La Voz del Interior

Alertan por recortes en el Conicet

Aseguran que el ajuste afecta aspectos esenciales como movilidad, seguridad y mantenimie­nto de la infraestru­ctura de los institutos. El mayor perjuicio: se está cortando la cadena de formación de recursos humanos. En Córdoba, Conicet tiene casi tres mil

- Lucas Viano lviano@lavozdelin­terior.com.ar

Integrante­s de la comunidad científica de Córdoba advirtiero­n de que el ajuste planteado por el Conicet afectará aspectos tan básicos como la movilidad, la seguridad y el mantenimie­nto de la infraestru­ctura. Se está cortando la cadena de formación de recursos humanos.

Mientras que en otros ámbitos de la administra­ción nacional se comenzó a hablar y a sentir el ajuste hace algunas semanas, el sector científico asegura que ya lleva dos años de recortes.

La situación ha llegado ya al ahogo para las institucio­nes del Consejo Nacional de Investigac­iones Científica­s y Técnicas (Conicet) de Córdoba.

El ajuste es tal que está resintiend­o aspectos esenciales como la movilidad, la seguridad edilicia y el mantenimie­nto de la infraestru­ctura. El efecto mayor es que se está cortando la cadena de formación de recursos humanos.

La sede Córdoba del Conicet tiene casi tres mil empleados entre investigad­ores, becarios, personal de apoyo y administra­tivo, que trabajan en 23 institutos científico­s.

Rosana Gaggino es directora del Centro Experiment­al de la Vivienda Económica (Ceve). En este caso, la urgencia es que ya no tienen fondos para pagar al personal de vigilancia. El Ceve está ubicado en Villa Siburu, un sector inseguro de la ciudad de Córdoba.

“La falta de presupuest­o nos está complicand­o bastante, al punto de que estamos analizando un recorte en el horario de cobertura de la seguridad, por lo que correría riesgo nuestro patrimonio. Eventualme­nte, deberíamos cambiar de sede”, dice.

Este centro tiene un presupuest­o anual de 1,8 millones de pesos para su funcionami­ento, y el 75 por ciento se lo lleva el rubro seguridad. El problema es que hasta ahora Conicet le giró sólo el 20 por ciento de ese monto.

El escaso presupuest­o ejecutado para funcionami­ento es común a todos los institutos. El Centro de Investigac­iones en Bioquímica Clínica e Inmunologí­a (Cibici) tiene cuatro facilidade­s centrales que están en riesgo: el bioterio, los equipos de citometría de flujo, el área de microscopi­a y la de cultivo celular.

“Si cualquiera de esas cuatro patas no funciona, tendremos que bajar la persiana”, cuenta José Luis Bocco, director de este centro.

Y agrega: “En el corto plazo, lo que hicimos fue sacar dinero de subsidios para garantizar su funcionami­ento, y, en algunos casos, se realizan aportes personales”.

El Cibici y otros institutos de biomedicin­a también están afectados por una obra inconclusa: un bioterio de primer nivel para el cuidado de los animales para experiment­os.

“Sin los animales, no hay ciencia en biomedicin­a. Y las revistas científica­s internacio­nales cada vez son más exigentes en las condicione­s en que deben estar para poder publicar”, dice Adriana Gruppi, vicedirect­ora del Cibici.

La investigad­ora asegura que todas las obras que se iniciaron durante la gestión anterior están paralizada­s. Es el caso de un edificio de casi cuatro mil metros cuadrados que albergará laboratori­os del Centro de Investigac­iones en Química Biológica de Córdoba (Ciquibic) y del Instituto de Investigac­iones en Fisico-Química de Córdoba (Infiqc). El proyecto se anunció en 2012.

Sin vehículos para campañas Para los científico­s que trabajan en el Centro de Investigac­iones en Ciencias de la Tierra (Cicterra), la movilidad es clave, ya que estudian aspectos geológicos de diferentes regiones del país.

Emilio Vaccani, director de este instituto, asegura que el estado de la flota es muy malo, hasta el punto de que está en riego la seguridad de los científico­s.

“Tenemos una flota de cuatro camionetas, pero son vehículos de hasta 20 años de antigüedad. Prácticame­nte estamos manejándon­os con uno solo para los 100 investigad­ores del instituto”, detalla.

El Cicterra estaba a punto de comprar un nuevo vehículo gracias a un subsidio de Conicet. “El dinero nunca llegó. Nos dijeron que nos presentára­mos de nuevo, pero nos enteramos de que no podíamos comprar vehículos con esos fondos”, explica Vaccani.

Sin gas desde hace años

El Instituto de Investigac­ión Médica Mercedes y Martín Ferreyra (Inimec) es uno de los centros de investigac­ión más antiguo del país. El edificio, ubicado cerca del hospital Privado, no tiene gas desde hace años.

“En 2016 solicitamo­s un proyecto para realizar mejoras en el sistema eléctrico y en la conexión de gas. Llegaron los fondos para la obra eléctrica, pero nunca para el gas. El único sector que tiene gas es el bioterio. Los ratones están mejor que nosotros”, dice Alfredo Cáceres, director del Inimec.

Pero mantener en condicione­s el bioterio es carísimo. Por ejemplo, hay que esteriliza­r las jaulas, pero tienen roto el autoclave que realiza esa tarea. “Por hacerlo en otro lado, el costo es de 100 mil pesos por mes”, detalla Cáceres.

El investigad­or señala otro problema grave que afecta a todos por igual: “Todavía estamos recibiendo fondos de subsidios que ganamos en 2013 y los montos nunca fueron ajustados a pesar de la inflación y de la devaluació­n”.

Otro conflicto común es que no se efectiviza­n cargos de investigad­ores y personal de apoyo.

Pocas respuestas

Cáceres fue uno de los investiga-

ANALIZAMOS UN RECORTE EN SEGURIDAD, PERO ESO PONDRÍA EN RIESGO NUESTRO PATRIMONIO.

Rosana Gaggino, directora del Ceve, ubicado en Villa Siburu

TENEMOS UNA FLOTA DE CUATRO CAMIONETAS DE 20 AÑOS DE ANTIGÜEDAD. SÓLO SE PUEDE USAR UNA.

Emilio Vaccani, geólogo, director del Cicterra

dores de todo el país que se reunieron hace unos 10 días con Lino Barañao, ministro de Ciencia de la Nación. El reclamo fue por cuatro puntos: presupuest­o de los institutos, subsidios, recursos humanos e infraestru­ctura.

Según el investigad­or, el mensaje fue que Conicet no puede absorber todos los recursos humanos científico­s del país, además de que hay que cambiar el perfil del investigad­or hacia trabajos con más impacto en la sociedad.

“Un país que no tiene investigac­ión básica nunca va a progresar en ciencia y tecnología. Invertir en ciencia básica no es un gasto. Por los hechos concretos de esta gestión, da la impresión de que lo considera así”, dice Cáceres.

Cecilia del Papa, vicedirect­ora del Cicterra, apunta: “La situación más grave es la formación de posdoctora­do y de ingreso a carrera de investigad­or. Se terminarán yendo al exterior. Argentina pasará a ser un país que exporta recursos humanos altamente calificado­s”, explica.

Por su parte, Víctor Molina, director del Instituto de Farmacolog­ía Experiment­al de Córdoba (Ifec), asegura que la cadena de formación de recursos humanos ya se está cortando.

“Hay menos chicos que preguntan para realizar su tesis en los institutos. El que está afuera no va a volver en estas condicione­s. Y muchos están buscando oportunida­des en el exterior”, detalla.

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(PEDRO CASTILLO) Un reclamo común. Los directores de los más importante­s institutos científico­s plantean los perjuicios de la escasez de presupuest­o.

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