“He fomentado mis rasgos”
La cantante malagueña habla de “40 quilates”, un disco que celebra 25 años en el cancionero romántico hispanoamericano.
La cantante Pasión Vega, madrileña de nacimiento, malagueña por adopción, tenía referencias de Córdoba por su relación artística con el bandoneonista argentino Héctor “Tito” Cartechini. “Él siempre me hablaba de esta ciudad. De momento, no encuentro parecidos entre esta y la de Andalucía. Pero claro, todavía no he salido a pasear y no creo que tenga tiempo”, dice entre risas la artista que filtró su cancionero en el promedio del concierto de su compatriota Sergio Dalma.
Vega aprovechó la invitación del catalán para promocionar 40 quilates, su octavo disco y con el que celebra 25 años de trayectoria. Lo hizo con Fernando Velázquez, creador de las bandas sonoras de Lo imposible o Un monstruo viene a verme . “Antes, yo solía trabajar con el director musical en la previa de la grabación y, una vez que consensuábamos criterios, él se iba a consolidar todo. Con Fernando fue distinto, ya que decidimos juntarnos todos (nosotros más los músicos) para analizar las canciones al detalle; las canciones con sus paradas, sus tonalidades”, revela.
“Y a ese resultado lo hemos grabado de una manera casera. Ha sido un trabajo más lento, pero ha permitido saber qué era lo más fundamental en cada canción. ¡Llegamos a grabar hasta un serrucho! Nos permitimos ser insólitos”, añade.
–Entre los temas, hay una versión de “La Cigarra”, de María Elena Walsh. ¿Por qué la incluiste?
–Porque ha formado parte de mi vida. La conocí a través de Mercedes Sosa, pero sé que ha sido muy interpretada. He sentido la necesidad de interpretarla siempre porque es un himno que te hace seguir, que te libera. Cuando no sabes qué camino tomar al vivir un momento complicado de la vida, La Cigarra te energiza.
–Tu forma de cantar tiene manierismos andaluces. ¿Alguna vez te sugirieron atenuarlos?
–Forman parte de mí y no he permitido que me los saquen ni que me los controlen. Es verdad que hay ciertos géneros que te piden una voz más lisa y menos afectada, pero conforme he avanzado en mi carrera, me se he sentido cada vez más orgullosa de mi acento, de mi manera de hablar y de mis giros interpretativos al cantar. He fomentado mis rasgos por- que, creo, así logras carácter, personalidad. La gente te identifica por esos giros.
–¿Cómo te llevás con la subestimación de lo romántico?
–Ni bien ni mal. Sé que cuento historias cotidianas y que con ellas mejoro la vida de algunas personas. Me ha influido mucho la obra de Serrat, de Mercedes Sosa y de Carlos Cano, pero no soy compositora de mis canciones. Soy sólo intérprete, pero me implico en el proceso creador: la elección de las canciones la hago yo y trabajo codo a codo con los autores. Mi repertorio va de lo social a las cosas del corazón, que es algo que está más allá de lo romántico. Porque a veces hablas de una despedida, de celos, de enganches emocionales, del amor en mayúsculas, que no necesariamente tiene que ver con una relación de pareja.
–¿Cómo es ser una voz popular en España? ¿Pagás con tu privacidad?
–Como manejarte con respecto al afuera lo eliges desde que comienzas; sucede exactamente lo mismo que con el estilo... Siempre que tengas claro cuáles son las cosas a las que no quieres renunciar, nada malo puede pasar. Me han respetado esta postura, por suerte. También es cierto que influye el ámbito en el que naces. Si tu eres hijo de una superestrella, la tendrás difícil. Pero en mi familia nadie se dedicaba a la música, sino que apenas la amaban profundamente. Me marcó mucho la discoteca de mis padres. Mi padre era forofo de Gardel.