El vínculo que no está en la red
Los chicos ya están encaminados en el año escolar y los padres en el trabajo, aunque anhelando algún “finde” largo. Así nos encuentra abril, con el otoño pintando paisajes.
“Doctor: estoy menos gordita”, me susurra al oído Carmela, mientras se levanta el buzo para que verifique sus dichos.
“Muy bien, no es tan importante que estés menos gordita, sino que aprendas a comer sano y hagas actividad física”, contesto. Con sus 6 años, ya puede ser partícipe del cuidado de su salud.
A pesar de lo que habíamos hablado en consultas anteriores, su mamá me dice que buscó en Google qué “otros alimentos saludables podía darle”.
La consulta de internet para obtener información es una situación que cotidianamente nos plantean los padres de nuestros pacientes.
Buscan enfermedades, tratamientos, dosis de medicamentos, qué análisis de laboratorio se debería pedir para la supuesta situación de su hijo, entre otras situaciones.
“Mi hijo tiene fiebre, ¿no será sarampión? Leí en internet que hay un caso en Buenos Aires. Doctor, ¡hágale los análisis que hagan falta!”.
“Vi en Facebook que a los chicos las vacunas les hacen mal, ¿será necesario ponérselas?”.
Frases como estas resuenan en los consultorios de los médicos desde hace un tiempo.
La acción de “googlear” se trasformó en un verbo nuevo y de uso cotidiano.
Internet es una herramienta muy valiosa. En el campo de la salud, la dificultad es poder seleccionar la información correcta, saber interpretar el lenguaje técnico que a veces existe o adecuar a cada niño lo que se dice en general.
Internet no conoce a tu niño, que es único e individual.
El vínculo médico-paciente debe ser básicamente una relación humana, que tiene un aspecto técnico o científico. Muchas veces sólo las palabras, la comunicación, el escuchar los problemas de los niños y de sus familias es suficiente tratamiento. Los diálogos sobre la crianza, los límites o los conflictos con adolescentes nos llevan a buscar caminos de largas charlas.
“Esta bien que busques en internet si te parece, pero hablemos sobre lo que leíste y juntos decidamos qué es lo mejor para Carmela”, le dije a la mamá.
Las despedí con un beso, tampoco esto lo encontrará en internet.
EL VÍNCULO MÉDICOPACIENTE DEBE SER BÁSICAMENTE UNA RELACIÓN HUMANA, QUE TIENE UN ASPECTO TÉCNICO O CIENTÍFICO.