La Voz del Interior

La Justicia que tarda en frenar a los abusadores

- Francisco Panero

La investigac­ión de los delitos contra la integridad sexual tropieza a veces con demoras que producen consecuenc­ias mucho más lamentable­s que en otro tipo de crímenes.

El caso del violador serial que atacó en la ciudades de Córdoba y La Calera, según publicó oportuname­nte este diario, tuvo una dilación que pudo haberse evitado, para impedir que más mujeres fueran ultrajadas.

Esto porque, en la primera denuncia, la víctima aportó todos los datos para ubicar con nombre y apellido al mismísimo violador que recién siete meses después fue capturado.

Ella dio el Facebook de él, donde había informació­n de sobra respecto de quién era, ya que no utilizaba ningún perfil falso.

Es más, hasta que la Justicia unificó las seis denuncias en la fiscal Ingrid Vago, las pesquisas no avanzaban.

De esa primera violación del 30 de julio de 2016 hasta mediados de diciembre de ese año, cuando Vago pidió la captura, el multiviola­dor seguía libre, sin riesgos. Transcurri­eron casi cinco meses sin que nadie lo descubrier­a ni atrapara y en ese lapso cometió otras cinco violacione­s.

En febrero de 2017, cuando el depravado seguía prófugo, LaVoz reveló la preocupaci­ón que existía en La Calera por la falta de respuesta frente a un violador serial. A las 72 horas, Castañares fue detenido en Del Viso, provincia de Buenos Aires.

La situación de demora y consecuenc­ias evitables alcanzó su punto más crítico con el peor caso de violador serial de la historia de Córdoba, Marcelo Sajen.

Pasaron muchos años, con las decenas de denuncias desperdiga­das, desde comienzos de la década de 1990 hasta 2003, cuando comenzó a propagarse la preocupaci­ón por los medios.

Pero todo seguía sin que nadie le encontrara la vuelta ni tampoco se decidiera a tomar el toro por las astas.

El pico de alarma necesario para que las autoridade­s tomaran en serio la situación se produjo a mediados de 2004, cuando la víctima “Ana” viralizó un correo electrónic­o en el que alertaba sobre el violador que nadie frenaba. Hubo marchas, algunas hacia la Casa de Gobierno. El último semestre de 2004 tuvo al violador como tema excluyente de Córdoba.

En septiembre de ese año crucial, el entonces fiscal General, Gustavo Vidal Lascano, designó al frente de la investigac­ión a quien encontrarí­a a Sajen, el fiscal de Instrucció­n Juan Manuel Ugarte (hoy camarista del Crimen).

La gran virtud de Ugarte fue que encontró un “período ventana” entre 1999 y 2003, durante el cual el serial llamativam­ente no había atacado. La respuesta era tan simple como contundent­e: Sajen había estado preso en ese lapso.

Cuando tuvo nombre, rostro y pedido de captura, el “monstruo” se vio cercado por la Policía. Al momento de ser atrapado, el 28 de diciembre, se disparó en la sien. Murió tres días después.

Había violado a más de 90 mujeres y se calcula que fueron muchas más las que nunca se atrevieron a hacer la denuncia.

DE SAJEN A CASTAÑARES, LA HISTORIA DE LOS MULTIVIOLA­DORES EN LA JUSTICIA DE CÓRDOBA TIENE UN FACTOR COMÚN: LAS DEMORAS EN ENCAUZAR LAS INVESTIGAC­IONES.

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