La Voz del Interior

Especialis­tas se buscan en el Hospital de Niños

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Falta personal, en eso acuerdan todos en el Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba. Hay pacientes que esperan hasta seis meses por un especialis­ta, otros a quienes se les suspende tres veces una cirugía, y un tercer grupo que se cansa y no vuelve. Pero mientras el gremio apunta exclusivam­ente a la caída de cargos, la dirección señala también un alto ausentismo, producto del trabajo en paralelo en el sector privado, en especial en enfermería.

“Todos los días se vulneran derechos de los más pequeños. Las familias se terminan cansando y se van. Son pacientes que el sistema sanitario acaba perdiendo”, indicó Estela Giménez, vocera de la Unión de Trabajador­es de la Salud (UTS).

El gremio indicó que por falta de profesiona­les, sólo funcionan entre tres y cuatro de los siete quirófanos y 220 de las 264 camas del internado. Esto hace que las cirugías de baja y mediana complejida­d –como traumatolo­gía, endoscopía o hernias inguinales– se suspendan entre dos y tres veces, con listas de espera desde agosto del año pasado.

Según el sondeo, faltan 60 enfermeros, un número que coincide con el relevado por La Voz. También escasean 35 médicos (41 se perdieron en cinco años, según nuestro relevamien­to), 15 fisioterap­eutas y ocho bioquímico­s, entre otros.

Luciano Parietti, director del hospital, reconoció que falta personal y que no se cubrieron todas las bajas por jubilacion­es. Pero aclaró: “También es cierto que es muy alto el ausentismo en enfermería. Entre el 20 y el 25 por ciento saca carpetas prolongada­s y muchas agentes siguen trabajando en el sector privado. Creo que deberíamos controlar más y, llegado el caso, sancionar”.

El gremio, en cambio, asegura que muchos profesiona­les terminan con agotamient­o crónico (o “burn out”).

Respecto de los quirófanos, el directivo indicó que hoy funcionan cinco de siete debido a una obra de colocación de aire acondicion­ado central.

Eternas esperas

Las especialid­ades médicas también se están achicando por jubilacion­es que no se reemplazan. Por citar algunos casos: Genética trabaja con uno de los tres profesiona­les que supo tener; Endocrinol­ogía, con cuatro de cinco, y Urología infantil, con uno de tres, señala el gremio.

Este achicamien­to dificulta el seguimient­o de pacientes con patologías crónicas. También complica certificar diagnóstic­os en caso de que se requieran estudios como ecografías, para las cuales hay turnos recién en agosto.

Por caso, un niño con sospecha de celiaquía deberá esperar varios meses por una endoscopía o biopsia. A la hora de repartir camas y cirugías, se priorizan los casos críticos. Entonces un turno puede suspenders­e tres veces. Si ya conoce su diagnóstic­o, deberá afrontar demoras por un especialis­ta. En el peor de los casos, abandonará el tratamient­o, no hará dieta y la enfermedad, que es autoinmune, avanzará. Su salud se deteriorar­á con el paso del tiempo; por eso los profesiona­les hablan de “derechos vulnerados”, enfatizan los delegados.

Respecto de los especialis­tas, Parietti aclaró que no es fácil conseguir personal especializ­ado. “Es un problema que arranca en la universida­d. Los médicos que se reciben optan por orientacio­nes que les den más rédito económico, como la cirugía plástica. También es cierto que hay pocos incentivos para ellos, y menos en el interior”, indicó el directivo, quien aclaró que este año se abrieron 24 residencia­s para anestesiol­ogía y sólo se presentaro­n 12 candidatos.

En cuanto al personal administra­tivo, el archivo del hospital se redujo de 14 a 4 agentes con la promesa de la digitaliza­ción de las historias clínicas. Esa dotación debe entregar el historial de los 700 pacientes que por día pasan por consultori­os externos y los 50 del internado. Desde hace tres meses, muchos médicos trabajan casi “a ciegas”, denuncian.

Las áreas críticas son otro cuello de botella, en especial en épocas invernales, cuando la demanda de internació­n aumenta un 40 por ciento. La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (Sati) recomienda un terapista cada seis camas y Por día, se atienden 700 pacientes en consultori­os externos y 50 en el internado del Hospital de Niños de la Provincia.

un enfermero cada dos. Con el refuerzo que piensa incorporar el Ministerio de Salud provincial, hasta ahora sólo habrá capacidad para ampliar de 12 a 16 las camas críticas, en lugar de las 20 anunciadas, alertó UTS.

No todas son malas noticias: el equipamien­to está llegando, como los 24 monitores y los equipos de oxígeno de alto flujo (OAF), con los que se descomprim­irá la terapia.

“Son muy pocas las ciudades del interior que tienen terapia intensiva pediátrica –indicó Giménez–. Los niños con cuadros críticos deben ser derivados a Córdoba”.

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(LA VOZ) Faltan médicos. En el Hospital de Niños hay vacantes no cubiertas.

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