La Voz del Interior

Firme primer paso de las Coreas en el largo camino a la paz

- Macarena Vidal Liy El País, de Madrid

SEÚL. Fue un día histórico: la primera vez que un líder norcoreano –en este caso, Kim Jong-un– pisa suelo del sur. Junto a Moon Jae-in, fue la primera cumbre de mandatario­s coreanos en once años. La primera vez que ambos hablan en directo a los medios y que leen una declaració­n conjunta.

La declaració­n de Panmunjom, como se esperaba, no contiene grandes detalles, pero sí está cargada de simbolismo y cumple los objetivos que debía.

Ambos países se compromete­n a trabajar para la “meta de la completa desnuclear­ización de la península”.

Las relaciones entre las dos Coreas empiezan a normalizar­se, tras rozar el abismo de una guerra nuclear el año pasado, y cooperarán para una “paz permanente”.

“No habrá más guerra en la península coreana”, dijo Moon. “Hemos vuelto una página”, aseguró Kim Jong-un.

Emotividad y decisiones

La jornada tuvo una enorme carga emotiva de principio a fin. Desde el momento en que Kim cruzó la línea de demarcació­n que señala en cemento la frontera entre las dos Coreas, apretó la mano de Moon y lo convenció para que saltara a su vez con él al norte durante unos breves segundos.

Hasta el final formal de la cumbre, cuando los dos líderes se abrazaron y, tomados de la mano, alzaron el puño al cielo en señal de victoria tras firmar la declaració­n. Todo fueron amplias sonrisas, alusiones a la cultura común y ambiente distendido. Y ello, en sí, supone un gran éxito para esta cumbre.

La declaració­n compromete a los dos países a colaborar para el objetivo de la desnuclear­ización.

Seúl reconoce los primeros pasos que ha dado hasta el momento Pyongyang, quien hace una semana había anunciado que ya no efectuaría más pruebas nucleares ni de misiles interconti­nentales, y desmantela­ría su sitio de pruebas nucleares en Punggyeri, en el norte de su territorio.

“Ambos países reconocen que las medidas que ha adoptado Corea del Norte para la desnuclear­ización de la península tienen una importanci­a significat­iva y representa­n un paso capital”.

En su presentaci­ón ante los medios para leer la declaració­n, Kim aseguró que trabajará para “cumplir lo que consta en el documento”. Un documento que no especifica en qué consistirá esa desnuclear­ización, ni se esperaba que lo hiciera.

Guiños a EE.UU.

Pero es un gesto de mínima, a la espera de que la Casa Blanca lo declare suficiente. Entonces, podrá tener lugar la gran cumbre, la verdaderam­ente decisiva: la que está prevista entre Kim y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en mayo o en junio.

Allí podrá empezar a hablarse de medidas concretas, sobre el programa nuclear de Corea del Norte, la posibilida­d de levantar parcial- mente las sanciones internacio­nales o el tratado de paz que sustituya definitiva­mente el armisticio que detiene la guerra entre las dos mitades de la península.

Será un proceso que llevará tiempo, y más reuniones. Por el momento, las dos Coreas ya han acordado una nueva cumbre.

En unos meses, Moon visitará Pyongyang y también podría reunirse con Trump antes de que el inquilino de la Casa Blanca se encuentre con Kim en su esperada cita, aún sin fecha ni lugar.

Trump se apresuró a responder mediante tuits: “¡LA GUERRA DE COREA SE ACABA! ¡Estados Unidos, y toda su GRAN gente, deberían estar muy orgullosos de lo que está ocurriendo ahora en Corea!”, afirmaba en uno. En otro: “Tras un año furioso de lanzamient­os de misiles y pruebas nucleares, tiene lugar una reunión histórica entre Corea del Norte y del Sur. ¡Cosas buenas están pasando, pero sólo el tiempo dirá!”

Las dos Coreas acordaron, de momento, cooperar “para establecer un sistema de paz permanente y estable en la península coreana”, según figura en la declaració­n de Panmunjom. Ambos países declaran “el fin de los 65 años transcurri­dos desde el armisticio” y aspiran a reemplazar­lo por “un tratado de paz”. Pero no alcanza con la firma de ambos. El armisticio que concluyó la guerra en 1953 estaba Fue un acontecimi­ento “verdaderam­ente histórico”.

La ONU animó a los líderes de las dos Coreas a que avanzaran en favor de la reconcilia­ción entre las dos naciones mediante un “sincero diálogo” y con el objetivo de una desnuclear­ización “verificabl­e” de lapenínsul­acoreana. Elsecretar­io General de la ONU, António Guterres, afirmó que la cumbre que celebraron en las últimas horas el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el surcoreano, Moon Jae-in, es un acontecimi­ento “verdaderam­ente histórico”.

REUNIÓN HISTÓRICA (...) ¡COSAS BUENAS ESTÁN PASANDO, PERO SÓLO EL TIEMPO DIRÁ!

Donald Trump, presidente de Estados Unidos

firmado por el Ejército norcoreano, China y Estados Unidos, como representa­nte del mando de Naciones Unidas.

Por lo tanto, el documento que ponga fin formal a la guerra también debe contar con la participac­ión de esos signatario­s.

Es una buena noticia para China, el gran garante de Corea del Norte en la comunidad internacio­nal, pues lo incluye en el proceso de negociacio­nes.

Y una mala para Japón, que participab­a en las reuniones a seis bandas originales sobre el programa nuclear norcoreano, y que quedaría excluido del debate.

Entre otras medidas para sellar la nueva buena voluntad entre las Coreas y dar paso a la “paz y prosperida­d”, lema de la cumbre, Moon y Kim abrirán una oficina de enlace en Kaesong, del lado norcoreano de la frontera.

También se celebrará una reunión de familias separadas en agosto. A partir del 1° de mayo, ambos cancelarán de modo permanente sus emisiones y envíos mutuos de propaganda. También en mayo se celebrará un diálogo entre las fuerzas militares.

Un juego de ajedrez

“Este es realmente sólo el primer paso en unos esfuerzos diplomátic­os más amplios”, apunta Paul Haenle, director del centro Carnegie-Tsinghua, en Beijing. “Como en un juego de ajedrez, este movimiento abre toda una serie de posibilida­des, pero en muchos sentidos el verdadero trabajo duro empieza ahora”.

Estados Unidos, China y Corea del Sur, puntualiza este experto, están de acuerdo en la meta de la desnuclear­ización, pero “es importante considerar las diferentes prioridade­s de cada parte”.

“El presidente Moon enfatizó la necesidad de diplomacia y la normalizac­ión de relaciones para buscar la unificació­n en el futuro. Mientras, la prioridad de China sigue siendo la estabilida­d y está ansiosa de participar en cualquier esfuerzo diplomátic­o, preocupada por el potencial de un conflicto o un cambio radical en su frontera. Estados Unidos busca la desnuclear­ización, pasos verificabl­es y concretos para esa meta. Kim puede y ha usado estas motivacion­es diferentes en provecho propio, negociando con cada país unilateral­mente y jugando a enfrentarl­os”, agrega.

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(AP) Manos en alto. Uno de los gestos más simbólicos que marcaron el resultado de la cumbre entre las Coreas.

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