Descontento tras la reunión del G-7
SINGAPUR. Tras idas y vueltas, cancelaciones, mensajes y tuits, finalmente el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, llegaron ayer a Singapur, donde el martes por la mañana (esta noche para la Argentina) se encontrarán para buscar acuerdos de desnuclearización de Corea del Norte.
“El mundo entero está pendiente de esta cumbre histórica entre la República Democrática del Pueblo de Corea (nombre oficial de Corea del Norte) y los Estados Unidos de América”, dijo Kim, en el aeropuerto Changi, sobre el inminente encuentro histórico entre los líderes de ambos países.
Trump llegó seis horas más tarde a bordo del Air Force One que tocó tierra en la base aérea singapurense de Paya Lebar, luego de un largo vuelo desde La Malbaie (Canadá), donde Trump asistió este fin de semana a una tensa Cumbre del G-7.
Desde el avión, Trump desconoció vía Twitter el comunicado final del G-7 (ver Descontento...), producto de un acuerdo entre los miembros del bloque luego de dos días de tensión por las fuertes discrepancias que Washington mantiene con sus socios en materia de comercio y ambiente.
Con semblante serio, Trump sólo respondió que se sentía “muy bien” de cara al encuentro con Kim y entró rápidamente en su limusina para dirigirse al hotel.
También insistió en que sabrá “desde el primer minuto” si Corea del Norte va en serio con su oferta de paz.
Idas y vueltas
La cumbre estuvo en vilo durante semanas, después de que Trump la canceló el 24 de mayo alegando la “abierta hostilidad” de Corea del Norte. Tras un mensaje conciliador de Pyongyang, Trump anunció un día más tarde que se mantenía en pie.
Sin embargo, aún persiste la incertidumbre acerca de qué forma tendrá la anunciada desnuclearización,
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, acusaron ayer a Donald Trump de “destruir la confianza” y actuar bajo “ataques de ira” al retirar su apoyo al comunicado final de la cumbre del G-7 y criticar a Canadá por su política comercial.
La cooperación internacional “no puede ser dictada por ataques de ira”, dijo Macron, en alusión a la crítica vía Twitter de Trump contra la declaración final de la cumbre del G-7, cuya redacción había demandado un trabajoso compromiso de los representantes de cada país, incluido EE. UU.
“Seamos serios y dignos de nuestro pueblo. Nos comprometemos y nos atenemos a ello”, afirmó Macron. Merkel, siempre directa y dura, calificó de “deprimente” la actitud de Trump. El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini (foto), afirmó ayer que “Italia comienza a decir ‘no’ al tráfico de seres humanos” y a la inmigración ilegal, en un mensaje que apareció en las redes sociales después de que se difundió la noticia de que Italia no autorizará el desembarco de un buque con 629 inmigrantes. Las autoridades de Malta también declararon que la situación del barco no les incumbe.