El Instagram de la desmesura
Cardi B llegó a la cima por su rimas húmedas y guarras, que se conocieron tras el impacto de posteos osados en esa red. ¿Cómo pasó de “stripper” a diva del hip hop?
1 De “stripper” a diva
“Yo no bailo ahora, hago movimientos de dinero”. Así describe la rapera Cardi B su conversión de stripper a nueva diva del hip hop galáctico. O al proceso de monetización de un movimiento corporal desenfadado, que tuvo a Instagram como plataforma. La línea de texto está en Bodak Yellow, un tema que terminó con una veda de 20 años; ese tiempo pasó desde la última vez que una rapera llegó al puesto número uno de los rankings estadounidenses.
2 Un perfil incendiario
Fue la militante Lauryn Hill la que, 20 años atrás, había sacudido todo con Doo Wop (That Thing). Cardi B, claro, tiene otro perfil. Más osado, por lo menos. Un perfil trabajado según el dictamen de vida en un distrito
(borough) caliente y violento como el del Bronx neoyorquino. Cardi B es el apodo pandillero de Belcalis Almanzar, joven de 20y pico y antepasados dominicanos, que es alcohólica y sujeto de prepotencia machista desde su más tierna edad.
3 Un proceso húmedo
Fue a sus 19 que se hizo
stripper y que esculpió su cuerpo de acuerdo a un ideal de desmesura. Los bisturíes y su afán de protagonismo, con Instagram como aliado, prepararon el terreno para que sus rimas húmedas y guarras se hicieran un lugar en el realityLove & Hip Hop: New York. De ahí a un contrato discográfico, había un paso. Y al disco debut, unos meses. Finalmente, Cardi B propuso Invasion of Privacy, pura ironía de quien hizo talk show de su intimidad.
4 Dar vuelta la tendencia
Cuando se lee “ideal de desmesura”, hay que interpretar pómulos exagerados, glúteos inabarcables, pechos agigantados. Un festival de impostación plástica que, paradójicamente, a Cardi B le sirve para alardear de transparencia expresiva. Tal cual, cuando corren las ráfagas de Get Up 10 ,sele oye “lo único falso son mis tetas” y un nuevo zoom a su vida transformada: “Antes me cubrían de dólares / ahora goteo joyas”.
5 Ceder la iniciativa
“Mi vagina se siente como un lago / y él quiere nadar con su cara”. Ese verso cosificador convive con los de Ido, donde se confunde empoderamiento al decir “mi propio nombre durante el sexo”. Aquí no hay fervor militante, sino provocación sexista que, incluso, cede iniciativa al macho. Oigan a Bad Bunny en LikeIt: “Me gustan boricuas, me gustan cubanas / me gusta el acento de las colombianas / cómo mueve el culo la dominicana / lo rico que me chingan las venezolanas”.