¿Está a favor o en contra del aborto legal?
Irlanda, el país más católico de Europa, decidió en un referéndum habilitar la legislación sobre el aborto legal. El derecho del no nacido tenía garantía constitucional en ese país, equiparado al derecho de la madre. Pero la letra escrita no impidió que las irlandesas aborten, sólo que no lo hicieron en su país: 170 mil mujeres viajaban a Gran Bretaña año a año para tener un aborto legal y seguro.
En Argentina, esta decisión no será tomada por la población. Eso de que “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes” está tan arraigado en la cultura política que ni aun en temas donde los bloques partidarios están muy lejos de funcionar con homogeneidad y los legisladores votan “según su conciencia” se pensó en consultar a la ciudadanía.
Se buscó un remedo: una audiencia pública en la que no se escucharon ni unos ni otros y donde casi no hubo legisladores en el auditorio.
Un mecanismo como el referéndum permitiría sacar la discusión del alcance de la presión de unos y otros, desde las organizaciones feministas que militan hace años por la legalización como del lobby de la Iglesia Católica y sus múltiples operadores laicos.
La falta de un canal para dirimir la mayoría social llevó a que los militantes de una y otra posición ganen las calles, en marchas con pañuelos verdes o con alegatos a favor de “las dos vidas”, estrategia que se acentuará de aquí al 13 de junio, cuando los diputados nacionales lleguen al recinto a votar por sí o por no un despacho al que aún le faltan varios consensos: si habrá o no cláusula de conciencia para el personal de salud y si una niña menor de 16 años tendrá que tener autorización de sus padres para abortar, entre otros puntos.
En el paralelo 55 y meridiano 8, el 66,4 por ciento de los irlandeses avaló que se abra la puerta a la legalización del aborto.
¿Qué ocurriría hoy si esa misma pregunta se trasladara al paralelo 31 y meridiano 64 de Córdoba?
En febrero, una encuesta de Gustavo Córdoba y Asociados reveló que el 65,7 por ciento de los cordobeses apoyaría una ley de aborto legal con mayor educación sexual y distribución de anticonceptivos. Y sólo el 27,2 por ciento dijo que no lo respaldaría. En ese mismo estudio aparecían datos aparentemente contradictorios: el
49 por ciento describía al aborto como “un atentado a la vida” y un
63 por ciento acordaba en que la legalización del aborto “reduciría la muerte de mujeres”.
Según el último estudio de opinión pública realizado en mayo por la Consultora Delfos, con 1.800 casos en la provincia, el 50 por ciento de los consultados se manifestó “en desacuerdo” con esta afirmación: “Cree que el aborto debe ser despenalizado para que la mujer que decida hacerlo lo haga en condiciones médicas que preserven su salud”. Contestaron estar de acuerdo el 41 por ciento y no tener una opinión, el restante nueve por ciento.
Es más contundente el resultado de la afirmación sobre la que está haciendo eje la campaña en contra de la legalización, impulsada por la Iglesia y sus militantes laicos: “Cree que el derecho a la vida del bebé por nacer debe ser respetado por encima del derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo”. Se manifiestan de acuerdo con esta sentencia el 68 por ciento de los consultados, con un bajo 18 por ciento en desacuerdo y un 14 por ciento sin opinión.
Están claras las tendencias. El jefe de campaña proaborto haría énfasis en su comunicación persuasiva en el derecho de la mujer. Su par de la vereda opuesta, en el derecho del embrión o niño por nacer.
Sería una interesante elección, Si la opinión de la ciudadanía, en este tema, importara.
UN REFERÉNDUM PERMITIRÍA SACAR LA DISCUSIÓN DEL ABORTO DE LA PRESIÓN Y EL LOBBY DE UNOS Y OTROS.