Bajar el déficit, sólo con consenso
El Gobierno puso en marcha la tercera fase del ajuste fiscal que se inició en 2016: ahora va por un recorte del gasto que podría alcanzar los 250 mil millones de pesos este año, lo cual dirigiría inevitablemente a la economía a un estancamiento con inflación del 25 por ciento.
A los recortes en la obra pública se le sumarán bajas de subsidios a la energía, recortes de empleados públicos, reorganización de entes autárquicos y empresas públicas, y mayor presión fiscal sobre los asalariados. E incluso no se descarta un canje de bonos de la deuda.
El Pacto Fiscal firmado con los gobernadores plantea que en 2019 se eliminarán los subsidios a la electricidad y gas –con excepción de la tarifa social– y, en 2021, los del transporte.
Pero, según proyecta el Gobierno, los plazos van a acortarse. En el primer trimestre, por ejemplo, los subsidios (concentrados en energía y transporte) bajaron 37,9 por ciento anual, a 22.336 millones de pesos.
Y ahora el Gobierno recortará la ayuda estatal para la electricidad en octubre, por lo que subirían las tarifas.
En cuanto al empleo, el salario viene perdiendo contra la inflación y terminará el año así.
Y no se renovarán todos los cargos que se generan por jubilaciones. Esas bajas representan al tres por ciento de la planta de empleados y otro tres por ciento en 2019.
En lo que va de mayo, hubo despidos en el hospital Pediátrico Garrahan, Vías Navegables, Agroindustria, el Inti y el Conicet. Y habrá cesantías en el Instituto de Asuntos indígenas y el Inta, entre otros.
Para los gastos políticos habrá medidas simbólicas: sólo los ministros viajarán en primera, reducirán los viáticos, no habrá cambio de flotas de autos oficiales y la compra del Tango 01 fue cancelada hasta nuevo aviso.
Menos obra pública
Según la ejecución presupuesta- ria del primer cuatrimestre de 2018, los recursos destinados a la obra pública se redujeron en 23 por ciento anual, es decir, unos 16.810 millones de pesos menos.
De seguir a este ritmo, la poda será mayor a los 30 mil millones estipulados por el Gobierno nacional, en un presupuesto total para este sector de 230 mil millones.
En este marco, el canciller Jorge Faurie le comunicó a su par chino Wang Yi que la Argentina decidió suspender por “problemas de restricción presupuestaria” el proyecto de construcción de la Central Nuclear Atucha III, que tenía un costo de 9.000 millones de dólares y postergó para 2022 la realización del proyecto de la Central Atucha IV.
Esas son algunas de las medidas que ya están siendo ejecutadas y otras que preparan los nueve ministerios que desde el martes son coordinados por Nicolás Dujovne, jefe de Hacienda y único interlocutor con las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la obtención de un auxilio financiero, revelaron fuentes oficiales a LaVoz.
¿Y las provincias?
La tijera también llegará a las provincias: los flujos destinados a los estados provinciales y municipales por fuera de la coparticipación federal de impuestos cayeron ya un 11,8 por ciento anual en el primer trimestre, a 27.500 millones de pesos.
Si bien las transferencias de carácter corriente crecieron 11 por ciento anual, las de capital (para inversión) se derrumbaron un 30,2 por ciento. Y la tendencia continuará. La baja planificada alcanza al 40 por ciento.
En Hacienda responden que el ajuste busca un “ahorro” de 3.000 millones de dólares, es decir, unos 75 mil millones de pesos.
Pero las metas fiscales que el propio Dujovne planteó a los ministros el martes pasado indican otra cosa, dijo a este diario uno de los funcionarios que estuvo en esa mesa.
El objetivo de máxima es bajar el déficit fiscal primario del 3,9 por ciento del Producto Bruto Interno registrado en 2017 al 2,7 por ciento. Es decir, una baja de 1,2 puntos porcentuales.
Así, si el PBI termina estancado (en el mismo nivel que el año pasado),
El director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), Nadin Argarañaz, calificó como “muy significativa” la designación del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne como organizador del equipo económico, y opinó que existe “un 75% del gasto público concentrado en gasto social y personal”, y que “sólo el 25% tiene flexibilidad a la baja”.
El director del Iaraf destacó la designación de Dujovne como coordinador del equipo económico del Gobierno y consideró que la baja del déficit fiscal es “la madre de todos los problemas”.
En primer término, explicó: “No es lo mismo nueve ministros hablando con el jefe de Gabinete o el Presidente, que nueve ministros coordinando una acción relacionada con el gasto público con un ministro. El cambio va a ayudar al funcionamiento y al control de la caja y el gasto”, indicó Argarañaz.
Por otro lado, consideró que “si se quiere acelerar la baja del déficit, la decisión va a tener que tener un amplio consenso”.
Al respecto, el director de Iaraf remarcó que “la discusión va a estar concentrada en los subsidios energéticos y al transporte de pasajeros, obra pública y transferencias no automáticas a provincias, porque hay un 75% del gasto público concentrado en gasto social y de personal, y sólo el 25% tiene un grado de flexibilidad a la baja”.