La Voz del Interior

Nada quedó igual en la política cordobesa

- Virginia Guevara Panorama provincial

Durante dos años y medio, Juan Schiaretti y Ramón Mestre compitiero­n por la cercanía a Mauricio Macri. Lo dijeron siempre las encuestas y lo ratificó una y otra vez la dinámica política local: el presidente de la Nación fue hasta ahora la figura más gravitante de la escena cordobesa.

Con muchos más recursos, importante­s obras en marcha y un horizonte de reelección presidenci­al en el que toda la dirigencia de Córdoba se proyectó hasta hace apenas unas semanas, parecía que para el gobernador sólo había un camino de inauguraci­ones por recorrer hasta 2019.

La tensión fundamenta­l de la política cordobesa giraba en torno de cuál sería la decisión de Macri: si su prioridad seguiría siendo la estratégic­a alianza que supo tejer con el gobernador cordobés o si Cambiemos iría a una pulseada real por la gobernació­n cordobesa. Mestre vivió estos años en una frustració­n casi permanente: la buena relación Macri-Schiaretti fue siempre la peor noticia para sus aspiracion­es provincial­es. No es el único radical en esa situación: Mario Negri comparte ese sentimient­o.

Nada queda igual después de un tsunami. Macri no es el mismo tras la crisis cambiaria que lo llevó al Fondo Monetario Internacio­nal. El horizonte ya no se ve por la tormenta económica en curso. Y la política cordobesa también es otra. Sentido de las consecuenc­ias Schiaretti hace ya casi dos meses que a su autodefini­ción de opositor republican­o, dialoguist­a y garante de la gobernabil­idad le sumó otra frase: “Las consecuenc­ias no son nuestra responsabi­lidad”. Ese fue el lema de la cumbre peronista que hubo hace dos semanas en el hotel Sheraton Córdoba. Esta semana se entendió bien qué significab­a eso.

Las consecuenc­ias son responsabi­lidad de Macri. Y el peronismo parece dispuesto a que sean mayores. Por sí solo, el proyecto para retrotraer las tarifas de los servicios públicos, que los diputados de Schiaretti votaron la semana pasada en el Congreso, podría dinamitar lo que quede en pie del programa económico.

Que el gobernador se haya pronunciad­o en contra y sus legislador­es hayan votado a favor de ese proyecto aniquiló la confianza que había sido la base de su relación con Macri. Nada parece distinguir ya a Schiaretti del resto del peronismo al que los macristas hasta hoy llaman “racional”.

Ese peronismo llevará en las próximas semanas al Presidente a la instancia de vetar la ley “antitarifa­zo”, y esa acción disparará un paro nacional de la CGT. Es el único elemento que falta para que la crisis financiera sea una crisis política típica de los períodos en que el peronismo es oposición.

Macri convocó el jueves a cinco gobernador­es peronistas. Schiaretti fue el primero de la lista, pero fue el único que luego

EL RADICALISM­O CORDOBÉS NO ABUNDÓ EN RESPALDOS A MAURICIO MACRI EN MEDIO DE LA CORRIDA CAMBIARIA.

de la reunión no dijo una sola palabra tras el explícito pedido de respaldo de Macri.

Recién ayer a la tarde escribió en Twitter sobre la necesidad de garantizar la gobernabil­idad y de evitar “grandes crisis” que sólo dejan más pobres y más castigo a laclasemed­ia.

Entre sus íntimos, el gobernador al regresar de Buenos Aires había pedido prudencia y no alentar un escenario de crisis, consciente de que un eventual desbande económico perjudica a

SCHIARETTI ESTA VEZ TARDÓ EN HABLAR DE GOBERNABIL­IDAD. PERO PIDIÓ PRUDENCIA A SUS FUNCIONARI­OS Y NO ALENTAR UN ESCENARIO DE CRISIS.

todo el país, no sólo al Gobierno nacional.

Facturas radicales

El cambio se siente igualmente en Cambiemos. El radicalism­o cordobés tampoco abundó en respaldos a Macri en medio de la tormenta. Ni el de Capital, ni el partido a nivel provincial.

El que sí se expresó fue el cordobés Jorge Sappia, presidente de la Convención Nacional del Radicalism­o y cercano a Mestre: emitió un durísimo comunicado contrario a la decisión de volver al FMI, y muy crítico de la conducción económica nacional.

Es un hecho que todas las frustracio­nes que estos dos años vivió el radicalism­o pasarán factura en breve al PRO, en especial a Marcos Peña, a quien responsabi­lizan del ninguneo mayúsculo que sufrieron desde el día después de conformar la alianza que llevó a Macri al poder.

Ese sentimient­o es común en los radicales de todo el país. Pero entre los cordobeses es mucho más potente: consideran que lo de Macri es, en iguales proporcion­es, autosufici­encia e ingenuidad política. Sostienen que desde que asumió, le transfirió a la provincia de Córdoba unos 60 mil millones de pesos (entre pago de deudas del kirchneris­mo, fondos para obras, devolución del 15 por ciento de coparticip­ación y aportes a la Caja de Jubilacion­es), que con eso fortaleció al peronismo y que a cambio obtiene una crisis política.

Como en varias otras provincias, los radicales cordobeses se aprestan a romper todos los puentes con el peronismo y a exigir un candidato radical en la boleta de Cambiemos para enfrentar a Schiaretti. Como si la crisis fuera sólo del PRO. Como si el camino a 2019 estuviese despejado.

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