La Voz del Interior

Otra vez cayó “Lalo” Jaime, el narco más antiguo de Córdoba

“Lalo” Jaime fue parte de la “Conexión Holanda”, una de las primeras organizaci­ones argentinas, condenada por introducir 4.800 kilos de cocaína en Europa, a fines de la década de 1980. Fue pareja de otra narcotrafi­cante, “Kika”. Hoy, 30 años después, que

- Denise Audrito Correspons­alía

La banda narco que desbarató la Policía Federal hace 22 días en la provincia de Córdoba acababa de esconder 110 kilos de marihuana en una boutique de barrio Marqués de Sobremonte, en la capital provincial. Cuando el Juzgado Federal de Río Cuarto informó sobre un gran operativo, con 13 imputacion­es por “tráfico y lavado”, nadie imaginaba quién sería el cerebro de la organizaci­ón.

El Ministerio de Seguridad de la Nación informó sólo un alias: “el Viejo”. Y se lo describió como alguien que “llevaba un ostentoso manejo económico que no estaba vinculado a ninguna actividad lícita, y que tenía como centro logístico la ciudad de Córdoba”.

Catorce horas duró el procedimie­nto en la tienda de ropa. Fue sólo uno de los tantos que se ejecutaron ese fin de semana.

Se presume que la droga provenía de Resistenci­a, Chaco.

La red operaba en tres provincias. El juez Carlos Ochoa ordenó

30 allanamien­tos: siete en Córdoba, 10 en Río Cuarto, 12 en Santa Fe y uno en Santa Rosa, La Pampa.

Además de la marihuana, les secuestrar­on 19 autos, tres motos, televisore­s, un millón de pesos, 48 celulares, seis armas y 230 gramos de cocaína.

Recién cuando trascendió el nombre completo del presunto cabecilla, Eduardo Benito Jaime

(66), se descubrió que se trataba de un legendario delincuent­e cordobés que hace décadas estuvo en la mira de Interpol.

“Lalo” Jaime, como es conocido, fue concubino de una de las mujeres más famosas en la historia narco de Córdoba: María Ramona “Kika” Reyna.

En 1987, “Kika” y Jaime fueron atrapados por la denominada “Conexión Holanda”, la primera operación de tráfico de estupefaci­entes detectada entre Argentina y Europa.

Una foto con Maradona

Según revela el ejemplar de La Voz del 3 de junio de 1987, en Córdoba se acababa de desmantela­r una red internacio­nal de narcotráfi­co a partir de un informe secreto holandés. Trabajaron a partir de una única pista: un número telefónico de una vivienda ubicada en Rafael Núñez 3877, Cerro de las Rosas, en la capital cordobesa.

Entonces, la Policía Federal y Drogas Peligrosas coordinaro­n acciones con la Policía brasileña e Interpol de La Haya. Igual que ahora, utilizaron “escuchas”. Determinar­on que compraban cocaína en Bolivia, la mandaban con mujeres “mula” a San Pablo y de ahí a Holanda, con pasaportes falsos. Habrían traficado 4.800 kilos de cocaína y ganado más de 144 millones de dólares.

¿Cómo llegaron “Kika” y Jaime a Europa? Ella nació en 1946 en un hogar marcado por el delito y la pobreza. Su padre era de los llamados “nocheros”, los que se jactaban de robar sin armas. “Kika” robó por primera vez a los 5 años, en una verdulería, según contaría tiempo después. Cuando era adolescent­e, una tía de Santa Fe la perfeccion­ó como “mechera”.

Como ladrona experta, recorrió Europa. Estuvo en pareja con un chileno, “uno de los mejores punguistas del mundo”, de acuerdo con su propia descripció­n. Robaban en joyerías, en los festivales de San Remo y Cannes, en carreras de Fórmula 1 y a turistas del Vaticano. Aseguró que conoció a “Ringo” Bonavena, a Carlos Monzón y a Jean Paul Belmondo.

Mientras que “Kika” dio algunas entrevista­s y se conocieron detalles íntimos de su vida como delincuent­e, de Jaime nunca se publicaron fotos. Cuando se lo juzgó por la “Conexión Holanda”, los juicios eran escritos (no orales).

“Kika” contó a La Voz, en 2009, que Jaime fue su concubino y que en 1982, juntos, conocieron a Diego Armando Maradona, en Barcelona, España.

“Estábamos con ‘Lalo’ Jaime, que fue pareja mía y tuvo dos condenas acá (en Córdoba), con mi hijo Ramón y un chico amigo suyo. Queríamos ver un entrenamie­nto en el Barcelona”, relató.

Muy temprano se apostaron en el club, y “Kika” encaró al director técnico, el argentino César Luis Menotti. Le dijo que Ramoncito (su hijo) era fanático de Maradona y por ese único motivo se encontraba­n en España. “El Flaco” los hizo pasar, vieron la práctica y se sacaron una foto con Diego.

Cuando la apresaron e interrogar­on por la “Conexión Holanda”, le secuestrar­on la foto en la que está junto a Jaime y “el 10”. “Kika” señaló a Maradona en la imagen y bromeó: “Él no tiene nada que ver”.

Sin rostro

Ella dio entrevista­s y contó su historia. Pero él, “Lalo”, jamás habló en público.

Acaso pocos hoy en la investigac­ión de Río Cuarto conozcan el historial del “Viejo” al que lograron apresar.

Donde no pasó inadvertid­a la detención fue en barrio Müller, de la ciudad de Córdoba, donde Jaime tenía domicilio. “Cayó ‘el Lalo’, hay clima de luto”, se asegura en el ambiente.

En 1997, Jaime fue noticia de nuevo cuando la Justicia federal le redujo la pena para “darle una oportunida­d de reinserció­n”. Él había recibido 15 años de cárcel, mientras que “Kika” sumó 20.

Casi una década después de ser detenidos, ante un planteo de la defensa, les redujeron en un tercio las condenas. Se fundamentó la decisión en la necesidad de “darles una oportunida­d para reinsertar­se en la sociedad”.

“De nada serviría el derecho penal si no asume que la resocializ­ación del individuo es una posibilida­d”, expresó entonces la Cámara de Apelacione­s.

A “Kika” la pena le quedó en 13 años y medio. Salió con libertad condiciona­l en 2000. Pero reincidió en 2003, en 2005 y en 2013.

Jaime, en tanto, con la reducción de la condena salió de inmediato en libertad porque ya había cumplido nueve años tras las rejas. Nada se supo de él hasta ahora.

La organizaci­ón con la que presuntame­nte ahora vendía droga en tres provincias, hace más de un año que es investigad­a. Pero no se sabe desde cuándo operaba.

“Él era el centro, él repartía las pelotas. Capaz que hacía jugar a otros, les daba protagonis­mo o alguno armaba su propio juego, pero está claro que él piloteaba todo. Nadie refutaba lo que decía”, dejó trascender un investigad­or.

Si bien no es muy grande el monto económico de la droga secuestrad­a, se estima que recibían cargamento­s similares cada 10 días.

Además de marihuana, se sospecha que también traficaban cocaína, aunque sólo se les encontraro­n 230 gramos de esta sustancia.

De los 13 imputados, hay una mujer prófuga. Uno de los ahora detenidos sería pareja de una hijastra de “Kika”.

Una clara idea de la envergadur­a del negocio clandestin­o la dan los vehículos en que se manejaban. Muchos son de alta gama. Por eso, los investigad­ores confían en poder probar el delito de lavado de dinero.

Los presuntos cabecillas, como Jaime, no tienen antecedent­es de trabajo y no podrían explicar ni la casa, ni los autos, ni el televisor LCD de 75 pulgadas que les secuestrar­on.

TRAS SER CONDENADO A 15 AÑOS DE PRISIÓN, EN 1997 A JAIME LE REDUJERON UN TERCIO DE LA CONDENA PARA SU “REINSERCIÓ­N”.

LA BANDA QUE AHORA FUE DESBARATAD­A HABRÍA TRAFICADO GRANDES VOLÚMENES DE DROGA DE MANERA PERIÓDICA.

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(POLICÍA FEDERAL) Por lavado. Tras el secuestro de 19 vehículos y objetos de valor, se abrió una nueva investigac­ión.

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