Cómo es el show del circo Merlín
El de Merlín es un circo tradicional. De aquellos viejos circos criollos que los abuelos disfrutaban hace varias décadas atrás. Hoy, ya sin animales (se prohibió en todo el país su presencia), el espectáculo que ofrece este tipo de circos se centra específicamente en las habilidades y destrezas de sus artistas.
En plena función, ellos mismos dirán que “tal vez no es el mejor circo del mundo”, pero que está hecho con la misma pasión y el mismo sacrificio que pusieron las primeras generaciones circenses.
El Merlín se adapta perfectamente a esta tradición: son una pequeña comunidad que gira por cada rincón del país y en la que cada artista tiene y desarrolla más de una habilidad.
El show abre a la vieja usanza con el presentador clásico dando la bienvenida oficial y las bailarinas envueltas en plumas que les ceden el lugar a los primeros malabaristas y trapecistas. Hay por supuesto magia de la tradicional, esa de habilidad con las manos que no carga con efectos mecánicos ni tecnológicos, y otras disciplinas clásicas como contorsionistas y rutinas de altura con tela. Para los que disfrutan del vértigo, la rutina de equilibrio sobre el péndulo y el hombre que traga fuego le ponen un poco de adrenalina extra.
También están los irreemplazables y efectivos payasos, y son ellos los que le dan al Merlín la cuota necesaria de risas para que los más chicos se sientan a sus anchas. Como novedad, en este circo en particular, una banda de folklore anima la velada con un puñado de hits para que todos canten en vivo.
Con humildad, y mucha vergüenza, los artistas salen a escena a mantener viva y defender la esencia más pura del arte del circo. Sin nostalgia, pero llevando las sensaciones a viajar por el tiempo, el circo Merlín es una opción retro en épocas de hiperconexión.
Sin grandilocuencias y con entradas a precios accesibles, el circo se convierte en un paseo para descubrir cómo fue el comienzo de un show que hoy se replica en el mundo con la fórmula de grandes empresas como el Cirque du Soleil.