Un sector con la 125 a flor de piel Federico Giammaría
Fue apenas un intento que duró un suspiro. La posibilidad de que el Gobierno nacional modificara su política sobre las retenciones apareció ayer en la tapa de un diario, como un trascendido. La versión tomó fuerza, fogoneada por una posición vacilante de Nicolás Dujovne, y terminó desmentida a las pocas horas luego de una rápida reacción (con duras advertencias) de las entidades del campo.
Así, uno de los primeros intentos de avanzar con el recorte del déficit fiscal mostró las limitaciones que tiene el Gobierno. En especial el ahora superministro Nicolás Dujovne, encargado de coordinar nueve carteras y dueño de la lapicera roja para empezar a ajustar.
Es que eligió mal el Gobierno su primera movida. El campo ha sido un aliado de peso, tanto en la campaña electoral como en los años de gestión que lleva Mauricio Macri. No ha sido gratis ese apoyo: la gestión de Cambiemos tomó medidas (como la baja de retenciones) que reactivaron al sector y lo dinamizaron.
Se trata de una cuestión de números y de sensaciones. La mayoría de los productores reconoce las medidas del macrismo, pero sigue con la sensibilidad a flor de piel por el recuerdo de aquellos días de 2008, cuando el kirchnerismo los enfrentó con la resolución 125.
Hoy, los representantes de las entidades agropecuarias afirman que no imaginan una situación parecida a la de hace 10 años. Pero están alerta para defender lo conquistado. Ayer lo hicieron saber. “Sería una traición”, dicen.
El Gobierno acusó el golpe y dejó en evidencia la escasa capacidad de maniobra que tendrá para bajar el gasto. Una capacidad que deberá agudizar.