La Voz del Interior

Riesgo de “medicina defensiva” en la salud Alejandra Beresovsky

- Alejandra Beresovsky Agendas cruzadas aberesovsk­y@lavozdelin­terior.com.ar

El informe de la autopsia que se le realizó a Débora Pérez Volpin fue devastador para la reputación del Sanatorio de la Trinidad, de Palermo, donde la periodista había ingresado para un estudio que regularmen­te no tiene complicaci­ones.

El trabajo arrojó que el endoscopio había lesionado el esófago, por donde era conducido el tubo. Eso ocasionó que el gas que lanza el endoscopio ingresara al corazón y al mediastino, que es el espacio existente en medio de la caja torácica, entre las dos pleuras, la columna vertebral y el esternón. La consecuenc­ia fue un paro cardiorres­piratorio registrado apenas cinco minutos después del inicio del estudio.

Estas conclusion­es profundiza­ron la perturbaci­ón que generó el caso, tanto en profesiona­les y en centros de salud como en pacientes, algunos de los cuales retrasaron o suspendier­on turnos para realizarse endoscopia­s.

Claudia Madies, directora del Centro de Estudio e Investigac­ión en Derecho Sanitario y Bioderecho de la Universida­d ISalud, de Buenos Aires, afirma que el impacto asociado a la noticia tuvo la única virtud de instalar el tema de los derechos de los pacientes en la sociedad, pero advirtió sobre la pérdida de confianza por parte de la población. “El riesgo no es que se produzcan más demandas, porque ya se realizan muchas en la Argentina y las condenas son pocas”, señaló en diálogo con este medio. Y recalcó: “Lo que hay que evitar es que se genere una medicina defensiva”.

La denominada “medicina defensiva” se caracteriz­a por el pedido por parte de los médicos de un listado exhaustivo de estudios – algunos innecesari­os– con el único fin de evitar denuncias en el futuro. Otra posible consecuenc­ia que marcó es que profesiona­les avezados eviten realizar determinad­as prácticas que puedan considerar­se de riesgo.

La especialis­ta, una de las más reconocida­s en el país en materia de Derecho Sanitario, opinó que, más que concentrar­se en la sanción, hay que buscar que no se repitan estos eventos adversos, lo cual se puede lograr a través de una serie de estrategia­s, además de la judicial, como la calidad de atención y la sanitaria.

La seguridad del paciente es una de las áreas en las que se trabaja en los ministerio­s de Salud, tanto nacional como provincial­es. Héctor Maisuls, subsecreta­rio de Coordinaci­ón de Atención Médica, Calidad Hospitalar­ia y Seguridad del Paciente del Ministerio de Salud de Córdoba, dijo en febrero ante una consulta de este diario que es importante evitar que la notificaci­ón de eventos adversos en los establecim­ientos de salud sea punitiva, porque eso podría desalentar que los casos se informen y que se pueda aprender de ellos, para evitar que se repitan en el futuro.

Madies aclara que los eventos adversos derivan generalmen­te de un sistema defectuoso, esto es, una cadena de malas actuacione­s y no un único evento. Para prevenirlo, por lo tanto, el abordaje también debe ser sistémico, sin que prevalezca el enfoque represivo y generando, en cambio, un clima que permita que sean los propios profesiona­les quienes denuncien sus propios errores.

“Por supuesto, la familia damnificad­a siempre va a buscar, por un lado, definir dónde está la responsabi­lidad desde el derecho penal y el resarcimie­nto, desde el derecho civil, pero también hay que ver cómo aprende el sistema de salud de estas situacione­s”, concluye.

Lejos ya de la cobertura mediática omnipresen­te que caracteriz­ó el caso en un primer momento, lo que cabe ahora es promover esa evolución.

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Débora Pérez Volpin. La víctima de un caso que provocó estupor.

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