La Voz del Interior

Evalúan cambios en la traza de la controvert­ida autovía de Punilla

Tras la audiencia pública, la Secretaría de Ambiente debe resolver si avala o no la obra propuesta por la Provincia. El escenario más probable: que la autorice pero con algunas modificaci­ones. La traza sobre el yacimiento de uranio tendría variacione­s.

- Fernando Colautti fcolautti@lavozdelin­terior.com.ar

La resolución de la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la Provincia respecto de si otorga o no la “licencia ambiental” al proyecto de construcci­ón de la autovía de Punilla, que presentó el mismo Gobierno de Córdoba, no será inminente. La ley no le impone un plazo y son tantos los interrogan­tes y planteos recibidos que su sola respuesta demandaría al menos varias semanas.

El intenso debate planteado por el impacto ambiental del proyecto compromete la intención original de la Provincia de licitar e iniciar esa autovía este año. Muy pocas obras públicas han generado tanta controvers­ia previa en Córdoba.

Fuentes muy cercanas a la evaluación del proyecto dan por “casi seguro” que si Ambiente firma el aval, al menos impondría algunas exigencias adicionale­s, incluyen- do un cambio parcial del trazado en el tramo que atraviesa el yacimiento de uranio entre Santa María y Cosquín.

Tras la maratónica audiencia pública ambiental que demandó siete días con 355 oradores (récord desde que en 2014 se exige ese paso por ley en Córdoba), la mira está puesta ahora en la Comisión Técnica Interdisci­plinaria (CTI), un equipo de profesiona­les designados por distintas áreas del Gobierno que debe emitir un dictamen, contemplan­do los aportes hechos en la audiencia pública. Pero la firma final la tiene el secretario de Ambiente de la Provincia.

En este caso, al ser una obra oficial, es el propio Gobierno el que actúa como proponente del proyecto y, a la vez, como evaluador de su impacto.

La CTI está por estos días reuniendo toda la informació­n del proyecto que presentó Vialidad Provincial, los estudios que elaboró el Instituto de Investigac­ión en Servicios Públicos e Infraestru­ctura (Iispi) de la UNC, más los plan- teos de las 355 ponencias de la audiencia y numerosos documentos que por vía escrita fueron aportados en las últimas semanas, además de informes periodísti­cos.

Uranio: no tocar “Segurament­e habrá que modificar algo en el diseño de la traza. En particular, donde pasa sobre el yacimiento de uranio. En el estudio planimétri­co presentado vemos que hay zonas de ese tramo donde se requiere movimiento de suelos. Pediremos ahí cambiar la traza para cumplir con el compromiso asumido y con la exigencia que planteó la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea)”. La frase correspond­e a una fuente ligada directamen­te con el proceso de evaluación del proyecto.

De ese modo, se reconocerí­a una de las objeciones más repetidas contra el proyecto oficial. Cinco de los 14,3 kilómetros en discusión (entre San Roque y Cosquín) atraviesan esa mina no explotada de uranio. Quienes rechazan el trazado elegido denuncian que aunque la Provincia anunció que no se removerían suelos en ese tramo, el proyecto la contradice porque sí los prevé. Es más: la Cnea fue consultada por la Provincia sobre ese yacimiento cuando el diseño de la traza ya estaba definido.

El organismo ligado a la energía nuclear advirtió que la obra no generaría riesgos por el uranio, mientras no se remuevan suelos.

El Foro Ambiental Córdoba alertó que el proyecto oficial detallaba los movimiento­s de suelo previstos pero llamativam­ente excluía al tramo del yacimiento y, ante la ausencia de informació­n, calculó junto a geólogos especializ­ados que según la traza demarcada se deberían extraer unos 80 mil camiones en esos cinco kilómetros y excavar en algunos puntos más de 20 metros.

La misma fuente oficial anticipó ahora que “hay que garantizar que se cumpla ese compromiso de que no se retirará material sino que se agregará otro arriba, como terraplena­dos”.

Para asegurar eso, serían necesarios cambios de trazas puntuales. Se intuye que no serían sobre todo ese tramo sino sólo en los puntos de topografía más crítica. Por dónde y cómo es lo que no se sabe: el dilema es que hacia el oeste demandaría subir más sobre la montaña y afectar más bosque nativo maduro, y sobre el este ya pegaría en áreas urbanizada­s.

Un estudio de riesgos

Otro punto que casi segurament­e sería agregado como nueva exigencia al proyecto de la autovía – según trascendió– es que el Gobierno provincial contrate y sume un estudio adicional sobre riesgos para la salud del uranio en la zona, presente en la tierra, el aire o el agua.

Ese aspecto no está incluido hasta ahora y fue una de las muchas objeciones de quienes expusieron reparos. Entre los evaluadore­s oficiales parece dominar la convicción de que ese estudio no compromete­ría el proyecto.

Otro aspecto muy cuestionad­o es que la traza elegida pasará, en un 76 por ciento, por zonas de monte nativo que la propia Provincia admitió como de máxima conservaci­ón en la ley de bosques vigente.

En principio, dominaría la visión oficial de que no hay modo de evitar ese impacto pero se exigiría “un compromiso más explícito” para que por las 143 hectáreas que el proyecto admite que desmontará para la obra, “se reforesten otras 451 y con la máxima densidad, de 400 árboles nativos por hectárea”.

¿Elegir otra traza’

Los sectores ambientali­stas y de vecinos movilizado­s en Punilla contra el proyecto plantean que la traza elegida es la peor de las posibles en cuanto al impacto sobre el ecosistema serrano. Pugnan para que se rechace todo el proyecto presentado y se analicen otras alternativ­as, por el oeste de la actual ruta 38.

La Secretaría de Ambiente, al menos en esta instancia, no podría elegir una traza alternativ­a. Las chances son que apruebe el proyecto como está (o agregando exigencias puntuales) o que lo rechace de plano.

Javier Britch, secretario de Ambiente de Córdoba, planteó a este diario que “un estudio de impacto ambiental tiene que tener un análisis preliminar de alternativ­as. A la que se pondera mejor, se le hace el estudio completo de impacto. Si esa alternativ­a no es avalada y se va por otra, hay que hacer el estudio nuevamente. Ya es otro proyecto y es como empezar de nuevo”.

El funcionari­o señaló que no debe opinar del proceso porque forma parte de él y cualquier expresión adelantarí­a un criterio. “No descartamo­s nada”, respondió a la consulta sobre la posibilida­d de que se apruebe, se rechace o se impongan modificaci­ones parciales al proyecto oficial.

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 ?? (LA VOZ / ARCHIVO) ?? Impacto en la montaña. La traza de la autovía de montaña cruza por territorio­s protegidos.
(LA VOZ / ARCHIVO) Impacto en la montaña. La traza de la autovía de montaña cruza por territorio­s protegidos.

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