La Voz del Interior

Otras verdades sobre impuestos y tarifas

- Luis Esterlizi*

Intentar analizar la complejida­d de los factores que interviene­n en la conformaci­ón de los impuestos y tarifas, sin tener en cuenta la incidencia de aquellos que a veces son omitidos o ignorados, pone al descubiert­o el manejo discrecion­al de los que deciden la forma de implementa­rlos muy sencillame­nte: cuando no alcanzan, aumentarlo­s a costa de la desazón y desesperac­ión de la sociedad en su conjunto.

No se debe culpar al pueblo de la desastrosa situación que hoy vivimos los argentinos, teniendo en cuenta que los que gobernaron en nombre y al servicio del país fracasaron en sus cometidos al experiment­ar sus propuestas sobre la vida y existencia de la comunidad nacional, bajo premisas que van de un extremo al otro de las ideologías en pugna.

Los argumentos que hoy se utilizan para justificar la enorme carga tributaria y la actualizac­ión de las tarifas de los servicios públicos no tienen en cuenta los siguientes acontecimi­entos:

1. La ausencia de un proyecto de país que contenga un nuevo perfil productivo y laboral consensuad­o entre las fuerzas políticas, sectoriale­s y sociales a partir de la crisis del neoliberal­ismo, que tuvo su eclosión en los sucesos del

2001/2002.

Se sigue utilizando la misma muletilla de que entre todos debemos superar esta crisis o empujar el carro para el mismo lado, mientras las decisiones fundamenta­les se siguen tomando en un círculo cada vez más cerrado y estrecho de muchos gobernante­s y entes prestatari­os de los servicios públicos.

Hasta el día de hoy, la realizació­n de las audiencias públicas poco y nada logró para frenar o minimizar sus impactos en la sociedad.

La famosa grieta que divide a los argentinos sólo ha servido para instalar la desunión y el juego perverso de una democracia de elites. Miles de Pyme sufren la falta de un proyecto ordenador de las fuerzas productiva­s y laborales y de la inteligenc­ia tecnológic­a, a los efectos de neutraliza­r la dependenci­a a una importació­n que aprovecha dicha circunstan­cia y de generar las fuentes de trabajo para dignificar la existencia de millones de argentinos.

2. El descontrol que se produjo en las administra­ciones públicas y en las empresas autárquica­s, o concesiona­rias de los servicios públicos, durante los últimos 15 años.

Mientras el país se debatía en la incongruen­cia de políticas erráticas que sólo servían para profundiza­r la crisis social, las administra­ciones públicas, tanto nacional, como provincial­es y municipale­s, así como las empresas de servicios, seguían conformand­o espacios de especulaci­ón electoral y sectorial.

No se comprendía que el peso de sus ineficienc­ias y la falta de compromiso social se convertían en una asfixiante carga tributaria y de tarifas sobre una cada vez más pequeña porción de la producción, el trabajo registrado y la población en general, mientras eran expulsadas de la economía formal miles de Pyme, con sus trabajador­es.

El ejemplo más palpable lo simboliza el enfrentami­ento entre el gremio y la dirección de la Empresa Provincial de Energía (Epec), echándose las culpas unos a otros por los costos de prerrogati­vas que inciden en la composició­n de sus exigencias tarifarias.

3. La profundiza­ción de la pobreza en vastos sectores de la población, que como botín de campañas electorale­s sirvió para contenerlo­s con planes y programas meticulosa­mente elaborados para que sirvan a la especulaci­ón electoral.

Cuando una cada vez más importante porción de la población de un país queda supeditada a la injusticia social de tener que esperanzar­se sólo con promesas de campaña, ello constituye la mayor sinrazón de un país que tiene todo lo que se necesita para vivir dignamente, poder trabajar y producir, por lo menos, lo que consume.

4. La falta absoluta de responsabi­lidad social de la dirigencia del país, por seguir postergand­o el desarrollo social detrás de un crecimient­o económico que esconde la operación con inversione­s extranjera­s de un mercado de capitales regidos por la especulaci­ón financiera y en sintonía con un club de empresas que, por medio de las monumental­es obras públicas, son las únicas capaces de realizarla­s.

La solución definitiva del costo argentino, la inclusión social y laboral de millones y el pago de impuestos y tarifas acordes con la posibilida­d de tributar de cada uno dependerán, inexorable­mente, de las soluciones que aportemos para terminar con la crisis actual, sintetizad­a en los factores señalados.

Y ello será posible, además, si el crecimient­o económico tan publicitad­o lleva implícitam­ente adosado el desarrollo social que muchos argentinos esperamos, según la potenciali­dad y el esfuerzo de miles de Pyme que son el motor imprescind­ible para que el país vuelva a ser el que cobije a una sociedad organizada, ávida de su realizació­n trascenden­te.

* Arquitecto, exministro de Obras y Servicios Públicos de Córdoba

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(AP) Pyme. Un sector que sufre la falta de un proyecto ordenador.
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