Cuando la gigantesca San Pablo se quedó a pie
SAN PABLO. Desabastecimiento de combustibles y alimentos, falta de transporte público, rutas cortadas, vuelos cancelados. El panorama en las grandes ciudades de Brasil se tornó complejo después de que una huelga de camioneros entrara en su quinto día, pese a la amenaza del gobierno de Michel Temer de usar la fuerza militar para restablecer el orden.
Al caer la tarde, fuerzas del Ejército comenzaron a escoltar camiones dentro de una refinería de Petrobras para que comenzaran la recarga, en medio de un clima de fuerte tensión.
La gravedad de la situación llevó a las centrales sindicales a advertir que el país camina “hacia el caos social” y se ofrecieron a mediar entre el Gobierno y los camioneros autónomos.
El anuncio fue realizado luego de que patronales del transporte que firmaron un acuerdo con el Gobierno el jueves por la noche no lograron convencer a sus pares, camioneros autónomos, de levantar el bloqueo, para lo cual serán empleadas fuerzas federales, según dijo Temer en cadena nacional. El mandatario endureció su discurso y resaltó que el Gobierno SAN PABLO. Parece feriado en Brasil este 25 de mayo, sobre todo en la ciudad famosa porque “nunca para”. San Pablo, el corazón económico de Sudamérica, con casi 13 millones de habitantes, parecía un pequeño poblado en crisis, con falta de productos en los supermercados, escasos colectivos, tuvo “coraje para dialogar” con los camioneros y “ahora tiene coraje para ejercer su autoridad en defensa del pueblo brasileño”.
“No vamos a permitir que la población se quede sin productos de primera necesidad. Que los consumidores se queden sin productos y que los hospitales se queden sin los insumos necesarios para salvar vidas”, sostuvo el jefe de Estado.
“Nafta con fuego”
“La propuesta del Gobierno, de convocar a las Fuerzas Armadas como instrumento de represión, es querer apagar el fuego con nafta, es decir, va a aumentar el conflicto y dificultar una decisión equilibrada”, sostuvieron las centrales sindicales, desde las opositoras hasta las que dialogan con Temer.
En esa postura se han alineado mucha gente en bicicleta y a pie y con estaciones de servicio cerradas.
El alcalde de San Pablo, Bruno Covas, declaró la emergencia para poder tener poderes extraordinarios de investigar si existe un acopio ilegal de combustibles y hacer gastos sin licitación para garantizar el abastecimiento.
Hay olor a contaminación en San Pablo: el otoño es seco, sin lluvias desde hace 45 días, a puro sol, pero el paisaje está liberado, no hay filas de autos ni de colectivos. La falta de combustible obligó a todos a modificar sus rutinas.
El quinto día del paro de los camioneros monotributistas también provocó la ausencia –por falta de transporte y de combustibles– de varios argentinos en el festejo por el 25 de Mayo en la residencia del cónsul Luis Castillo.
En los súper, los precios avanzaron contra la inflación de menos del 3 por ciento anual que registra Brasil. Un kilo de papas pasó a costar en 24 horas de 4 a 10 reales. El mercado central más importante de Latinoamérica, el Ceasa de San Pablo, vio aumentos de hasta 400 por ciento en frutas y verduras.