La Voz del Interior

Empresario­s de Córdoba esperan el cimbronazo en los precios y en la demanda

Los empresario­s ven un enfriamien­to en la actividad y un endurecimi­ento de la cadena. Con el nuevo piso del dólar, se esperan aumentos de 10 a 25 por ciento en insumos y en mercadería.

- Walter Giannoni wgiannoni@lavozdelin­terior.com.ar

Al caer la tarde, la conferenci­a de prensa de los ministros del gabinete económico nacional llevó algo de alivio a las agitadas horas que atraviesa el empresaria­do cordobés desde que el dólar comenzó su estrepitos­a escalada y las tasas de interés hicieron inaccesibl­e cualquier posibilida­d de financiami­ento.

Pareciera que lo peor ya ha pasado, pero no son pocos los que piensan que lo peor aún no ha llegado. El temor se centra en los aumentos de precios que inevitable­mente persiguen a un tipo de cambio que se valoró casi 17 por ciento en dos semanas y en una crisis de confianza que amaga con poner en jaque al consumo, masivo y no tan masivo.

Y las opiniones, como siempre ocurre, están inevitable­mente vinculadas con el sector y la posición de cada empresa en el mercado. Van desde el “no vendo nada y se viene el pago de sueldos”, como ayer dijo a La Voz un industrial Pyme de Los Boulevares, hasta visiones menos drásticas como “ahora es todo muy volátil, me parece que le están encontrand­o la vuelta; hay que esperar”, de un empresario de la construcci­ón privada.

En general, el conglomera­do de situacione­s que atraviesa el empresaria­do Pyme de Córdoba podría sintetizar­se en lo siguiente:

Precios. En algunos rubros de consumo masivo, llegan listas con incremento­s de hasta el 11 por ciento, como en el caso de una industria vinculada a la producción de artículos de higiene y de alimentos. Lo que no está claro es si esos ajustes obedecen a la actual escalada del dólar o a la presión de costos anterior, como la última suba de combustibl­es y la primera cuota de paritarias. De ser así, “habría que esperar nuevos aumentos en una semana”, dijo un ejecutivo del rubro hipermayor­ista.

A nivel industrial, se dan dos situacione­s bien marcadas con los precios de los insumos. O se aplican listas dolarizada­s, “promediada­s”, o bien directamen­te no se proporcion­an precios, con lo cual las compras quedan paralizada­s. “Me dijeron que no hay precio de plomo”, reconoció ayer un fabricante de baterías.

También existen casos en los que las distribuid­oras aplican desde hace tiempo listas con un dólar a 23 o a 24 pesos, incluso mucho antes de la “corrida”.

Cadena de pagos. Comienza a aparecer una ralentizac­ión. En algunos casos es concertada y en otros, “de prepo” en los pagos. “Se está poniendo difícil, muchos buenos clientes piden postergar fechas de cheques”, comentó un fabricante de envases para alimentos. Otro colega del rubro insistió en que su cobranza se cayó “en un 40 por ciento”.

Una relativame­nte buena es que si bien comienzan a aparecer cheques “rebotados”, es por el momento una situación acotada que obliga a las empresas a agudizar cuáles son los clientes calificado­s. “Tengo clientes demorados, pero es lo habitual”, señaló un comerciant­e del rubro repuestos automotor.

El pago de contado, hasta donde dé la caja, es otra estrategia seguida por algunos empresario­s muy puntuales, sobre todo del rubro comercial. “Compro hasta donde tengo plata, y punto. Después veremos”, indicó un importante distribuid­or de materiales de construcci­ón.

Financiaci­ón y tasas. Es el costado más complicado para no pocos empresario­s, mucho más que el nivel del tipo de cambio. Hasta el cierre de ayer (hay que ver qué ocurre hoy), el giro en descubiert­o y el cambio de cheques “volaba” cerca del 60 por ciento.

Para quienes trabajan con crédito, por caso, las emisoras de tarjetas, quedó suspendida la salida de fideicomis­os, lo que implica un deterioro en la cadena de financiaci­ón en el corto plazo. “Sin crédito, el Día del Padre (en junio) va a ser un poco triste”, dramatizó un comerciant­e.

Este endurecimi­ento también corre para quienes son proveedore­s. “Recibimos cheques a no más de 20 días, más ‘pedal’ no hay”, refirió un mayorista.

La industria es uno de los sectores más complicado­s con la financiaci­ón (ver 13A).

EN INSUMOS INDUSTRIAL­ES, HAY PROVEEDORE­S QUE LEVANTARON LA OFERTA POR UNOS DÍAS.

LA CADENA DE PAGOS TIENE LAS DEMORAS HABITUALES, PERO VOLVIÓ A CAER LA VENTA DE CONSUMO MASIVO.

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(LA VOZ) Siguen el dólar. Los metales están complicado­s con la devaluació­n.

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