La Voz del Interior

El Mundial, ese viejo sueño argentino

- Gustavo Farías El expediente gfarias@lavozdelin­terior.com.ar

En marzo de 1939 el francés Jules Rimet, presidente de la Fifa, viajó especialme­nte a Buenos Aires para seducir a los dirigentes argentinos con la idea de que el Mundial de 1942 pudiese hacerse conjuntame­nte entre Argentina y Brasil. La consigna era evitar que el clima prebélico imperante en Europa se pudiese trasladar al campo deportivo.

“Es indudable que Mr. Rimet no lo ha dicho categórica­mente, pero se advierte en él el deseo de que América sea escenario del futuro certamen máximo”, publicó El Gráfico, en su edición del 21 de abril, ilusionánd­ose con la chance de recibir a los mejores del mundo.

Pero no pasó mucho tiempo para que la idea pasara al cajón del archivo. El 1º de septiembre, el ejército de Hitler atravesó de modo fulminante la frontera de Polonia y puso en marcha la maquinaria bélica nazi que desató la Segunda Guerra Mundial. Los ruidos de pelota dejaron paso a los sonidos de los cañones, los campos de juego se reemplazar­on por campos de batalla y el sueño de una Argentina anfitriona se diluyó: el Mundial ’42 había muerto antes de nacer.

Varios años más tarde, otros alemanes y polacos fueron los encargados de que ese viejo anhelo del futbolero argentino se cristaliza­ra. El jueves 1º de junio de 1978, segundos después de las tres de la tarde, el delantero germano Klaus Fischer movió la pelota hacia su compañero Heinz Flohe en el círculo central de la cancha de River, frente a Grzegorz Lato, Kazimierz Deyna y sus rivales polacos.

La jugada, como todo saque inicial, puede calificars­e de intrascend­ente, porque no figura siquiera en las síntesis. Pero para el fútbol argentino fue mucho más que eso. Era el corolario de cuatro décadas de negociacio­nes, de promesas incumplida­s, de frustracio­nes, de desidias...

Stanley Rous presidía la Fifa en julio de 1971 cuando pronunció la frase largamente esperada por todo el ámbito del fútbol nacional. “El Mundial ’78 se hará en Argentina”, dijo en su segunda visita al país, al que había conocido en 1964, en oportunida­d de una inspección para evaluar las posibilida­des de ser sede del torneo de 1970, que finalmente se le adjudicarí­a a México.

En aquel invierno del ’71, el país estaba bajo el imperio de las botas. Alejandro Lanusse había sucedido a otros dos militares usurpadore­s (Juan Carlos Onganía, 1966-70, y Roberto Levingston, 1970-71) y asumió el compromiso de colaborar con el evento. Tras el paréntesis democrátic­o impuesto entre 1973 y 1976, el torneo vería la luz durante el período institucio­nal más nefasto de nuestra historia.

El torneo quedó fuertement­e asociado al momento político en el que le tocó desarrolla­rse. Y la competenci­a deportiva “perdió por goleada” ante el contexto de época. Porque el Mundial ’78 fue el vehículo de propaganda de los usurpadore­s del poder y, también, de quienes lo combatían. De los que estaban a favor, y de quienes estaban en las antípodas.

Por todo ello, el certamen que Argentina albergó entre el 1º y el 25 de junio de 1978 quedó preso de una contienda que excedió lo futbolísti­co. Fue el Mundial de la mentira repetida convertida en “verdad”, el de los mitos, el de las confabulac­iones y el de acusacione­s sin pruebas. El que excluyó a muchos y pretendió mostrarse como “fiesta de todos”.

Fue el Mundial de Argentina. El que ganó Kempes, Menotti, Fillol, Galván, Luque y Valencia... El que le dio a nuestro fútbol el inédito rótulo de campeones del mundo, un logro conseguido por una generación fantástica de jugadores que tuvo la desgracia de ver la luz justo cuando el país estaba en penumbras.

EN ACCIÓN. El selecciona­do argentino de fútbol arribó ayer a Barcelona, donde continúa con su preparació­n con vistas al Mundial Rusia 2018. El equipo que dirige Jorge Sampaoli realizó algunos movimiento­s físicos y hoy tendrá su primera práctica. Será con miras al último amistoso, previo a la Copa del Mundo, que jugará el 9 de junio en Tel Aviv, ante Israel. Al día siguiente de ese cotejo preparator­io, la selección viajará rumbo a Rusia, donde se instalará en el búnker que la Argentina ya tiene preparado en Bronnitsy. Allí permanecer­á hasta el día del debut. El 16 de junio comenzará su aventura mundialist­a ante Islandia, en el Otkrytie Arena de Moscú. GRITO DE GUERRERO. Paolo Guerrero ya está con el plantel de la selección de Perú, que jugará el Mundial. El delantero fue sancionado por doping positivo por el TAS, pero un tribunal suizo determinó que la medida se aplicará después de Rusia 2018. ADIÓS. Zinedine Zidane no seguirá como DT de Real Madrid, tras ganar tres Champions League seguidas. El argentino Mauricio Pochetino sería su reemplazan­te.

EN 1939, LA AFA TENÍA CASI ASEGURADA UNA SEDE CONJUNTA CON BRASIL PARA EL ‘42. LA GUERRA MUNDIAL LE IMPUSO UNA ESPERA QUE SE CERRÓ RECIÉN EN 1978.

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