El triunfo de Benítez fue ajustado
MANAGUA. La tensión continúa en Nicaragua, horas después de que el presidente Daniel Ortega dio marcha atrás con las controvertidas reformas a la Seguridad Social que desataron protestas inéditas en todo el país.
Las barricadas se mantuvieron en varios sitios de Managua, la capital, mientras que estudiantes de la Universidad Politécnica, Upoli, denunciaron que fuerzas antidisturbios los atacaron cuando mantenían una vigilia en honor a sus compañeros muertos tras cinco días de manifestaciones y de represión oficial.
Mientras tanto, las cámaras empresariales de Nicaragua informaron que mantenían en pie la marcha nacional convocada para la tarde del lunes en Managua.
Los videos que compartieron en redes sociales los jóvenes de la Upoli –bastión de la resistencia estudiantil contra Ortega– mostraban imágenes dramáticas, con el sonido de disparos y con los gritos de desesperación de los estudiantes que pedían ayuda para trasladar a los heridos. Los estudiantes denuncian por lo menos media docena de heridos y se habla de un muerto que no ha sido aún confirmado.
El anuncio del presidente Ortega parece no haber calado en la indignación de la población. El domingo por la noche, centenares de nicaragüenses se reunieron en la neurálgica Carretera a Masaya, sede de importantes empresas nacionales y extranjeras, para demandar un cese a la represión y la salida del presidente Daniel Ortega. “No eran delincuentes, eran estudiantes”, gritaban los manifestantes como respuesta al discurso del presidente, quien tildó de “pandilleros armados” a los manifestantes y dijo que “se matan entre ellos mismos”. La manifestación fue conmovedora, con los participantes sentados en la calle en honor a los caídos en las marchas.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) modificó la lista de víctimas mortales y confirmó la cifra de 25 fallecidos, aunque el número puede aumentar dada la cantidad de detenidos o de los considerados como desaparecidos.
Entre ellos, está Ángel Eduardo Gahona, periodista del Caribe, que murió de un disparo en la cabeza mientras cubría las manifestaciones. Gonzalo Carrión, director jurídico del Cenidh, aseguró que estaban tratando de verificar los nombres de las personas detenidas. También denunció que hubo padres desesperados por conocer el paradero de sus hijos.
Las cámaras empresariales emitieron un comunicado en el que reconocían y “valoraban” la lucha cívica y pacífica “encabezada por nuestros jóvenes”, honraban “el sacrificio en vidas, la convicción y el valor de nuestra juventud”, e invitaban a los nicaragüenses, y no sólo a los trabajadores, a participar en la marcha nacional convocada para el lunes. Los empresarios dijeron que estaban dispuestas a un diálogo, pero pedían como garante a la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
Refugio
En campus de la Upoli, ayer tras los ataques permanecían unos 150 estudiantes que se mantienen atrincherados en su protesta contra el presidente Daniel Ortega.
Dentro del recinto –cuya entrada es restringida–, había una gran agitación con estudiantes reuniendo la ayuda en medicinas, alimentos y agua que la población de forma solidaria les había enviado.
Términos de la reforma
Las manifestaciones comenzaron el miércoles pasado, después de que el presidente Ortega impuso una reforma a la Seguridad Social que incluía una reducción del cinco por ciento en las pensiones y aumentos a las cuotas que entregan la patronal y los trabajadores. Las cámaras empresariales rechazaron las reformas y, por primera vez en 11 años, se distanciaron de la relación de “consenso” que mantenían con Ortega. ASUNCIÓN. El Partido Colorado, principal fuerza de la política paraguaya durante los últimos 70 años, sufrió más de lo que esperaba, pero retuvo la presidencia.
Su candidato, Mario Abdo Benítez, esperó durante horas el final del recuento de votos, y vio cómo su oponente, el liberal Efraín Alegre, se le acercaba, hasta quedar a menos de cuatro puntos de distancia.
El conteo fue denso para los cientos de colorados que se acercaron a la sede del partido en el centro de Asunción. Llegaron convencidos de que obtendrían más de 20 puntos de ventaja, como vaticinaban las encuestas.
Con el 50 por ciento escrutado y más de 10 puntos por encima de Alegre, celebraron. Pero pronto la euforia fue preocupación y los colorados debieron esperar hasta el final. La cuenta terminó a favor de Abdo, con un 46,46 por ciento de los votos, contra el 42,73 por ciento de Alegre, equivalentes a 94.000 sufragios. El triunfo colorado por 3,73 puntos de ventaja fue el más ajustado desde 1993.
Alegre, líder del tradicional Partido Liberal Radical Auténtico (Plra), estuvo cerca de alcanzar el milagro. Debió su estrella a la reedición de la alianza con Fernando Lugo, la misma que en 2008 convirtió al exobispo en el primer no colorado en ganar una elección en siete décadas. Estuvo cerca, pero el arrastre de los votos de la alianza de izquierda que lidera Lugo, el Frente Guazú, no fue suficiente.
Toma del poder
Benítez, un empresario de 46 años de corte conservador, asumirá el próximo 15 de agosto
Le toca enfrentar una severa crisis estructural, en la que tres de cada 10 ciudadanos paraguayos viven por debajo de la línea de la pobreza y muy cercanos a la indigencia.