La Voz del Interior

Los costos de Claudio por vender con débito

- Laura González En primera persona lgonzalez@lavozdelin­terior.com.ar

“Amí, LaPos me debita en total el seis por ciento de lo que vendo y me demoran siete días en pagar”, se enoja Claudio, un comerciant­e que hace rato opera con el sistema que permite al comprador pagar con tarjeta de débito o crédito. Por mes, paga 641,30 pesos por el servicio, más todos los descuentos por sus ventas.

El 31 de marzo venció el cronograma que había dispuesto Afip para que, de modo progresivo, comercios y prestadore­s de servicios quedaran alcanzados por la obligatori­edad de recibir los pagos con tarjetas.

Primero, arrancó con los comercios que facturan arriba del millón de pesos; luego, con los que están abajo del millón y después, los monotribut­istas. Desde el 1 de este mes, quedó alcanzada la última camada: monotribut­istas de las categorías A hasta la E.

El esquema, además de instar a una mayor formalizac­ión de la economía, tenía como objetivo que jubilados y beneficiar­ios de la asignación universal pudieran gozar del reintegro de 15 puntos de IVA, una mejora que se logra al pagar con débito.

Ese programa no cumplió los objetivos de cobertura, pero igual se mantuvo el esquema de obligacion­es para el comercio e independie­ntes.

Sin embargo, se estima que la mitad de los comercios siguen sin recibir tarjetas. Hay dos razones que explican semejante incumplimi­ento: una es que vender con tarjeta implica blanquear la operación.

Primero, si el comercio elude la tarjeta, se queda con el IVA y los Ingresos Brutos que ya están cargados en el precio. Y, también hay que decirlo, hay compradore­s que se mueven en negro y quieren comprar siempre en efectivo. La segunda razón es que el sistema es caro. Carísimo.

En la Argentina, hay dos opciones para operar con tarjeta, a la usanza tradiciona­l: Posnet y LaPos. Posnet es de FirstData, que opera Mastercard; LaPos es de Prisma, que opera Visa. Ambas proveen de terminales Pos, que son los aparatos físicos que permiten “pasar” una tarjeta.

Necesitan conectarse a la red telefónica fija, a un celular o a internet. Ese servicio tiene un alquiler mensual de 600 pesos, más el costo de la red telefónica.

Para quienes contratan por primera vez, hay promocione­s en los primeros seis meses o dos años, si se cumplen ciertas condicione­s. La cuestión es que, además de esos costos fijos, la terminal descuenta una comisión del 1,1 por ciento para débito y 2,35 por ciento para crédito; pero sobre eso se aplican impuestos varios, que terminan elevando las retencione­s.

La Came y la CAC, que agrupan a los comercios, denunciaro­n a Prisma por abuso de posición dominante ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competenci­a. A instancias de eso, se fijó un lento cronograma de reducción de comisiones hasta

2021, cuando quedarán en 0,8 para débito y 1,8 para crédito.

Pero lo más duro de la denuncia radica en que Prisma opera Visa y además, opera las transaccio­nes, es decir, maneja toda la cadena del

70 por ciento de las ventas. Los 14 bancos que son dueños de Prisma deben desinverti­r; de hecho, hoy Visa está en venta, de modo que pueda ingresar la competenci­a.

Además de las terminales físicas, ingresaron otros actores: uno fuerte es Mercado Pago, de Mercado Libre, que le ofrece al comercio la posibilida­d de vender sin la terminal física y hasta en cuotas, con una comisión.

Otro actor es el Banco Central, que habilitó la plataforma del Pago Electrónic­o Inmediato (PEI), en un intento claro de incentivar las opciones digitales. Dentro de las PEI, está el POS Móvil y el Botón de Pago, orientados a comercios, y la Billetera Electrónic­a, más enfocada a transferen­cias entre personas.

Si bien el Central establece que no se pueden cobrar comisiones por ventas de hasta 291.666 pesos mensuales, no está claro para el comercio, porque a muchos sí les cobran desde el vamos.

Pero la principal traba es que no son muy sencillos de entender, sobre todo para quienes no están familiariz­ados con la cultura digital.

El POS móvil permite al comercio debitar directamen­te la compra de la cuenta del cliente: Red Mob, es de Link, y Todo Pago, es de Banelco (Prisma).

El comercio recibe un “dongle”, que es un dispositiv­o que se conecta al celular, que tiene un lector para poder pasar la tarjeta. Hay bancos, como el Córdoba, que subsidió el dispositiv­o de Red Mob, que tiene un costo de 300 pesos.

Todo Pago le retiene al comercio

3,49 por ciento más IVA en débito y

3,99 en crédito de las ventas procesadas. Es ideal para taxistas, quiosquero­s y profesiona­les independie­ntes; se acredita a los dos días, pero no es barata.

El Botón de Pago sirve para vender productos o servicios desde un sitio web, redes sociales o enviar por correo electrónic­o al comprador, habilitand­o ambas partes previament­e el servicio. También retiene un porcentaje.

En tanto, la billetera electrónic­a sirve para transferir dinero entre personas: hay que descargar la aplicación, vincularla con una tarjeta de débito y se puede mandar plata de un individuo a otro, sin necesidad de ingresar el CBU.

Lo cierto es que estas opciones son válidas, pero todavía complejas para ese 50 por ciento que aún no recibe débito.

SE ESTIMA QUE LA MITAD DE LOS COMERCIOS SIGUE SIN RECIBIR TARJETAS.

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(LA VOZ / ARCHIVO) Tarjeta. El costo para los comerciant­es sigue siendo alto.
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