Algo se rompió entre Macri y Schiaretti
Seguirán hablándose fluido. Los une la responsabilidad institucional, también el respeto personal y el aprecio de años. Pero, en términos políticos, la relación entre el presidente Mauricio Macri y el gobernador Juan Schiaretti ingresó en una zona gris, fogoneada por intereses que, dos años y medio después de que ambos llegaron al poder, comienzan a bifurcarse. ¿Será de manera definitiva?
El viraje en el vínculo es inocultable. De los halagos de no hace mucho, cuando el gobernador parecía más cercano a Cambiemos, a este presente crítico, aunque colaborativo.
La semana pasada, en medio de la euforia macrista por el suculento cheque –endosado con fuertes exigencias fiscales– que llegó desde el Fondo Monetario Internacional (FMI), Schiaretti apagó el motor del auto varias cuadras antes de la entrada al cementerio.
“Esto (el acuerdo con el FMI) es una responsabilidad exclusiva del Gobierno nacional, del cual yo no formo parte. Por lo tanto, las consecuencias de este accionar son responsabilidad también exclusiva del Gobierno nacional”.
Las palabras del jefe del Panal cayeron pésimo en el seno del macrismo. Tanto que “el Gringo” fue convocado de urgencia, el lunes, a la Casa Rosada. Después de gambetear una foto que el Gobierno buscó construir sin suerte con el resto de los gobernadores, Schiaretti terminó en el despacho de Macri.
El encuentro fue tenso, describieron en la Rosada.
Ante el Presidente y el ministro Rogelio Frigerio, el gobernador repitió el corazón del discurso al que apeló su partido en las elecciones legislativas hace sólo ocho meses, y que ahora le ofrece a Macri a cambio de colaboración para no trabar la fuerte poda que se proyecta sobre la ley de Presupuesto 2019: que los porteños y los bonaerenses paguen las tarifas como el resto de los mortales en el país.
Traducido: que María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, los dos gobernantes 100 por ciento PRO, sacrifiquen obra pública o paguen el costo de dejar de subsidiar a los usuarios de los servicios públicos, en especial el transporte.
Ayer, el líder de Unión por Córdoba volvió a apretar el acelerador junto con sus pares de Santa Fe y de Entre Ríos: “Estamos dispuestos a poner el hombro, pero con equidad”, marcó la cancha, volviendo al tema de las asimetrías Buenos Aires versus interior en cuanto a subsidios.
Cara a cara
En la reunión del lunes con el Presidente, Schiaretti fue más allá. En línea con lo que había expresado públicamente, le dijo en la cara a Macri que no compartía la idea de haber recurrido al FMI como prestamista de última instancia. Otra vez, el jefe del Estado frunció la cara.
Otro tema en el que no hubo coincidencias fue en la disputa judicial por los fondos coparticipables, que mantiene enfrentados a la Provincia y a los intendentes de Cambiemos.
Como se reveló en este espacio hace 10 días, después de haberle reclamado a Macri que intercediera ante Ramón Mestre para que desista de la demanda que tiene presentada junto con el PRO en el Tribunal Superior de Justicia, el gobernador le dejó claro al Presidente que no moverá un milímetro su postura.
“No tengo nada que negociar con los intendentes, y menos con Mestre”, habría dicho, de acuerdo con la reconstrucción que pudo hacer La Voz.
Ante Macri y Frigerio, el peronista aseveró que no piensa deponer la acción declarativa de certeza con la que primereó a Cambiemos y que se apoya en el Consenso Fiscal firmado con la Nación en diciembre. El tema seguirá el incierto derrotero judicial.
Después de 30 minutos, Schiaretti dejó Balcarce 50. Cuando el jefe de Gabinete, Marcos Peña, se enteró de lo conversado, no ocultó su molestia. El “otro yo” del Presidente casi no tiene diálogo con el gobernador, aunque sabe que necesitará del cordobés para la álgida discusión presupuestaria que se viene.
Esa negociación tendrá un aditamento especial: el inicio de la campaña electoral, con un José Manuel de la Sota decidido a ser oposición al macrismo. Los caminos de Schiaretti y de Macri comienzan a separarse.
EL GOBERNADOR LE DIJO AL PRESIDENTE QUE NO COMPARTE LA DECISIÓN DE ACUDIR AL FMI. Y SE MOSTRÓ INFLEXIBLE EN LA DISPUTA CON LOS INTENDENTES.