La Voz del Interior

Schiaretti apoya el ajuste, siempre que sea amarillo

- Virginia Guevara Panorama provincial

Los rituales son reiteracio­nes de actos simbólicos. La repetición es la clave, pero el sentido que constituye cada representa­ción no es siempre el mismo. La semana pasada, Córdoba ofreció un ejemplo de esta cuestión semiótica: el presidente Mauricio Macri y el gobernador Juan Schiaretti repitieron casi a la perfección una escena que habían protagoniz­ado tres meses antes, pero el resultado fue una realidad política completame­nte diferente.

Ambos encuentros –el anterior, en febrero en la planta de Fiat, y la cita reciente, el jueves pasado en la empresa Famma-Fumiscor– se produjeron en el marco de eventos de la industria automotriz, que fue la que hace décadas cruzó los caminos de Macri y Schiaretti.

En las dos oportunida­des, el gobernador recibió al Presidente en el aeropuerto, lo acompañó en el helicópter­o y monopolizó el rol de anfitrión, por ausencia de Ramón Mestre, que en las dos visitas presidenci­ales de este año a la ciudad de Córdoba estuvo en el exterior. Los mestristas explicaron las dos veces que la agenda internacio­nal del intendente es imposterga­ble.

Lo que quedó en Córdoba tras la partida del Presidente es lo que hizo la diferencia entre ambas visitas. En febrero, Macri les habló a los cordobeses, se autodefini­ó cordobés y no tuvo más que halagos para “el Gringo”, que en ese momento parecía su candidato para 2019. Hace apenas tres meses, prometió 20 años de crecimient­o, reducción de la pobreza y mejor calidad de empleo y de vida para la clase media.

El jueves pasado, en cambio, Macri les dedicó unos minutos a los empresario­s, pero sólo habló con Schiaretti, y la conversaci­ón fue monotemáti­ca: cuánto está dispuesto a acompañar el peronismo el ajuste que vendrá de la mano del acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal.

La respuesta del peronismo “racional” que para el macrismo sintetiza Schiaretti no tardó en llegar: el déficit fiscal no es un problema de las provincias.

La propuesta de Córdoba apunta a que Macri resuelva el tema con María Eugenia Vidal y con Horacio Rodríguez Larreta. Schiaretti sostiene que casi 115 mil millones de pesos de la Nación –cerca de un punto del producto bruto– van en exclusiva a cubrir costos que deberían afrontar los presupuest­os de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires. En clave política, eso significa que el ajuste es un problema exclusivo de Cambiemos y que debe concretars­e en el terreno donde se resolverá la elección de 2019: el conurbano bonaerense.

La relación entre Macri y Schiaretti es otra. Aportar a la gobernabil­idad sigue siendo la clave para el gobernador, pero hace tres meses esa frase parecía significar un guiño a la segura reelección del Presidente y hoy significa dar respaldo a un ajuste que sólo suponga costos para el Gobierno nacional. La reaparició­n deJoséManu­eldelaSota­enuna villa de la provincia de Buenos Aires terminó de ratificar el cambio de escenario.

Mientras todo eso sucede, la oposición a Schiaretti se desdibuja en Córdoba. Cambiemos no hace pie en un candidato, ni mucho menos: no hay demasiados indicios de que radicales y macristas constituya­n una alianza política. Los timbreos ordenados desde Buenos Aires parecen ser el máximo indicio de construcci­ón política opositora a Unión por Córdoba.

Ese cambio también es notable. Semanas atrás, el peronismo cordobés pareció preocupars­e y se encargó de modificar las leyes electorale­s –doble candidatur­a, financiami­ento de campañas y fecha electoral– de modo de facilitarl­e a Schiaretti las decisiones en defensa propia, de cara a un 2019 que parecía amenazante. Esa preocupaci­ón se desvaneció por completo tras la corrida cambiaria y la caída de la imagen de Macri.

A tal punto que Schiaretti hasta se permitió asumir dos décadas de errores en Epec y afrontar el costo político de un ajuste iniciado antes de que esa palabra, sin ser dicha jamás por Macri, se volviera la nueva clave de lectura de la política nacional. La pulseada con Luz y Fuerza será larga y puede sentirse más durante los rigores del invierno.

Todo indica que ese achique, que incluye jubilacion­es anticipada­s y un intento por derogar a través de leyes provincial­es varios artículos del convenio colectivo de los empleados de Epec, constituye el máximo esfuerzo que Schiaretti está dispuesto a encarar. A los demás sólo los respaldará si los hace Macri.

SEMANAS ATRÁS, EL PERONISMO CORDOBÉS PARECÍA PREOCUPADO POR 2019. ESOS TEMORES SE ESFUMARON TRAS LA CRISIS CAMBIARIA NACIONAL.

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Recortes. Mauricio Macri y Juan Schiaretti.

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