El Presidente y sus maniobras de riesgo
El Gobierno nacional toma cada vez más riesgos para calmar al principal enemigo: la inflación. Su éxito o su fracaso dependen de la lupa con la que se lo mire. Pero lo concreto es que esto genera un costo colosal para los argentinos.
¿Éxito o fracaso? Mauricio Macri tiene la misma tasa de inflación que tenía el gobierno kirchnerista en 2015. Pero en el medio hubo una corrección de tarifas de servicios públicos que superó en algún caso el 1.600 por ciento (como sucedió con el gas natural) y, también, la liberación
de mercados.
Paralelamente, por mala praxis, error de diagnóstico o direccionamiento de la política económica, el déficit fiscal se disparó en 2016 y luego se puso en marcha un plan de ajuste que cayó con más peso sobre las clases media y baja, y ahora se profundizará con el recorte de la obra pública que comenzaría en los próximos meses.
Mientras mira las encuestas de reojo (en las que la figura del Presidente cae), y con la intención de ser reelegido ya confirmada por su principal aliada, Elisa Carrió, Macri tiene ahora la obligación de explicarles a los argentinos si hay algo que falló en su plan de gobierno y cuánto costará enmendarlo.
Las reservas cerraron ayer en 55.591 millones de dólares, un 15% menos que en el inicio de año. Y si hoy se sumara la deuda por Lebac, pases y Leliq, el stock es equivalente a 69.495 millones de dólares: así, hoy el Banco Central está técnicamente en rojo.