En privado, Schiaretti le sigue apuntando a Peña
“No se fue enojado, pero sí muy preocupado”. Esa fue la descripción de un schiarettista de la primera hora sobre la reunión entre Juan Schiaretti y el presidente Mauricio Macri, el lunes pasado.
El gobernador fue solo a ese encuentro en la Casa Rosada. Sus funcionarios más cercanos no supieron hasta último momento de la convocatoria del Presidente, que llegó a través de un llamado del ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
Hermético, como siempre cuando se trata de cuestiones sensibles, Schiaretti habló del encuentro sólo con sus íntimos.
A través de distintas fuentes, se pudieron conocer algunos detalles de la conversación con Macri, en la cual no abundaron las coincidencias. Hubo cierto clima de tensión, algo poco habitual entre ambos mandatarios, unidos por una amistad cultivada en otros tiempos.
Se conocen las propuestas de ajuste del Estado nacional que le llevó Schiaretti. También la poca gracia que le generaron al Presidente.
En estas horas de incertidumbre financiera, Schiaretti se volvió con la sensación de que Macri está desorientado y sin asumir la urgencia de tomar medidas para achicar el déficit fiscal para comenzar a enderezar el barco.
Por un acto reflejo e inconsciente de no achacarle todas las responsabilidades al Presidente, en privado Schiaretti apunta sus dardos a un viejo enemigo: el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
El mandatario provincial considera que en la Casa Rosada están pensando más en las elecciones presidenciales del año que viene que en resolver los graves problemas que el macrismo heredó de la última gestión de Cristina Fernández.
Con esa lectura, la lupa de Schiaretti se posa en Peña y su entorno, que, entre otros, integra el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba. Ambos son los máximos responsables de las estrategias electorales del macrismo.
Un legislador peronista de trato cotidiano con el gobernador sintetizó el pensamiento que por estas horas tiene Schiaretti.
“Por preservar la imagen, perdieron la oportunidad de combatir el déficit fiscal en el inicio de la gestión, cuando tenían credibilidad. Ahora deben lidiar con el cáncer del déficit, pero en un contexto de desconfianza y de pulseada con los mercados”, argumentó el schiarettista puro.
No son pocos los funcionarios provinciales que difunden que Schiaretti cree que la idea de abrir el debate por la legalización del aborto partió de la Jefatura de Gabinete, para tratar de tapar la realidad económica.
Pero luego no pudieron parar el debate que seguramente alimentará la tensión entre la Casa Rosada y el Vaticano.
En este convencimiento hay que buscar las razones de las duras críticas que Alejandra Vigo (esposa de Schiaretti) descargó contra el Gobierno nacional, en su discurso en Diputados, al fundamentar su sorpresiva abstención.
En este contexto, en el Centro Cívico creen que se vienen meses complicados, de alta inflación y baja del consumo, una combinación explosiva para la economía.
Aunque la recaudación se mantiene estable, esperan una baja desde ahora.
Cada mañana, Schiaretti mira los números de los ingresos del día anterior y manda mensajes de austeridad a sus ministros.
Por ahora, el plan de obras permanece inalterable, pero ya se descuenta que se “ralentizarán” algunos proyectos, excluyendo a los más emblemáticos.
Schiaretti mantiene un contacto permanente con al menos cinco colegas peronistas.
La pulseada por el presupuesto del año que viene será ardua. El gobernador cuidará la relación con Macri, pero no escatimará críticas a su brazo derecho, el influyente Peña, “el otro yo” del Presidente.