La Voz del Interior

Con el alma en Malvinas

Familiares de caídos en las Islas por fin pudieron estar cerca de sus tumbas. Hubo escenas conmovedor­as. Los isleños respetaron el duelo de los argentinos.

- Mariano Iannaccone Especial desde las Islas Malvinas

Ayer fue un día histórico para los familiares de 90 soldados caídos en Malvinas que recién fueron identifica­dos en los últimos meses y ahora tienen tumbas con sus nombres y apellidos en las Islas. Todo gracias a la técnica de análisis de ADN y al trabajo conjunto de la Cruz Roja Internacio­nal y del Equipo Argentino de Antropolog­ía Forense.

Temprano por la mañana, en un hermoso día de sol, padres, hermanos, esposas e hijos de los soldados argentinos que perdieron la vida durante la contienda se dieron cita en el Cementerio de Darwin, ubicado a 80 kilómetros de Puerto Argentino (Stanley, para los isleños).

Allí se vivieron escenas conmovedor­as: los deudos pudieron visitar durante dos horas a sus muertos queridos, por fin identifica­dos, 36 años después de finalizada la Guerra de Malvinas.

Fue un día hermoso ayer en las Islas Malvinas, en el que el sol acompañó desde temprano y durante toda la visita a los familiares de los 90 caídos durante la guerra de Malvinas en 1982, que fueron identifica­dos en los últimos meses mediante una sofisticad­a técnica de análisis de ADN.

En el cementerio de Darwin, ubicado a unos 80 kilómetros de Puerto Argentino (Stanley, para los habitantes del archipiéla­go) 123 tumbas –de un total de 230 que tiene el mausoleo– y en cuyas lápidas se podía leer antes “Soldado argentino sólo conocido por Dios”, ahora llevan los nombres de los soldados allí enterrados.

Sin dudas, se trató de una jornada histórica. Para los argentinos, claro. Mientras que para los isleños, que prácticame­nte no tuvieron contacto con el contingent­e, fue un lunes más, como cualquier otro. Sin manifestac­iones de cari- ño, pero tampoco de rechazo.

Las participac­iones locales en el acto humanitari­o tuvieron que ver con la asistencia de funcionari­os del gobierno de las islas (que más allá de tener cierta autonomía, responde al Reino Unido), así como de miembros de su policía, de las fuerzas armadas británicas que resguardan el archipiéla­go y de religiosos; todos exhibieron un gran respeto y brindaron su homenaje a los soldados argentinos que perdieron la vida durante el conflicto bélico del que el lunes se cumplirán 36 años.

Horas del corazón

Los familiares, dos por cada uno de los 90 restos localizado­s gracias a un notable trabajo realizado por Cruz Roja Internacio­nal en forma conjunta con el Equipo Argentino de Antropolog­ía Forense, aterrizaro­n con las primeras luces del día.

Tal como estaba previsto, llegaron en dos aviones McDonnell Douglas MD-83 charteados a Andes Líneas Aéreas por el empresario Eduardo Eurnekian, titular de Corporació­n América.

La base aérea de Mont Pleasant, la fortaleza militar que la entonces primer ministra británica Margaret Thatcher mandó a construir apenas finalizada la contienda bélica, sirve como aeropuerto internacio­nal de las Malvinas; y fue el lugar de arribo para la histórica visita.

Pasadas las 8 de la mañana y en una caravana formada por micros y combis –que el gobierno isleño alquiló a agentes turísticos locales– iniciaron el trayecto de poco más de 37 kilómetros hasta el cementerio argentino de Darwin.

Durante los 50 minutos que duró el viaje por el ancho tramo de ripio, muy bien mantenido y que forma parte del camino principal que une los puntos más importante­s de la isla Soledad (East Falkland, para los lugareños), los familiares contemplar­on los tan inhóspitos como bellísimos paisajes malvinense­s preparándo­se para el emotivo acto.

Una vez en el predio del mausoleo, donde se montó un estricto control de su intimidad, los deudos se reagruparo­n para entrar al cementerio.

Vale destacar que sólo ellos fueron autorizado­s a ingresar; a esto lo había solicitado la Comisión de Familiares de Caídos en la Guerra de Malvinas e islas del Atlántico Sur –presidida por la bonaerense María Fernanda Araujo– algo que las autoridade­s de las islas cumplieron con un alto grado de rigor.

Por espacio de dos horas, pudieron contemplar con total tranquilid­ad las tumbas de sus seres queridos, ahora identifica­das; además, participar­on de una misa y fueron testigos del homenaje que militares británicos brindaron a quienes 36 años atrás fueron sus enemigos.

Efectivos de la Guardia Escocesa, vestidos con el uniforme histórico, acompañaro­n la ceremonia. Incluso, lo hicieron con un gaitero que interpretó una típica melodía de homenaje a soldados muertos en combate. Algunos minutos después de las 11, el contingent­e argentino comenzó a retirarse del cementerio; y con los mismos medios de transporte, volvió al aeropuerto de Mont Pleasant, desde donde emprendió el regreso al continente. Había concluido una jornada histórica.

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(AP) Lágrimas contenidas. Un pariente de un soldado muerto en Malvinas, recién identifica­do, se arrodilla frente a la cruz que lo recuerda en el Cementerio de Darwin.
 ?? (TÉLAM) ?? Reconocimi­ento. Geoffrey Cardozo, el militar británico que recogió los cuerpos de los argentinos caídos, recibió un aplauso cerrado de parte de los familiares presentes en Darwin.
(TÉLAM) Reconocimi­ento. Geoffrey Cardozo, el militar británico que recogió los cuerpos de los argentinos caídos, recibió un aplauso cerrado de parte de los familiares presentes en Darwin.

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