La Voz del Interior

Detenidos “colaterale­s” en busca de los prófugos

Aunque no encuentran a los asaltantes, los policías sí se toparon con otras dos personas acusadas de delitos. Crean una brigada especial para reforzar el rastreo de ambos.

- Juan Federico jfederico@lavozdelin­terior.com.ar

Nono, Cura Brochero, Mina Clavero, Deán Funes, Quilino y Villa de María de Río Seco son sólo algunos de los lugares a los que los investigad­ores policiales llegaron durante las últimas semanas detrás de la pista de los dos delincuent­es prófugos por el trágico tiroteo en Nueva Córdoba.

La balacera que se produjo el pasado viernes 16 de febrero a la madrugada causó la muerte del policía Franco Ferraro (29), de los ladrones Ricardo Serravalle (54) y Rolando Hidalgo (62); la detención de otro delincuent­e, Diego Tremarchi (32); y el pedido de captura contra otros dos miembros de la banda, que lograron fugar en medio de los tiros que asolaron la calle Rondeau al 80: Ariel Eduardo Gramajo (45) y Ariel Rodríguez Murúa (43).

Desde entonces, ha sido tan frenética como infructuos­a la búsqueda de estos dos últimos. Además de múltiples allanamien­tos en la ciudad de Córdoba (sobre todo en la zona de Villa El Libertador y Maldonado), los policías de Robos y Hurtos debieron viajar a distintas localidade­s cordobesas ante la sucesión de diferentes pistas sobre ellos.

La más fuerte ubicó a ambos en cercanías de Quilino, aunque ya hace varios días.

Ahora, ante el paso del tiempo sin novedades positivas (la difusión de una recompensa de 200 mil pesos provocó que ingresaran muchos datos falsos), el fiscal Rubén Caro resolvió crear una brigada policial especial para intentar encontrarl­os.

El hecho de que ninguno de ellos haya aparecido aún, así como que tampoco hubiera hasta ahora novedades en cuanto al dinero y a los cheques robados aquella noche, hace presumir a los investigad­ores que estos dos ladrones son los que se llevaron el millonario botín.

Una de las estrategia­s que han seguido los policías hasta ahora consistió en allanar de manera permanente a los familiares y allegados más próximos de los prófugos, con el objetivo de intentar encontrar cualquier signo de contacto.

Esta presión busca generar, al mismo tiempo, un cansancio extra en los buscados, ya que se presume que pueden recibir reclamos por parte de los allanados.

En ese sentido, el miércoles último, un hermano de Gramajo, Edgar Gramajo, fue demorado luego de que en uno de estos allanamien­tos fuera sorprendid­o con un vehículo que tiene pedido de secuestro por robo.

Se trata de un auto Peugeot 206 que figura como sustraído en la provincia de Tucumán, por lo que el hombre fue imputado por encubrimie­nto. El operativo tuvo lugar en un domicilio de Argandoña 4400, entre los barrios Altamira y Acosta (a pocos metros del club Unión San Vicente), de la ciudad de Córdoba.

En tanto, el martes pasado, también en el marco de la búsqueda de los dos prófugos, un dato sobre la supuesta presencia de uno de ellos llevó a una comisión policial hasta la localidad de Villa de María de Río Seco, al norte provincial, casi en el límite con Santiago del Estero.

Pese a que allí no encontraro­n ni a Rodríguez Murúa ni a Gramajo, los policías se toparon con Adam Romano (23), quien era buscado por la fiscalía de Distrito 3 Turno 5 de la ciudad de Córdoba acusado por un supuesto robo. Ante esto, el joven quedó detenido y ya fue trasladado a la capital cordobesa.

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