La Voz del Interior

Falleció el cónsul de Israel

- Guillermo Lehmann Correspons­alía

En un emocionant­e encuentro, más de un centenar de excombatie­ntes de la Guerra de Malvinas renovaron el juramento a la Bandera nacional, en un acto realizado en Mendiolaza y que –aseguraron– se realiza en su tipo por primera vez en el país.

Se trata de soldados clase 1963 que los días 24, 25 y 26 de abril de 1982 prometiero­n “honrar la patria hasta la muerte”, pero en las islas, en pleno conflicto bélico con Gran Bretaña.

Ese año, estos jóvenes conscripto­s llegaron a las Malvinas en calidad de reclutas y pudieron jurar la Bandera en el territorio recuperado para pasar a ser reconocido­s como soldados. Desde entonces, se convirtier­on en los únicos argentinos que pudieron jurar por primera vez la enseña patria en territorio insular.

“Este momento histórico pocos argentinos lo conocen. Hoy se concreta este acto que es único en la República Argentina, porque rememoramo­s un hecho que nunca se había concretado ni se volvió a repetir”, expresó Ricardo Basilio, combatient­e en 1982.

“Llegamos a las Islas como reclutas, sin ninguna formación ni experienci­a para una guerra, y por eso entre el 24 y el 26 de abril de ese año nos hicieron jurar la Bandera para considerar­nos soldados, por si nos tocaba morir”, explicó Basilio.

El excombatie­nte rememora Exsoldados evocaron aquella jura inusual en plena guerra.

Ricardo Basilio, excombatie­nte, remarca que “aquel hecho pocos argentinos lo conocen”. Se refiere a la tanda de reclutas que llegó a Malvinas sin preparació­n ni formación. Entre tanto apuro, ni siquiera habían jurado la Bandera. Lo hicieron en las Islas, para pasar a ser soldados. Y ayer lo evocaron. que ese grupo, en esos helados días de hace 36 años, bajaba desde las laderas, salía de los galpones, de los pozos y de las trincheras a los sectores poblados para celebrar la ceremonia de juramento, mientras los kelpers los miraban con aprehensió­n desde las ventanas de sus casas.

“Vivimos momentos inolvidabl­es. Aislados de todo, nerviosos, con mucho miedo, sin saber si íbamos a volver a ver a nuestros afectos, nos formábamos para jurar la Bandera mientras los isleños nos miraban con bronca. Pero ahí estaba nuestra Bandera, el viento la hacía danzar y esas tierras temblaron ante nuestro grito de juramento. Por eso es tan importante para nosotros que se reconozca ese momento”, refirió Basilio.

Este relato, y otros de similar intensidad, llevaron al intendente de Mendiolaza, Daniel Salibi, a proponer que todos los años, en esta fecha, se repita este rito para recordar aquella situación. “Como sociedad, tenemos una gran deuda con estos héroes y desconocem­os muchas historias. Durante décadas, fueron ninguneado­s y ellos sólo esperan que les den un abrazo, por eso este reconocimi­ento es lo mínimo que podemos hacer”, manifestó Salibi.

Las escuelas de esta ciudad tuvieron ayer asueto para participar con sus alumnos del acto.

“Mirarnos”

Sergio Martín fue otro soldado de aquellos días, de esa clase 1963. Vive en Unquillo, el mismo lugar que habitaba en 1982.

“Cada vez que se acercan estas fechas, miramos nuestras fotos vestidos de soldados, sin saber que íbamos a serlo. Terminamos la secundaria con un libro bajo el brazo que, de un día para el otro, nos obligaron a cambiar por un fusil. En los últimos años, muchos banalizan la fecha, porque la agendan sólo como un feriado turístico, cuando en esa guerra murieron 649 compañeros. Los sobrevivie­ntes, 36 años después, sangramos por las heridas del olvido de la sociedad. Hoy estamos de pie por aquellos compañeros que no volvieron. Este acto nos está viendo volver y la jura de la Bandera nos vuelve a abrazar. Pero que quede claro que no hay nada que festejar”, concluyó Martín.

La intención de esta modalidad de jura de la Bandera en conmemorac­ión de esta fecha, que partió del municipio de Mendiolaza y de agrupacion­es de combatient­es de Malvinas de Sierras Chicas, es que sirva como disparador para replicar iniciativa­s similares en todo el territorio nacional.

Alejandro Orchansky, cónsul honorario de Israel en Córdoba, falleció ayer en Buenos Aires. Tenía

72 años y cumplió por largo tiempo una destacada actividad en esta provincia en su rol como diplomátic­o, que fue reconocida desde distintos ámbitos políticos, sociales y culturales. Había nacido el 18 de febrero de 1946.

Sus restos serán trasladado­s a Córdoba, donde serán velados hoy desde las 19.30 en la casa de sepelios Caruso, en avenida Rafael Núñez

5857.

“Estamos muy tristes. Era una persona muy capaz y con una personalid­ad muy positiva que conquistab­a a todos. Es una pérdida muy dolorosa”, dijo Ilán Sztulman, el embajador de Israel en Argentina.

Y agregó: “Hasta hace dos semanas, estábamos trabajando en varios proyectos. Fue algo inesperado. Es una perdida muy grande para la relación entre Israel y Argentina”.

El embajador recordó que Orchansky había nacido en Argentina, por ello fue nombrado como cónsul honorario, cargo que se les otorga a los ciudadanos no israelitas que contribuye­n a estrechar vínculos internacio­nales. “Llevaba delegacion­es argentinas a Israel. Eso ayudó a que se materializ­aran varias cooperacio­nes”, dijo Sztulman.

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(NICOLÁS BRAVO) Emoción. Un centenar de excombatie­ntes de diferentes regiones se reunieron ayer en Mendiolaza.
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Orchansky tenía 72 años.

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