La Voz del Interior

El debate se coló en la tribuna de los famosos

Figuras mediáticas como Susana Giménez o Mirtha Legrand se sumaron a la discusión pública sobre el tema. Hubo mayoría de actrices que militaron activament­e a favor de la despenaliz­ación.

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Las feministas avanzaron con el tema de la legalizaci­ón del aborto y esas voces se replicaron en las figuras mediáticas, que se sumaron a la conversaci­ón social.

En el campo cultural, algunas actrices estandaper­as, las que hoy el público reconoce en el espectácul­o Persona, encabezado por Malena Pichot, iniciaron una militancia que les hizo ganar epítetos descalific­adores y adhesiones de fidelidad duradera.

Escucharla­s en escena o fuera de ella abrió el debate en los medios: por rating, novedad o pretendido escándalo. El procedimie­nto, en muchos casos oportunist­a, se convirtió en oportunida­d para hablar de las cosas de las que no se hablaban frente a las cámaras. Más allá de las listas “simpáticas” de tips que identifica­n a las mujeres (los cuentos de despechada­s, divorciada­s, histéricas y un largo etcétera), la mujer se puso en el centro de debates que involucran amplios campos de la vida de la república.

Así la cuestión de la despenaliz­ación del aborto reemplazó el cliché y atravesó clases sociales y niveles de educación. La comunidad artística, con sus condiciona­ntes específico­s, por la falacia de que una actriz o un actor no deben expresarse políticame­nte o ser parte de un colectivo mayor, comenzó a reaccionar.

Expresione­s públicas

Fue particular­mente conmovedor­a la decisión de las actrices más populares, mujeres en edad reproducti­va, que expusieron su adhesión a la ley en una carta abierta. Ver a Carla Peterson, Nancy Duplaá, Dolores Fonzi o Jazmín Stuart movilizó y, por qué no, incomodó a las audiencias que disfrutan sus comedias.

En la ronda de ponencias e intervenci­ones en la Cámara de Diputados, la escritora Claudia Piñero aportó lucidez y equilibrio.

Corrieron las jornadas y, al filo del Día D, después de la ceremonia de los Premios Martín Fierro, en la que las cintas verdes captaron las cámaras, Susana Giménez, que hasta ese momento se había mantenido cómodament­e al margen, salió a bancar la ley.

Otro tanto hizo Marcelo Tinelli, en un gesto que, de alguna manera, también pone en crisis las bondades del discurso masivo, asociado al negocio de la televisión.

Mientras tanto, Amalia Granata y Mirtha Legrand, por citar dos personalid­ades antagónica­s en varios sentidos, se atalonaron en el discurso en defensa de las dos vidas, el lema de las posiciones contrarias a la despenaliz­ación, con distintos grados de virulencia.

Durante 12 semanas, la farándula traspuso, por imperio de los acontecimi­entos, el umbral del paraíso de selfies livianas de ideas.

Quien se debe a su público algo tiene que decir sobre un tema no apto para indiferent­es. La colonia artística es emergente de un momento histórico del país.

 ?? (FEDERICO LÓPEZ CLARO) ?? Activismo famoso. Carla Peterson, Verónica Llinás y Griselda Siciliani, en las exposicion­es.
(FEDERICO LÓPEZ CLARO) Activismo famoso. Carla Peterson, Verónica Llinás y Griselda Siciliani, en las exposicion­es.

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