El ajuste fiscal llegaría a los 250 mil millones de pesos
el recorte llegará a los 5.830 millones de dólares, es decir, 145.750 millones de pesos.
Esta aceleración en la reducción del gasto público para bajar el déficit fiscal y la dependencia externa es parte del pedido del staff de economistas del FMI, encabezado para el caso argentino por el italiano Roberto Cardarelli, en el marco de las negociaciones por un crédito que podría alcanzar los 45 mil millones de dólares.
Hay gastos que no se pueden tocar porque generarían un descalabro financiero y económico: el pago de los intereses de la creciente deuda externa con la que Macri viene financiando su gestión.
Lo último que Cambiemos se permitiría sería un default. Y este año, 32 de cada 100 pesos que recaude el Estado irán al pago de la deuda. Mientras que los gastos para salarios ocuparán el 20 por ciento y las prestaciones de la seguridad social el 11 por ciento, analizó el Centro de Estudios de la Nueva Economía.
¿De cuánto dinero hablamos? Entre capital e intereses hay que abonar el equivalente a 64.649 millones de dólares de deuda en 2018. De ese monto, el 30 por ciento fue cancelado en el primer cuatrimestre y restan pagar 44.842 millones de dólares. A su vez, el 80 por ciento de toda esta deuda fue emitido por Macri desde que asumió la presidencia.
Pero como el FMI pide bajar el déficit total (que contempla los intereses de la deuda) en el mercado financiero especulan con que el ministro de Finanzas, Luis Caputo, podría sorprender con la instrumentación de un canje de bonos por títulos de más largo plazo y mejores tasas para reducir los vencimientos de este año y 2019. Si esto ocurre, la baja total del gasto en 2018 podría alcanzar los 250 mil millones de pesos. En el Gobierno no descartan “ninguna alternativa”.
El mismo camino de un canje podrían seguir las provincias que entre junio y diciembre deben afrontar vencimientos de deuda por unos 700 millones de dólares, es decir, 17.500 millones de pesos. Esto empezó a ser evaluado después de la devaluación, lo cual exige un mayor esfuerzo fiscal a los gobernadores, que en paralelo están bajando impuestos locales por exigencias del Pacto Fiscal impulsado por Macri.