Una, de seis opciones
El estudio oficial plantea que se optó por un trazado entre seis opciones que se analizaron. Pondera que el elegido supone un costo final más reducido y que representa el menor recorrido entre los dos extremos
(14,3 kilómetros frente a otros que iban de 15,6 a 17,6 kilómetros). Apunta que, además, implica un menor tiempo de tránsito: 9,8 minutos a velocidad promedio en auto, frente a otras que calcularon entre 13 y
18 minutos. Valora que la autovía pedemontana hará de “barrera a la expansión inmobiliaria hacia el este” serrano.
Desde el Foro Ambiental cuestionaron “los errores groseros” del proyecto oficial. Marcaron que el estudio comparado con las otras alternativas fija una longitud de 11,5 kilómetros para la traza elegida (en vez de los 14,3 que establece el propio informe). “Los valores comparativos así se distorsionan”, plantearon. Los ambientalistas consideraron que no ofrece garantías de que se inhiba el desarrollo inmobiliario hacia las montañas, y advirtieron que el trazado afectará bosque nativo, atravesará un yacimiento de uranio y no considera “un factor climático como la niebla”, frecuente en la altura elegida.
Las otras variantes evaluadas fueron trazas al oeste de la actual ruta, otras con uso parcial de la 38 existente, y la que propuso en 2011 el Iplam (Instituto de Planificación del Área Metropolitana, ligado al Gobierno provincial), más pegada a las áreas urbanas, pero casi sin atravesar bosques ni faldeos.