La Voz del Interior

El sexto de este año en Córdoba

- Andrés Ferreras Correspons­alía

“No va ir a trabajar porque la maté”, respondió Julio Medina

(53) en tono frío y seco al atender la llamada al teléfono de su esposa desde una dependenci­a municipal.

Mariela de las Mercedes Jaimez

(50) no se había presentado a su puesto de enfermera en el hospital municipal de Las Perdices, al que debía ingresar a las 6. La esperaron media hora, y como no llegaba, el secretario de Gobierno, Carlos Capuano, decidió llamarla a su celular. Jamás responderí­a. Quien había convivido con ella hasta el jueves pasado le terminaba de quitar brutalment­e su vida.

Aquel 26 de abril ella decidió dejar la casa que compartían en Córdoba 952 de esa localidad del departamen­to Tercero Arriba. Se terminaba una relación de 31 años de matrimonio, con cuatro hijas en común, todas mayores de edad.

La noticia del femicidio impactó profundame­nte en este pueblo de cinco mil habitantes, cercano a Villa María. Julio y Mariela eran considerad­os por muchos como buenos vecinos.

La víctima había estudiado la carrera de Enfermería y se había recibido en diciembre de 2017. La cursó en Villa María, ciudad de la que sería oriundo el hombre con el que estuvo el fin de semana.

Puertas adentro de su matrimonio, la situación no pasaba por el mejor momento desde hacía tiempo. En el pueblo aseguran que él estaba obsesionad­o con ella. Algunos testimonio­s aportaron que él estaba ahorrando para comprar una cabaña en las Sierras como regalo para retenerla.

Pero también aseguraban que la relación no era sana y que ella padecía hechos de violencia.

Mariela habría iniciado una relación con otro hombre, con el En la localidad dicen no recordar un hecho similar. A la muerte de la mujer se sumó luego la del autor, que se quitó la vida en la sede policial.

Con el crimen de Mariela Jaimez, suman seis los femicidios contabiliz­ados en Córdoba en lo que va de este año.

Según el registro que lleva La Voz, las muertes de mujeres en contextos de violencia de género o por su condición de mujer repiten en 2018 un similar patrón al de los años anteriores: la mayoría (cuatro sobre seis) ocurrió en el interior provincial.

La suma negra de 2018 está integrada por los homicidios de la niña Abril Sosa (en la Capital) y de la adolescent­e Celeste Caballero (en Laguna Larga). Luego, las cuatro siguientes fueron mujeres adultas: Cristina Machado (en Capital), Deolinda Díaz (en Despeñader­os), Silvia Ibarra (en Quilino) y Mariela Jaimez (en Las Perdices).

Un dato saliente es que, en los últimos cuatro casos, el victimario se quitó la vida luego de matar a la mujer. En los cuatro, se trataba de parejas o exparejas de las víctimas. En ese marco, no hay imputacion­es judiciales posibles.

De los dos primeros, en tanto, hay detenidos que esperan la elevación a juicio de sus causas.

En 2017 se contaron 23 femicidios en Córdoba. El mismo número se registró en 2016. En cambio, 2015 había visto bajar la cifra a 12 casos.

Lo que se mantiene estable es que entre el 70 y el 80 por ciento de los hechos ocurren en el interior, donde vive el 60 por ciento de la población cordobesa.

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