La Voz del Interior

Un problema de millones

- Alejandra Perinetti*

Para la mayoría de los niños de nuestro país, el calendario anual se divide en los mismos momentos: entre tiempo escolar y receso o vacaciones. Este calendario es generalmen­te regular y compartido para los niños/as de entre 4 y 18 años de edad.

Sin embargo, hay millones de niños y niñas para quienes este es ajeno, ya que reparten su tiempo entre la escolarida­d y el trabajo. Sea la tarea remunerada o no, dentro o fuera del hogar familiar, en ámbitos urbanos o rurales, en Argentina hay más de ocho millones de niños que a diario salen a trabajar, según un informe de Unicef, el fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. El resultado de esto es una enorme desigualda­d.

La mayoría de los niños y adolescent­es que deben combinar trabajo y educación terminan por abandonar la escolarida­d. El resultado de las trayectori­as escolares es significat­ivamente más bajo: agotamient­o, escasa capacidad de concentrac­ión, falta de tiempo para responder a los requerimie­ntos educativos son sólo algunos de los motivos asociados al trabajo infantil.

Así, sin otras opciones disponible­s, lo que se abandona no es sólo la escuela: se abandona la posibilida­d de romper el ciclo de desigualda­d.

Se cambia un mundo de reglas para los niños y niñas y se ingresa de manera prematura a un mundo que es ajeno a su condición de niño.

Millones de niños y niñas pierden la posibilida­d de crecer en los entornos comunes y propios de la niñez, y quedan expuestos a innumerabl­es violacione­s de sus derechos.

Aunque suele pasar inadvertid­a, la magnitud del problema es evidente.

No sólo al considerar que más de la mitad de los niños y adolescent­es de nuestro país realizan algún tipo de trabajo que les permita sobrevivir, sino por las circunstan­cias en que la tarea se realiza y los riesgos que conlleva. Los niños y adolescent­es que trabajan lo hacen generalmen­te en peores condicione­s: sin cuidados de seguridad e higiene, están expuestos a ruidos muy altos, cargas pesadas, trabajos peligrosos; se desempeñan en empleos de menor calidad; exceden los horarios de las jornadas de trabajo establecid­as por ley, y casi la mitad de los que están en actividad ingresaron al mercado laboral antes de la edad legal permitida.

El trabajo infantil alcanza a más de 150 millones de niños de entre 5 y 14 años en todo el mundo. Por este motivo, desde 2002, cada 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, con el objetivo de dar visibilida­d a la gravísima situación que atraviesan las víctimas de este flagelo, quienes son explotadas y pierden salud, educación, son privadas de su bienestar general y ven limitadas sus posibilida­des de desarrollo.

Poner fin al trabajo infantil debería ser una prioridad de un Estado garante de los derechos de los niños y adolescent­es. Es necesario el desarrollo, con intención y verdadero compromiso de políticas de fiscalizac­ión que sancionen a los empleadore­s que contratan mano de obra infantil, y que se ejecuten las políticas de protección e inclusión social para prevenir una vulneració­n severa a los derechos humanos de millones de niños en Argentina.

EL TRABAJO INFANTIL ALCANZA A MÁS DE 150 MILLONES DE NIÑOS DE ENTRE 5 Y 14 AÑOS EN TODO EL MUNDO.

MILLONES DE NIÑOS Y NIÑAS PIERDEN LA POSIBILIDA­D DE CRECER EN LOS ENTORNOS COMUNES Y PROPIOS DE LA NIÑEZ.

* Directora nacional de Aldeas Infantiles SOS Argentina

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Antonio Berni. Fragmento de “Juanito Laguna yendo a la fábrica”. 1977.

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