La Voz del Interior

¡Qué le van a hablar de circo a Los Caligaris!

Antes de la presentaci­ón de mañana en Quality Espacio, la banda más “acrobática” visitó el Circo Merlín. Fue una tarde cargada de energía y buena onda.

- Rodrigo Rojas rrojas@lavozdelin­terior.com.ar

Enfundados en sus trajes de lentejuela­s, y con la sonrisa dibujada en los rostros, los artistas del Circo Merlín se alinean sobre el escenario para recibir la visita de Los Caligaris. Están todos: el malabarist­a, la contorsion­ista, las bailarinas, el presentado­r y, por supuesto, el inefable payaso. Cuando la banda pisa la pista de ase- rrín, los abrazos y las anécdotas comienzan a fluir hasta estallar en risotadas y recuerdos. Parece un gran encuentro familiar.

Es que Martín Pampiglion­e y Raúl Sencillez pasaron su primera infancia bajo la carpa de un circo y son quinta generación de artistas de circo. Y cuando dieron los primeros pasos en la música depositaro­n todo su linaje circense en el concepto de la banda. “Estamos muy vinculados al circo, no sólo por las raíces, toda la obra de Caligaris tiene mucho que ver con esto. Eso de ser un espectácul­o para toda la familia, por la alegría, por el nombre que remite a un payaso, por esta vida nómade que llevamos girando”, explica Raúl.

Desde el bautismo mismo el grupo carga con la herencia, ya que el nombre remite a una vieja y trágica historia circense. “Es una leyenda que me contaban en el circo cuando me iba a dormir. La del payaso Caligari, quien sale a la pista a actuar y fallece. Cuando les conté a los chicos la historia la adoptamos como nombre de la banda, porque nosotros somos eso: una banda que divierte hasta el último momento”, dice Martín.

Familia numerosa, en la banda también están los que nada tenían que ver con el circo, pero que rápidament­e adoptaron la estética y la esencia. “Los que no veníamos del circo éramos espectador­es. A Córdoba siempre vinieron circos y yo iba a todos, de hecho aún tengo la foto dentro del visor plástico que te sacaban. Siempre nos enamoró el concepto, eso de divertir hasta el final. Incluso, algunos luego hicieron talleres de circo para desarrolla­r algo arriba del escenario. El circo nos abraza desde siempre”, cuenta Juan Taleb.

Martín es bisnieto del legendario payaso Tony Tachulea y nieto e hijo de payasos también, un orgullo que enarbola alto, aunque para muchos el término “payaso” se pueda convertir en un adjetivo calificati­vo negativo. “Muchos creen que como no te salió nada te hiciste payaso, pero, generalmen­te, los payasos dominan el arte del trapecio o de la cama elástica y, luego, comienzan a pintarse la cara. Es un artista muy completo. Hay mucho prejuicio con la palabra “payaso”, a veces se usa de forma denigrante, pero nosotros hemos aprendido a tomarnos en serio a la alegría. Nos lo tomamos muy en serio”, sentencia.

Y esto se puede trasladar a los que creen que hacer música alegre es hacer música ligera. “Hay cierto prejuicio, fíjate que cuando entregan premios, el mejor actor siempre es de drama y el de comedia queda a la sombra.

Para nosotros divertir a la gente es una tarea importante. Algunos tienen un concepto de la alegría como algo estupidiza­nte, pero nosotros lo hacemos con cariño, respeto y profesiona­lismo”, dice Juan. “Tenemos una poesía simple y directa, con letras que las cantan en muchos lugares distintos, en todas partes hay gente que se quiere divertir. La gente va predispues­ta a eso cuando nos ve”, dice Martín.

Del sueño al éxito

Caligaris comenzó como toda banda, impulsada por los sueños. Pero un día la ilusión se transformó en canciones sonando en las radios, entrevista­s en los medios, fans y estadios llenos. Cuándo fue que se dieron cuenta que esto iba en serio es la pregunta. “¡La semana pasada!”, repentiza Raúl riendo. “Cuando éramos adolescent­es, el sueño de vivir de la música existía, pero aun faltaban un montón de cosas por ajustar para que la banda se consolide. Fuimos dando muy lentamente los pasos. Creo que todo empezó de alguna manera en 2002, en plena crisis del país social y económica, en la que nadie quería poner un peso y que apareció el Negro Videla, nuestro primer productor. Nadie apostaba por una banda nueva ni estaba dispuesto a invertir en una grabación. Nosotros estábamos en una transición y fue un momento muy importante, ahí empezó el trabajo profesiona­l. Yo estaba con intención de hacer la facultad, me bocharon en el cursillo y me decidí a meterme de lleno en la música, y así fue la apuesta de cada uno”, rememora Juan.

Muchos sobre el escenario y otros tantos también girando alrededor, Caligaris es como una gran familia que, más allá de los lazos, ha establecid­o también ciertos códigos que deben respetarse. “Tenemos como un estatuto, está en la sala, pero yo no lo leí”, arranca bromeando Raúl. “Son cosas básicas. Tiempo atrás hasta hici- mos una terapia de grupo en la que buscamos un couching que nos dijo algo interesant­e: ustedes quieren llegar todos al mismo lugar, pero por distintos caminos. Y ahí creo que surgió ese reglamento. Fue hace algunos años, pero la verdad nunca tuvimos problemas”, aclara Martín.

La buena energía es la que los ha llevado a transitar estas décadas, las mismas que hoy celebran con la edición del DVD especial y tendrá en la noche del viernes el gran festejo. El futuro aún está por escribirse, pero, segurament­e, los tendrá en alguna situación muy cercana a este presente. “Nos imagino muy viejos dentro de 20 años. Pero no me imagino una vida fuera de la banda, creo que vivimos muchas cosas y siempre primaron los momentos de alegría y felicidad. Nos hemos comido alguna situación fea, pero es parte del juego. Creo que supimos aprender de los errores. Rescato que nos reímos mucho de las cosas malas, ese es uno de los secretos”, dice Raúl antes de la palabra final de Martín: “Nosotros empezamos con 15 años de edad promedio y la banda ya pasó los 20. Hemos vivido más siendo Caligaris que no siéndolos. Por eso somos esto nosotros realmente, ninguno de nosotros se puede imaginar fuera de lo que nos gusta hacer y de lo que disfrutamo­s”.

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(JOSÉ HERNÁNDEZ) Todos juntos. Los artistas del Circo Merlín y Los Caligaris vivieron una tarde entretenid­a bajo la carpa.
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 ?? (JOSÉ HERNÁNDEZ) ?? Hermanos. Caligaris tiene una historia fuertement­e ligada a la vida circense. Pasaron un momento único, en la previa de un show especial.
(JOSÉ HERNÁNDEZ) Hermanos. Caligaris tiene una historia fuertement­e ligada a la vida circense. Pasaron un momento único, en la previa de un show especial.
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Preparan la fiesta. Los Caligaris estrenarán su reciente DVD con “El show más feliz del mundo”.

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