El ocaso del CD, a tono con el fin de una era
La fabricación de discos compactos entra en un terreno de incertidumbre. Mientras, crece el hábito de escuchar música en móviles. ¿Hasta cuándo sobrevivirá el formato?
Pautas culturales de que los tiempos del CD se están acabando: la música se consume en dispositivos móviles, fundamentalmente teléfonos; los autos cero kilómetros vienen sin reproductores del formato; pocos artistas independientes fabrican sus ediciones en él y ya piensan en el vinilo como alternativa “física”; y en los hogares, los niños y jóvenes de la familia ven este objeto como algo obsoleto e incómodo.
Además de lo enumerado, la opción “documentales” en Netflix le da un marco teórico a este “fin de era”. The Defiant Ones muestra cómo los hábiles productores Dr. Dre y Jimmy Iovine se reinventan como empresarios del sector audio y priorizan la producción de auriculares y otros chiches para Apple por sobre el descubrimiento de nuevos artistas. Esta última actividad les permitía a estos genios mensurar su impacto en niveles estratosféricos de ventas de discos compactos.
Otra realización que revela que el CD es un fetiche de un viejo orden es All Things Must Pass: The Rise and Fall of Tower Records, sobre el ascenso y la caída de la conocida cadena multinacional de disquerías.
Con el mismo propietario Russell Solomon como pívot del relato, este filme cuenta cómo Tower Records logró expandirse alrededor del mundo, con una facturación anual superior a los mil millones de dólares, y cómo las nuevas tecnologías y la aparición de plataformas digitales condujeron a la empresa a un irreversible colapso financiero.
En nuestra ciudad, todo esto se tradujo en el cierre de algunas disquerías y en la supervivencia de otras después de reconvertirse en comercios de venta de ropa y accesorios. O en ticketeadoras.
Pero hay un dato más certero respecto de la supuesta defunción del CD, el disco óptico que, a comienzos de los ’90, una década después de su creación, empoderó a la industria discográfica al permitir abaratar costos de producción y aumentar capacidad de almacenamiento. Según pudo saber La Voz, Sony Music, la multinacional que tiene la mayor porción de la edición musical en la Argentina, consensuará con el artista si fabrica discos compactos o no.
La decisión parece razonable en una región continental en la que, por ejemplo, CNCO vendió apenas 800 copias de su último disco en una ciudad capital con siete millones de habitantes. Eso es lo que sucedió en Santiago de Chile con el combo millennial, según pudo averiguar este diario en charla informal con una operadora de Sony Music de aquel país.
“Diría que la producción de CD por nuestra parte cayó un 40 por ciento, aunque esta situación tiene una contrapartida con el crecimiento del mercado digital”, diagnostica Oscar Neri, de la delegación argentina de Universal.
Resisten los clásicos
“Pero no dejaremos de fabricar CD porque en nuestro catálogo hay artistas que todavía son requeridos en ese formato. Por ejemplo, venimos de un semestre en el que publicamos recopilatorios y reediciones de The Beatles y The Rolling Stones, además del nuevo disco de Noel Gallagher, productos cuya demanda existe y se traduce en CD. Ahora bien, cuando se trata de un nuevo disco de J. Balvin, sabemos que hay que analizar qué cantidad fabricamos porque es un artista para un público más joven, que tiene el hábito de escuchar música en el teléfono”, amplía Neri.
“La crisis del formato es terminal desde hace 10 años, pero siempre termina sobreviviendo”, sostiene Antonio Cobo, de Edén.
“Todo depende de que las multinacionales decidan no publicar más títulos en CD –añade–. Mientras ellos editen, el mercado responderá. Nosotros hacemos buena caja por venta de música tangible. Obvio que se descatalogan títulos, pero con el mismo ritmo con el que se venía haciendo”.
LA PRODUCCIÓN CAYÓ UN 40 POR CIENTO, PERO SU CONTRAPARTIDA ES EL CRECIMIENTO DEL MERCADO DIGITAL.
Oscar Neri, Universal
EL DINERO QUE GASTARÍA EN UNA PRODUCCIÓN EN CD LO VOY A INVERTIR EN UNA GIRA POR EUROPA.
Cci Kiu, solista local