La Voz del Interior

Hay motivos para que suban más en junio, ¿sucederá?

- Walter Giannoni wgiannoni@lavozdelin­terior.com.ar

La disparada del dólar durante mayo todavía no se terminó de transferir a los precios –llegaría con fuerza la semana próxima–, cuando las góndolas ya muestran que la inflación y otros factores echaron a volar el costo de artículos elementale­s de la canasta familiar.

Claramente varias cuestiones inciden y coinciden para que se produzcan estos incremento­s. Por el lado de los alimentos que dependen del precio de commoditie­s (como harinas y aceites), estos tuvieron en el aumento del dólar el motivo obvio de su crecimient­o.

Con la harina y el precio del pan, hay varias “rarezas” que enturbian el análisis.

¿Por qué los productore­s no largan el trigo de la excelente cosecha que tuvieron? Su expectativ­a es conseguir un valor aún más alto para el cereal, dicen desde la molinería. ¿Por qué el pan promedia los 60 pesos si la incidencia de la harina en el costo es de 12 pesos por kilo? El resto de los costos, como luz, alquileres y salarios, empuja muy fuerte, argumentan los panaderos.

En otros casos, como en carnes, los aumentos están ligados en menor proporción, pero colateralm­ente, al factor dólar. El maíz y los pellets, que cotizan en divisas, son parte sustancial de la dieta animal. Las carnes están saliendo de un largo letargo de precios estables y en algún caso hasta notablemen­te bajos, como sucede con el pollo.

Por definición ideológica, el Gobierno quiere evitar una intervenci­ón mayor en estos mercados. Nada le molesta más que lo comparen con el recordado Guillermo Moreno, quien en su momento les puso topes hasta a los envases de los alimentos y fracasó indeclinab­lemente en el intento de frenar los precios.

Es en el resto de los alimentos más vinculados a la manufactur­a industrial donde el cuadro de incertidum­bre se agiganta. Allí golpea el dólar, pero también el aumento de los combustibl­es de abril, el incremento tarifario y, en algunos sectores, la primera cuota de paritarias.

Y, advierten en ese ámbito, que la parte más difícil del traslado a precios empezará a aparecer en días. A este dólar hay que agregar costos relacionad­os con las difíciles paritarias que afrontan tanto la industria de la alimentaci­ón como la logística (camioneros), junto con el valor futuro de los combustibl­es.

¿Todo irá a precios? Las decisiones de las grandes empresas, que canalizan sus ventas principalm­ente a través de súper e hipermerca­dos, se afinarán en alguna medida en función de la fría demanda con la cual se cerró el febril mayo.

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