Abrir las puertas
En 2009, fuimos los primeros de la Ciudad de Córdoba en ofrecer un servicio de estas características y para un máximo de 24 cubiertos. La idea era despuntar el vicio de tener un restaurante, y durante dos años disfrutamos mucho el trato directo con el cliente, algo que en espacios más grandes no se puede. Podíamos conocer mejor la demanda y explicar la intención de cada preparación y de cada servicio.
Los tiempos, la filosofía y la política del restaurante privado son muy diferentes al de un emprendimiento gastronómico común. La experiencia casi siempre consiste en que el comensal pueda disfrutar de excelentes materias primas, innovaciones en los tratamientos, presentaciones, y un servicio y maridaje ad hoc.
Trabajábamos con mi hermanos Alejandro y María Ana, y luego fuimos invitados por el Azur Real Hotel Boutique a mudar el restaurante a sus instalaciones, superando las expectativas del proyecto inicial, aunque manteniendo el mismo perfil.
Finalmente, nos trasladamos a 27 de Abril 633, con acceso desde la calle, capacidad de 60 cubiertos y dos propuestas diferenciadas para almuerzo y cena.
Si bien en algunos casos hay una cuestión esnobista detrás, creemos que haber pasado por la experiencia fue valorable, porque nos dio renombre y nos permitió crecer para llegar hasta donde estamos ahora.