Una buena señal para el turismo social
fin de promover el turismo social subsidiado por el Estado.
Aquel apogeo comenzó a dar señales de retirada hace medio siglo. Desde hace unos 20 años, se estudian proyectos de distinta índole tendientes a revalorizar los hoteles que siguen en funcionamiento (son sólo dos: el 4 y el 7) y para recuperar los que fueron objetos del deterioro y del saqueo de casi todos sus bienes.
En línea con la idea de ir propiciando desde el Estado soluciones sustentables, resulta auspicioso que el Gobierno nacional haya cedido a la Provincia de Córdoba el hotel 1, hoy cerrado. Es un paso trascendental.
Como se publicó el pasado lunes en el Boletín Oficial de la Nación, el poder central permitirá el “ingreso” de la Provincia al referido establecimiento para que se realicen tareas preliminares de saneamiento, mientras se cursa el trámite tendiente a aprobar la concesión “para destinarlo al turismo social, para que impulse prestaciones de servicios accesibles a la población y para que privilegie a los sectores vulnerables”.
En función de esa premisa, y con el buen sentido de fomentar el turismo para las familias de bajos recursos, el hotel dependerá del área de Desarrollo Social de Córdoba.
Se trata de un proyecto en ciernes que no amerita alentar resultados perentorios. Pero una política eficaz en materia de inversiones y de obras sobre el hotel ahora transferido podrá redundar al final en beneficios económicos para la región, con la generación de nuevos puestos de trabajo.
Además, la ampliación de plazas de alojamiento a bajo costo en esa unidad debería reflejarse en una mayor afluencia de público, en una suerte de lento reverdecer de aquellos años dorados que se fueron apagando por el abandono.
Por cierto, hay cuestiones por resolver. Una de ellas radica en quién aportará los fondos para recuperar el edificio. La Provincia se haría cargo del mantenimiento y del costo de funcionamiento del hotel, aunque falta detallar a qué jurisdicción se cargarán los gastos de reconstrucción.
Son asuntos complejos que las autoridades tendrán que encaminar, de modo que las buenas expectativas que despertó la iniciativa gubernamental no se frustren otra vez.