stockholm (2014). Se trató de la intensa Down The Wrong Way, por cuya autoría matarían rockers de todas las épocas.

Sin embargo, los puntos altos del The Pretenders rockero estuvieron en el promedio y en el final, con Back On The Chain Gang y Middle Of The Road (sí, claro, con su irresistib­le arreglo de armónica tocado por la misma Chrissie).

En resumen, lo de esta banda, que se completó con los formidable James Walbourne (guitarra), Nick Wilkinson (bajo) y Carwyn Ellis (teclados), fue una clase magistral de rock rugoso y dulce al mismo tiempo, que panea autosufici­ente por el soul y el country y, como si eso fuera poco, entrega baladas aboleradas para chapar como I’ll Stand By You.

Vaya a saber por qué Phil Collins la trajo consigo. Que sobreviva el misterio y nos limitemos a decir “Gracias, Phil”.

“ESTA ES UNA CIUDAD HERMOSA, LA AMABILIDAD DE SU GENTE LA VUELVE AÚN MÁS HERMOSA”, DIJO CHRISSIE HYNDE.

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Clase magistral. The Pretenders brillo con sus hits y canciones actuales.

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