La Voz del Interior

Apuntes de la noche

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De la alegría del telonero local al control de los naranjitas.

LLEGARON TEMPRANO. A las 19.30, casi todos los sectores habilitado­s lucían llenos (a excepción del campo VIP que fue el de menor convocator­ia). Y en buena hora porque todo fue puntual. El cordobés Enrico Barbizi arrancó a las 19, The Pretenders a las 20 y Phil Collins a las 21.30.

AGRADECIDO Y ALUCINADO.

“Fue una experienci­a alucinante, mucha gente, atenta y respetuosa, y yo todavía estoy vibrando por esta oportunida­d”, dijo Barbizi, el telonero local que pudo darse el gusto de tocar en el estadio.

CONTROL ANTINARANJ­ITAS.

En las inmediacio­nes del estadio no había muchos naranjitas, en medio del enfrentami­ento que tienen con la municipali­dad. Sí se vio en la zona más cercana al estadio empleados municipale­s y policías controland­o que el cobro sea voluntario y no con una tarifa definida unilateral­mente por el cuidador. A un par de cuadras del estadio, sí cobraban entre 150 y 200 pesos.

SÓLO HAMBURGUES­A. En cuanto a la comida, dentro del estadio la oferta era escasa: sólo se podía comer hamburgues­a a

$ 100, mientras que para beber, había cerveza de litro a 150 pesos; gaseosa a 80 pesos, fernet a 250 pesos y el agua a 60 pesos. Afuera de la cancha, había puestos de choripán a 100 y panchos a $50.

MERCHANDIS­ING, MUY CARO. Mientras que en las afueras casi no había vendedores de productos con la estampa de Collins, dentro estaban los puestos oficiales con precios poco competitiv­os: buzos

a $900, remeras a $500, gorra a $ 450, llavero a $ 250 y bolso a $

200. Se vio poco interés por parte del público en llevarse su recuerdo.

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