La Voz del Interior

Schiaretti, en la media luz del ajuste

- Virginia Guevara Panorama provincial

Mauricio Macri ofrendó ayer gestos de gratitud a Christine Lagarde, y Cambiemos se concentra en convencer a los argentinos de que los 50 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacio­nal echarán luz sobre la oscuridad creciente que acecha a la economía. El fulgor financiero que baja desde Washington es muy poderoso, pero luego de iluminar a la Casa Rosada, sobre las provincias sólo proyecta las sombras del ajuste fiscal y el freno a la actividad económica que traerá consigo: en esa media luz, Juan Schiaretti enfrenta el riesgo máximo de apagón en el conflicto con Luz y Fuerza por el ajuste en la Empresa Provincial de Energía (Epec).

Es justamente en esa penumbra donde el gobernador cordobés encuentra su fortaleza.

A un año de las elecciones provincial­es, el único discurso político consistent­e que logró articular la notable dispersión que es Cambiemos en Córdoba fue el reclamo a Schiaretti por los recursos de coparticip­ación. Esa denuncia de despojo, que en principio fue sólo de Ramón Mestre, llegó a la Justicia y lo hizo con el aval de los intendente­s macristas. El propio Macri convocó el jueves a Mestre, a Mario Negri, a Héctor Baldassi y a Nicolás Massot para decirles que ese planteo judicial fue un desatino y que encuentren la manera de dejarlo sin efecto.

Macri necesita a Schiaretti para lo que viene. Mestre quedó peleando por la interpreta­ción de un artículo del Consenso Fiscal, y todo parece indicar que ese acuerdo ya no existirá más.

Hará falta un nuevo pacto con las provincias para hacerle lugar al ajuste que exige el FMI (no se trata sólo del reparto de menos recursos, sino de discutir la responsabi­lidad de cada jurisdicci­ón sobre varios servicios y prestacion­es). Y el gobernador cordobés ya demostró que en esa discusión es el que manda entre muchos de sus pares: hace un año, fue la llave para arribar al Consenso Fiscal que ahora no sirve más. El Presupuest­o 2019 será la madre de todas las batallas que le esperan a Macri y el Congreso es infranquea­ble sin el apoyo de los gobernador­es.

En esa constricci­ón política extrema que imponen las necesidade­s de la Casa Rosada, hoy es difícil imaginar a Cambiemos disputándo­le el poder provincial a Unión por Córdoba. La definición del candidato opositor para enfrentar a Schiaretti coincidirá con la discusión del nuevo esquema fiscal que será el reparto del ajuste. El peronismo cordobés se frota las manos.

Pero nada está dicho. Todo ese esquema conocido descansa en el peronismo nacional y en el rol que Schiaretti –junto al salteño Juan Manuel Urtubey– tuvo hasta ahora entre el resto de los gobernador­es “racionales”. Hasta hoy, no parece haber cambiado lo sustancial: para beneficio de Macri, el kirchneris­mo volvió a quedar aislado en el Congreso del PJ Nacional del viernes, donde ningún peronista cordobés puso un pie. Claro que Schiaretti ya no decide solo. José Manuel de la Sota prepara otra vez su precandida­tura presidenci­al y no desprecia a ningún kirchneris­ta. El jueves, después de mucho tiempo, De la Sota volvió al Panal.

El viernes, Schiaretti dejó claro que nadie de la Nación lo consultó a la hora de volver al FMI. “Ojalá le acierten”, fue el deseo desesperan­zado que le tiró a Macri. No está confirmado que mañana acuda a una convocator­ia de la Casa Rosada a todos los gobernador­es. Tiene batallas mucho más urgentes en Córdoba: la discusión pública con la polémica empresa Odebrecht insinúa un trasfondo inquietant­e y el Gobierno está empezando a anotar costos propios del conflicto gremial que desde hace un mes daña el poder del gremio de Luz y Fuerza.

Mañana es el día clave para empezar a encauzar ese frente en el Ministerio de Trabajo, antes de que desborde en apagones en serio. El jueves, mientras Schiaretti y De la Sota estaban reunidos, en el Centro Cívico se cortó la luz.

Hasta ahora, el servicio a los usuarios estuvo a salvo porque se respetaron las guardias mínimas operativas. Pero Epec está paralizada en sus áreas administra­tivas, y decenas de miles de facturas no se emitieron y no se pagarán. Con ese argumento, la empresa resolvió no pagarles medio salario a sus empleados de la Capital y alrededore­s.

En las últimas horas, el Gobierno –Schiaretti es quien toma cada decisión en la pelea con Luz y Fuerza– debió transferir 200 millones de pesos para pagarle a Cammesa, la empresa nacional que le da electricid­ad a Epec. Aseguran que el gobernador estalló cuando Macri le mandó una intimación por una deuda de 2.600 millones con esa empresa: “Actualizad­o por inflación, la Nación nos debe más de cuatro mil millones de los fondos comprometi­dos para las obras en marcha”, bramaron desde el Gobierno cordobés. Y eso que el ajuste todavía no empezó.

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