La Voz del Interior

El balazo por la espalda, clave en el caso del verdulero

Mientras en Alta Córdoba se realizan marchas para reclamar su liberación, el fiscal aguarda tomarle declaració­n. No haberse presentado tras el disparo que hirió al supuesto ladrón es una de las claves.

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Desde el martes, cuando fue ubicado y apresado por la Justicia, Fabricio Nicolás Castro (23) permanece detenido en una alcaidía por haber baleado el domingo a un hombre que supuestame­nte había robado en comercios de barrio Alta Córdoba.

Tras la detención, se han sucedido manifestac­iones en reclamo por su libertad y en rechazo a las razones que lo mantienen tras las rejas, que para algunas personas son injustas.

Pero la Justicia provincial exhibió las razones por las que el joven debe seguir preso por el momento.

Según se investiga, Castro baleó por la espalda a Ernesto Agustín Guardotti (38) un hombre que está acusado de cometer un robo en un comercio e intentar otro, ambos el domingo en barrio Alta Córdoba.

Las circunstan­cias de ese disparo que hirió al presunto delincuent­e (también detenido) transforma­n al hecho en digno de ser perseguido por la ley.

Castro está señalado por efectuar una serie de disparos en medio de una persecució­n a Guardotti durante seis cuadras.

En la persecució­n, que Castro hizo en un taxi que circuló algunas cuadras en contramano (según fuentes judiciales), estuvo acompañado por otras personas.

El joven verdulero iba haciendo disparos con un revólver. En la quinta cuadra de esa persecució­n, Castro logró herir a Guardotti. El orificio de ingreso de la bala estuvo en la espalda del presunto ladrón, en la zona de los riñones; y el plomo quedó alojado en la columna vertebral. Aún no se sabe si el baleado tendrá secuelas motrices.

Hasta ahí, podría discutirse si lo que hizo Castro fue en legítima defensa o una persecució­n, cuando los robos ya habían pasado y no era necesario repeler agresión alguna. El problema es que Castro se fugó, según considera la Justicia.

Entre el lunes y martes no era posible ubicarlo. Amén de no existir colaboraci­ón para que el autor del disparo se entregara, la Justicia tenía pruebas irrefutabl­es de que Castro residía muy cerca de allí. Tuvieron que ir los policías, casa por casa en un radio de pocas cuadras a la redonda, para preguntar quién vivía en cada hogar. Así, llegaron el martes a Castro y lo detuvieron.

Si hubiera cometido una agresión (discutible o no en su legitimida­d) y se hubiera entregado, su situación sería más aliviada. Pero tras disparar a una persona en zonas vitales, desapareci­ó.

La detención dispuesta por el fiscal Iván Rodríguez se sustenta en dos cuestiones concretas: la figura penal y el peligro procesal.

Desde antes de su detención, sobre Castro había sobrada prueba para justificar la calificaci­ón que soporta: “homicidio en grado de tentativa calificado por el uso de arma de fuego”. A esto se añade todo lo que rodea el hecho: que los balazos no eran intimidato­rios ni en respuesta a otros disparos. No consta intercambi­o de balazos.

La otra cuestión es su condición de prófugo, haber pasado a la clandestin­idad.

Durante dos días, en el barrio, la Policía buscó a quien hirió a Guardotti, y Castro siguió oculto. Ese peligro procesal refuerza las razones de su detención.

Entre otros motivos, que esté detenido permitirá que la Justicia tenga disponible a Castro para tomarle declaració­n indagatori­a.

Hasta anoche, en la Fiscalía estaban trabajando para cotejar testimonio­s con la abundante prueba técnica. Entre otras evidencias, a Castro se lo ve disparar en los registros de las cámaras de seguridad y se aprecia de qué modo lo hace y con qué dirección.

Si se finalizan determinad­os trámites probatorio­s, en la mañana de este viernes podría tomarse la indagatori­a.

Esta declaració­n será clave para la causa y, también, para establecer si Castro sigue detenido o recupera la libertad.

Para eso, debería variar la entidad de las dos cuestiones que lo mantienen preso: la calificaci­ón legal y la peligrosid­ad procesal.

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(FACUNDO LUQUE) Patrullaje. Vecinos de Alta Córdoba afirman que en las últimas horas apareció la Policía en el barrio.
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